Trabajo dictó la conciliación obligatoria en el conflicto por las suspensiones en Loimar
La delegación de la cartera laboral bonaerense abrió un período de conciliación por quince días. La medida establece el cese de las acciones entre las partes involucradas. La empresa había avanzado con la suspensión de 40 operarios ante la “situación insostenible” que atraviesa. En asamblea, los empleados plantearon convocar un paro en defensa de los puestos de trabajo.
Ayer por la mañana, la delegación del Ministerio de Trabajo de la Provincia de Buenos Aires dictó el inicio de un período de conciliación obligatoria en el conflicto en Loimar, que las partes deberán acatar por quince días mientras se avanza en un proceso de negociación.
Recibí las noticias en tu email
El encuentro comenzó minutos después de las 8 en las instalaciones de Pinto 520 y se extendió hasta pasadas las 10. En ese ámbito, mediado por el titular de la dependencia, el abogado Blas Pugliese, los representantes de la firma brindaron las razones por las cuales la situación se presenta como “insostenible” y por la que definieron avanzar con la suspensión de 40 operarios a raíz de la decisión de apagar el horno de ladrillos por un plazo no menor a los seis meses, estimaron.
Reunidos en asamblea, los trabajadores este jueves se pronunciaron en estado de alerta y anunciaron que irían al paro en cuanto se produzca el primer despido, a la vez que hicieron una presentación ante la delegación regional para denunciar la situación en la planta.
Frente a este esquema, se dio inicio a un período de negociación que se extenderá por quince días hábiles (prorrogables por otros cinco) desde las 0 de hoy con miras a hallar algún punto de acuerdo.
“Situación terminal”
Minutos después de concluida la reunión, en representación de Loimar, el gerente de recursos humanos Jorge Segon y el abogado Raúl Pizarro explicaron la situación, abordaron la estructura de costos ante la caída en las ventas y el impacto de las tarifas de energía eléctrica y gas.
Pizarro contextualizó que los responsables de la firma informaron a los delegados que “el horno que involucra a unas 40 personas se había apagado porque no se vende ladrillo y tenemos que ahorrar luz y gas porque de adeuda mucho y no podemos pagarlo”, esquema que implicaría “la suspensión de 40 personas y la desvinculación de otras 15”.
“Hemos llegado a una situación terminal, ojalá que podamos encontrar un equilibrio pero no es fácil”, sostuvo Pizarro.
En cuanto a los salarios reconoció un atraso en el pago de la quincena, que se suma a los compromisos con el pago de los servicios de luz y gas. “Debemos una importante cantidad de dinero”, admitió.
En ese esquema también hizo alusión a la situación del país y a la actualidad de la industria ceramista y ladrillera, que “está pasando por momentos muy difíciles” por la caída en la construcción y la inmediata consecuencia en las ventas.
“No hay proyectos nuevos y los costos se han ido a las nubes por el impacto de las tarifas de luz y gas. Estamos pasando por momentos muy difíciles”, insistió el abogado.
El gerente de recursos humanos destacó la “buena voluntad” de la patronal en la rúbrica de convenios para “refinanciar deuda con los empleados”, pero alertó que “se llegó a una situación insostenible”.
“Hemos logrado llegar a este lugar producto del entendimiento de la situación de parte de los empleados y la disposición del dueño de seguir invirtiendo e intentando que continúe la fuente laboral”, valoró.
Y en ese planteo enmarcó la decisión de la firma de cerrar la producción de ladrillos, suspender parte de personal y desvincular a unas 15 personas “con el fin de mantener la fuente de trabajo, si no 107 familias se quedarían sin trabajo”.
Para graficar la situación que atraviesa la firma, Segon detalló que la planta tiene capacidad para generar 16 mil toneladas de ladrillos. “Hace un año que estamos produciendo 6.500 toneladas, mientras que en el último mes fue de cuatro mil”, precisó ante una circunstancia que se generó a raíz de la caída en la demanda.
A ello sumó el impacto de las tarifas de energía eléctrica, gas y mano de obra. “Seguimos teniendo la misma dotación para hacer cuatro mil toneladas de ladrillo. Es inviable”, argumentó.
La lucha de los operarios por la fuente de trabajo
“No vamos a permitir un solo despido. Ese es el mandato de asamblea y vamos a seguir firmes”. Así se pronunciaron los delegados de Focra en Loimar José Goñi y Alberto Algañaraz a la salida de la audiencia en la delegación regional de la cartera laboral.
En ese marco, se refirieron a la situación de la planta, destacaron la predisposición de los operarios y alertaron que ayer a la mañana dos de sus compañeros recibieron un telegrama de despido.
En diálogo con El Eco de Tandil José Goñi sostuvo que la situación se puede revertir dado que “no está todo tan complicado”, tal como argumenta la patronal.
“La crisis la vivimos los trabajadores”, respondió ante el planteo empresarial y agregó que “el desfinanciamiento de la empresa fue lo que provocó la crisis interna que tiene hoy Loimar”.
Remarcó que “siempre hemos estado dispuestos a trabajar” y defendió que “hemos sido flexibles en colaborar para que todo esto siga con toda la gente adentro”.
Goñi ratificó la lucha por preservar la fuente laboral de más de un centenar de familias. “La vamos a pelear hasta el fin”, dijo sobre el mandato de la asamblea.
A su turno, Alberto Algañaraz agregó que “nuestros compañeros han dado todo para poder llegar a este momento” y alertó que “el desfinanciamiento lleva dos o tres años y esto está denunciado en el Ministerio de Trabajo”.
“Vemos que hay una baja en la producción, que no hay stock y es raro. No tenemos ladrillo para entregar y tampoco piso. Si bien los servicios aumentaron, vemos un desfinanciamiento”, resaltó.