Al macho escracho Tandil, el espacio virtual donde las tandilenses cuentan los abusos sufridos y exponen al agresor
El caso de la actriz Thelma Fardin no sólo provocó una catarata de acusaciones, sino de relatos en las redes sociales. En la ciudad, un grupo de mujeres creó una cuenta en Instagram en la que expresan las vivencias sufridas, con nombres y apellidos de los sindicados como acosadores y/o abusadores. Medio centenar de historias padecidas y unos dos mil usuarios siguen las publicaciones.
“Un día entró a mi casa y me dio besos por todo el cuerpo. Me dio asco pero nunca lo conté a nadie, me sentía mal por no negarme, aunque ahora reconozco que era muy chiquita y que no fue mi culpa que él me quisiera tocar siendo que era mucho mayor que yo”.
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“Una relación marcada por el “control” y la “humillación. Acosador y violento. Nunca más lo quise volver a ver pero me mandaba mensajes constantemente y me llamaba por teléfono todo el tiempo, a pesar que le pedía que no lo hiciera. Hace un tiempo vi en Facebook denuncias de otras chicas pero nunca me animé a hacerlo ni a contarlo porque me sentía culpable por haber accedido a él”.
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“Una amiga lo conoció por Tinder y al principio era muy piola. Después se puso muy insistente. Luego la bloqueó para desbloquearla y volver a insistir. Nuevamente la insultó ya que se negó otra vez a juntarse a tomar unos mates”.
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Estos son apenas algunos del medio centenar de publicaciones de mujeres tandilenses que exponen con crudeza lo que padecieron en manos de un hombre. Los recuerdos y escenas se replican sin solución de continuidad y unos resultan más graves que otros, aunque igualmente desagradables como reprochables.
Tras el testimonio demoledor de la actriz Thelma Fardin, cientos de mujeres se largaron a compartir abusos sufridos en las redes sociales, y en la ciudad eso no está ajeno. La cantidad es impactante, los relatos también.
La catarsis informativa tiende a confundir abuso con acoso, y si bien ambos son hechos evidentemente desagradables, son distintos y de disímil consecuencia penal. Pero más allá del distingo, las mujeres empiezan a poder hablar de los distintos abusos sufridos por años, con la particularidad en Tandil que no hay empacho en escrachar a los presuntos abusadores/acosadores que pululan en distintos ámbitos. De los boliches, el comercio, la oficina, como en el gimnasio. No hay escenario común. También aquellos que desde redes sociales se presentan afables para conseguir una cita y de aquella presentación virtual a la realidad hay un abismo sobre esa personalidad masculina.
El sitio
Se creó hace unos días, es “provisoria ya que bloquearon la otra cuenta”, aclararon en el primer posteo de Instagram. El mensaje invita a todas las mujeres que “hayan sufrido cualquier tipo de abuso”, que “sepan que pueden contarlo anónimamente haciendo pública la identidad del hombre para cuidarnos entre nosotras”.
“No nos callamos más. Nosotras podemos, escracho al macho. Se va a caer, yo te creo hermana”, cierra la publicación.
Pese al poco tiempo, la cuenta tiene más de dos mil seguidores y desde su creación acumula 41 publicaciones, en su mayoría son imágenes con capturas de pantalla sobre los testimonios de las seguidoras los cuales comparten de manera anónima.
En algunos de los posteos los administradores de la cuenta comparten la foto de la persona señalada siempre con referencias a “no nos callamos más”, al “apoyo y acompañamiento” de las mujeres.
Las publicaciones
Una de las publicaciones cita el caso de un joven acusado de “golpeador”, “manipulador” y “controlador”, mientras que otra narra el encuentro con otro chico después de un boliche, en el que fue sometida a mantener relaciones sexuales. “Cuando terminó le dije que tenía que ir al baño. Fui en silencio a buscar el celular y le mandé mensaje a una amiga y le pedí que me llame y haga como que me necesitaba”, expresó y tras insistirle que se quedara a dormir finalmente “me fui caminando. Cuando doblé en la esquina empecé a llorar. Todo el cuerpo me dolía. Llegué a lo de mi amiga llorando, sin creer lo que me había pasado. Tenía miedo y lo tengo, pero me siento con mucho más valor para contarlo”.
También hay un caso de abusos intrafamiliar, donde la víctima cuenta su experiencia con su padre y después con su tío. “Al otro día le conté a mi mamá e inmediatamente hizo la denuncia pero como papá tenía amigos policías quedó todo en la nada. Es el día de hoy que los odio con toda mi alma”.
Luego se suman otros relatos sobre experiencias que coinciden en señalar a las mismas personas y otros sobre la difusión de fotos y videos sin el consentimiento de las víctimas, en una práctica que se hace a través de las redes sociales y de los grupos de WhatsApp.
Mediante el testimonio de víctimas, el espacio también alertó sobre “acosadores” en locales comerciales y de profesores de educación física en gimnasios.