Autoridades y docentes de la Escuela 503 reclaman respuestas por la precariedad del edificio
El techo se llueve en varias aulas, además de haber filtraciones y rajaduras de paredes. La institución no cuenta con ningún espacio verde para los chicos y sólo tienen dos juegos que trajeron las docentes de sus casas. Tampoco hay salida de emergencia. La Usina donó 90 mil pesos en herramientas que no pueden utilizarse por las falencias de la instalación eléctrica.
Las autoridades y docentes de la Escuela de Educación Especial 503, que funciona en San Lorenzo 782, alzaron su voz para reclamar respuestas de las autoridades por la precariedad que presenta el edificio en el que trabajan.
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La directora de la institución, Mónica Chiclana, explicó que desde 2015 venían solicitando que se hicieran baños nuevos, ya que los que funcionan actualmente son pocos y muy precarios, además de que no cuentan con agua caliente y las cañerías son de plomo. Recién el mes pasado salió la licitación y ahora la obra está en marcha pero la preocupación es que no saben si para el 6 de marzo que comienzan las clases estarán finalizados los trabajos.
“Hubo una dificultad, cuando empezaron la obra se encontraron con que todas las cañerías estaban mal hechas, así que hubo que levantar todo”, señaló en diálogo con El Eco de Tandil.
Y recalcó que “hace 3 años que estoy como directora de la institución y siempre puse mucho énfasis en la parte edilicia, porque creo que es importante que los chicos se sientan cómodos en el lugar donde están”.
“En una visita a la institución que hizo el intendente en 2015 y QUE nos donó toda la pintura había comentado que esta obra era de suma importancia pero se ve que había otras escuelas que estaban en primera instancia y no pasó nada”, lamentó.
La institución cuenta con una matrícula de 72 alumnos, de los cuales 30 están en esa sede y el resto están integrados en otras escuelas
“Es una matrícula bastante importante, y la escuela en general está bastante deteriorada. Tenemos una cooperadora excelente que nos ayuda a comprar muchas cosas que faltan pero no alcanza”, afirmó.
Más problemas
Las falencias que presenta el edificio son innumerables. El año pasado se repararon los techos porque se llovía pero siguen con el mismo problema.
“El deterioro de las paredes es tal que ahora con la obra del baño se están cayendo. Es una escuela muy vieja, a la cual durante mucho tiempo no se le hizo nada”, sostuvo.
Y ejemplificó que hay salones que tienen agujeros en el techo por donde ingresa agua, hay filtraciones, rajaduras de paredes, puertas rotas, y las pocas cortinas que tienen las compró cooperadora, al igual que los ventiladores. “Es muy precario todo”, resumió.
“La biblioteca la armaron los docentes pero con la construcción de los baños de arriba se está venciendo el techo”, añadió.
Sin salida de emergencia ni espacio verde
“Esta escuela en su momento fue una de las más importantes en cantidad de alumnos y la parte laboral se trabajaba en Sandino que es donde ahora funciona el Centro de Formación Integral, después con el cambio de la normativa los alumnos fueron incluyéndose en las escuelas de nivel y no teníamos tantos acá. Pero ahora volvimos a tener bastantes alumnos, 30 en sede para este tipo de escuela es mucho”, argumentó.
Y expuso que tampoco cuentan con salida de emergencia. “Lo que más nos preocupa es que si un día llega a pasar algo no hay salida de emergencia. Por ejemplo tuvimos hace poco un problema de que se empezó a prender la caldera”.
Asimismo, enfatizó la importancia de contar con un espacio verde, ya que sólo tienen un pequeño patio con dos juegos que donaron la directora y otra maestra.
“Hace 2 años el señor que tiene la casa que da a la parte posterior de la escuela que tiene entrada por Mitre, nos vino a ofrecer que quería vender su casa, a nosotros nos pareció bárbara la idea porque podríamos abrir los talleres y tener un espacio verde”, explicó.
Y añadió que “es un terreno corazón de manzana con salida a Mitre. Se le elevó una nota a la Gobernadora, contestó que empezáramos los trámites, hicimos toda la parte administrativa, elevamos a Consejo Escolar, a la Municipalidad, a la inspectora, y ahí quedo, al día de hoy nosotros nos enteramos que nunca volvió a La Plata el trámite, que tenía que salir de jefatura regional”.
“El otro día hablando con el presidente de Consejo Escolar, Cristian Cisneros que se interesó en esto, me comentó que hace 2 años esto había sido aprobado. El tema es que al día de hoy no tenemos patio, la casa sigue sin venderse, la gente nos sigue esperando, y queremos ver si con la cooperadora con la comunidad, haciendo eventos podemos lograr que la Escuela 503 tenga un espacio verde, tenemos 5 nenes de jardín y 5 de primer grado, en este espacio es imposible que puedan jugar”, remarcó.
En el comedor, el año pasado por primera vez lograron tener sillas, antes había bancos.
La Usina les donó 90 mil pesos en herramientas para trabajar en los talleres, pero resulta que todavía no pudieron utilizar ninguna por las falencias eléctricas que presenta el establecimiento.
“Para el taller de economía doméstica, La Usina nos donó un lavarropas industrial (está entre las herramientas que forman parte de los 90 mil pesos) que es ideal pero no se puede colocar porque no tenemos la conexión eléctrica y los desagües no dan. También tenemos un termotanque pero no funciona”, lamentó.
En cuanto a las herramientas donadas para el taller de carpintería, les dijeron que “para poder conectar las máquinas necesitamos trifásica pero a su vez se dieron cuenta que es imposible por el estado de humedad de las paredes colocar las nuevas tomas, es peligroso, hay que hacer todo un despliegue de conexiones nuevas”.
“Están todas las máquinas embaladas, y en el aula de taller no tenemos ventilación porque del otro lado como hay mucho pasto pueden entrar roedores, que ya nos pasó”, sostuvo.
“Nos sentimos relegados”
Y recalcó que “503 es una de las instituciones que poco se conocen por dentro, y de las escuelas especiales creo que es la que más necesita”.
“Nos sentimos relegados porque cuando 503 tenía su espacio verde que es donde hoy funciona el Centro de Formación Integral que había sido designado por la Dirección General de Escuelas y donde está hoy la escuela 501, todo eso era de 503, entonces era más fácil. Nosotros se lo dimos en comodato al centro de Formación Integral porque no tenía lugar pero al día de hoy, nosotros cedimos, se hizo la Escuela 501, sigue ampliándose el CFI que está muy bien pero nosotros no tenemos otro espacio”, aseguró.
Y explicó que todo en la escuela se hace “a pulmón”, ya que los docentes pintan las aulas, a veces los chicos tienen necesidades de determinadas cosas como zapatillas, lentes, hojas, lapiceras y se paga desde cooperadora o los docentes juntan dinero para que no pasen necesidades. Hasta el correo para enviar documentación a La Plata deben abonar ellos mismos. Además, tienen familias muy comprometidas con la institución.
Otro problema que tienen es que cada vez que llueve el patio se llena de agua, al igual que el SUM.
Pablo Zabalegui, uno de los docentes, remarcó que “esto funciona porque todos le ponemos buena voluntad”.
Monica Chiclana explicó que solicitaron juegos a la Municipalidad y les dijeron que en este momento no pueden donarles, así que sólo tienen los dos que trajeron de sus casas. Mariana Purrán, la fonoaudióloga de la escuela, destacó la importancia que los juegos tienen para los niños que concurren a la institución porque “aprenden de la experiencia sensorial directa, para ellos es fundamental”.
En tanto, la docente Leandra García explicó que “incluso estamos limitados a hacer ciertos proyectos por estas carencias, las cosas están a la vista los invitamos a las autoridades a que vengan y vean con sus propios ojos las necesidades”.
Y la maestra Paula Ares recalcó que “nuestros alumnos tienen derecho a una educación de calidad”. En tanto que resaltaron lo importante que sería tener el espacio verde para hacer huerta por ejemplo, algo que ahora es imposible.
Mónica Chiclana contó además que “desde hace un año y medio educación especial en Tandil no tiene inspectora, entonces a veces tenemos necesidades y no sabemos por dónde canalizarlas. Ahora nos tenemos que manejar directamente con las inspectora distrital que acá no ha venido nunca, no conoce la escuela, eso no nos ayuda”.
“Pedimos colaboración a toda la comunidad porque ahora nos van a donar pintura peor no tenemos quien pinte”, manifestó.
También sugirieron la idea de que pudiera surgir un padrino para la escuela, que los ayude en las problemáticas que tienen.