La comunidad tandilense recordó el 169° aniversario del fallecimiento de San Martín
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Se hicieron presentes en el lugar el intendente Miguel Lunghi, el comandante de la Primera Brigada Blindada, general de Brigada Pedro Roberto Zárate, por la Sexta Brigada Aérea el comodoro Rubén Omar Boschi, el presidente del Honorable Concejo Deliberante Juan Pablo Frolik. También dieron el presente veteranos de la Guerra de Malvinas, el presidente de la Asociación Sanmartiniana de Tandil, el licenciado Jorge Menéndez, representantes de asociaciones locales y educativas, autoridades militares y policiales, centros tradicionalistas y la agrupación Criollos de Tandil, encargados de realizar la guardia nocturna a los pies del monumento.
Previo a la entonación de las estrofas del himno nacional, fueron presentados por el jefe de tropas, primer teniente Matías Simón Diez, los efectivos al comandante Pedro Zárate y al intendente Lunghi. Tras la formalidad, con interpretación de la soprano María Belén Castellano y el tenor Francisco Castellano y la Banda del Comando de la Primera Brigada Blindada, se cantó el himno.
Los únicos oradores del acto fueron el padre Luis Bove, y el profesor Oscar Mastropierro, integrante de la Asociación Sanmartiniana. Entre ambos discursos se realizaron varias ofrendas florales a los pies del monumento.
“Fue un hombre coherente”
El padre Luis Bove, capellán de la guarnición del Ejército de Tandil, fue el encargado de la pronunciación religiosa en honor a San Martín, aunque también sus palabras fueron reflexivas trazando paralelismos con la actualidad.
“En esta hora que nos toca vivir queremos agradecer por la tierra, por la historia común y por la vocación que nos ha regalado”, comenzó señalando Bove.
El capellán mencionó que Argentina es “una tierra que es tesoro y potencial de vida con una gran variedad de riquezas. Una historia común la que llevamos adelante hace ya más de 200 años, buscando caminos más plenos y superadores de lo que nos divide y enfrenta. Con hombres y mujeres ricos en solidaridad y compromiso y una vocación por configurar una sociedad libre, justa, responsable, comprometida en la edificación del bien común que es el de todos”
“Un modelo a seguir”
A su turno, el profesor Oscar Mastropierro, integrante de la Asociación Sanmartiniana, señaló que “si hay un argentino que reúne todas las aptitudes patrióticas ese es el general José de San Martín, por eso además de su importancia histórica, su figura se alza como un modelo a seguir. Su entrega, su valor, su desinterés, su amor a la Patria, como así también su conducta honorable, ajena a cualquier tipo de corrupción, constituye el mejor referente que nos ayuda a fortalecer y desarrollar en nuestros niños y jóvenes los valores que todo argentino debería tener”.
“En torno a su memoria solo hay lugares comunes, retorica, convenciones establecidas y mantenidas a través de un basto tiempo. Insistir en la imagen convencional hace peligrar lo que antes fue útil, debilitar la ejemplaridad del personaje y vaciarla enteradamente de su admirable contenido. Ciertamente se hizo justicia a San Martín, pero a cambio de esa exaltación a su personalidad se le fue extrayendo el alma”, analizó críticamente Mastropierro.
El integrante de la asociación local destacó como valores del general San Martín la “honradez, el desinterés, el desapego por los bienes materiales , el patriotismo sin alardes. La fuerza de su espíritu le hizo superar la ingratitud y la calumnia. Fue difamado y acusado de ladrón. Justo él, el hombre de manos limpia. Otros pretendieron bajarle la fama”.
“La hazaña sanmartiniana no admite muchos paralelos porque integra la gloria militar con las más altas virtudes. Su grandeza moral tiene tanta altura como los más elevados picos de la Cordillera que atravesó con su ejército libertador”, subrayó.
Mastropierro utilizó luego un fragmento de un discurso del expresidente Juan Domingo Perón para hacer referencia a San Martín: “Hace varios años atrás un expresidente de nuestro país se refería a San Martín como el hombre de una causa, de ahí su extraordinaria grandeza. A esa causa ofrendó su vida , a esa causa rindió su espada, por esa causa fue genio y por esa causa fue proscripto. Agregaba ese discurso que corría el tiempo de los años 1815 y 1816 en ellos parecía que la causa de la Patria estaba pérdida como si el sol de la libertad hubiera sido eclipsado por la desgracia. El orden interno empezaba a entrar en la anarquía, los caudillos empezaban a asomar. Como siempre ocurre, en los tiempos díficiles, surgieron en nuestra tierra grupos de hombres fuertes y grupos de hombres débiles. La lección sanmartiniana perdura mientras haya argentinos que crean y conserven su recuerdo , mientras haya un puñado de escolares presentes cada 17 de agosto, mientras nuestros criollos pasen en vela toda una noche haciendo una guardia de honor con sus caballos y mientras nuestros granaderos conserven viva la llama del espíritu de sacrificio de San Martín. Allí si podremos decir que nuestra causa es la misma de la San Martín, la causa de la patria”.
Para finalizar, con una lectura actual, Mastropierro afirmó: “El hombre común pediría que el único homenaje a San Martín sea la conducta insospechable de los gobernantes, en el cumplimiento estricto de la austeridad que impone la situación económica, en la verdadera atención a los problemas grandes y pequeños que aquejan a la gente. Si en algún lado anida la herencia de San Martín es en el esfuerzo silencioso de esa mayoría del país que cada día, convencida de los valores de la democracia, no proclama pero si ejerce la defensa de su dignidad y libertad”.