Villa Italia celebra hoy su 109 aniversario, un barrio con una fuerte identidad que no para de crecer
Juan Basso decidió subdividir lotes de su propiedad y publicar el aviso del remate de las cuatro manzanas. Lo programado se llevó a cabo un 5 de marzo de 1911, fecha que los vecinos tomaron como propia para realizar los festejos. Por aquel entonces nadie imaginaba que el barrio se transformaría en una ciudad dentro de otra.
Villa Italia cumple hoy 109 años desde su fundación, barrio que con el paso del tiempo se transformó en uno de los más populares de la ciudad.
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Sus vecinos se sienten orgullosos de pertenecer a esa zona de Tandil y hasta expresan que “en la Villa tenemos todo, no hace falta irse hasta el centro”.
El Eco de Tandil dialogó con Braian Urban, quien es el actual presidente de la Biblioteca Domingo Faustino Sarmiento, situada en Quintana 450 pleno corazón de Villa Italia, y siempre se muestra muy comprometido con lo que sucede con los habitantes, sea desde la institución que preside o en su momento cuando integró el Foro del barrio.
Urban se permitió hacer una distinción entre lo personal y la representación social, “desde esto último siempre hay una agenda nutrida de temas donde Villa Italia tiene una historia de organización de bases comunitarias a través de sus instituciones. Uno cuando analiza ve que los mayores progresos siempre estuvieron vinculados a los pedidos y la lucha de la gente, siempre en relación al Estado pero organizada”.
Aseveró que “esa urbanización permitió un desarrollo desde la infraestructura, pero fuertemente desde la construcción de la identidad, animándome a decir que no hay algo así, no solo en Tandil sino en toda la provincia de Buenos Aires. Es una identidad en la cual la República de Villa Italia no solamente es un título”.
Agregó que “como dato anecdótico en la década del 60 existía la comisión de la República y tenía hasta cargos que tenían correlatos con algunas acciones concretas. La Sociedad de Fomento Unión y Progreso, Escuela 21, diferentes resortes institucionales y de relatos que conforman esta identidad que es maravillosa”.
Urban señaló que “soy un adoptado de este barrio, no nací en Villa Italia, pero lo que me sucedió fue que cuando me acerqué ya no pude irme más, me quedé a vivir. Formo parte de la biblioteca y estoy siempre atento a las diferentes cuestiones que suceden en el barrio que además conserva algo del tejido social desde las instituciones y las personas cuando recorre el centro en calle Quintana o Villa Italia Norte”.
Para el presidente de la Biblioteca, “uno puede recorrer el barrio y hablar con los vecinos, es algo que distingue a Villa Italia y hace que conserve una fuerte identidad barrial que se construye día a día entre los vecinos”.
Identidad y orgullo
El barrio que está cumpliendo 109 años de vida ha tenido un gran crecimiento, intercalándose en el remodelado centro comercial negocios que tienen una larga trayectoria con otros que hace poco tiempo se han sumado.
“En términos comerciales hay de todo, en la formación escolar también, está el Registro Civil y el Banco Provincia, pero también está la construcción de la identidad por parte de los vecinos que nos llena de orgullo. Nosotros que estamos acá damos prioridad a la Villa comprando en sus negocios; mandando a nuestros hijos a la Escuela 21 o el Instituto Martín Rodríguez. Ese crecimiento que el barrio tuvo trajo aparejado cosas muy buenas y otras que son temas de agenda que deben ser tomados para poder ser resueltos”.
Profundizó al decir que “el Municipio de Tandil en lo que es la agenda del Bicentenario, deberá tratar temas como el tránsito y cuestiones estructurales que ese crecimiento trajo aparejado. No solo en lo que es el corazón de Villa Italia, sino con relación al barrio Procrear, La Blanqueada, una zona de la ciudad que creció en construcciones y en movimiento”.
Temas que requieren atención
Una de las complicaciones en la actualidad se presenta con el tránsito. El principal ingreso por calle Quintana y el estacionamiento en doble mano ha generado muchas veces embotellamientos en donde una ambulancia que necesitaba avanzar rápido para llegar a socorrer al quien lo requería, quedó encerrada.
Urban se refirió a este al decir que “hay un tema que es el consenso tratando de hablar con todas las partes y los afectados por el problema. No se trata de una decisión sino que requiere un abordaje estructural en relación a cómo hacer un paso a nivel, cómo repensar la circulación del ingreso y egreso de Villa Italia. Hay que sumar una mirada técnica, vecinal, local sobre lo que está pasando, pero hay que tratarlo de manera integral con más de una obra y entender la circulación de Villa Italia. Tanto el acceso como los pasos a nivel que hace tiempo es muy necesario y fundamental realizarlo”.
Sobre si han mantenido diálogo con el Municipio expresó que “hace bastante tiempo atrás lo trabajamos en el Foro de Instituciones, sé que hubo un proyecto de Ordenanza sobre la circulación en Quintana, pero es un tema para tener en cuenta y que siempre surge cuando se habla con los vecinos. Entiendo que será incluido en la agenda del Bicentenario donde Villa Italia deberá estar ya que casi es una ciudad dentro de Tandil”.
Aclaró que “no es el único tema, sería una mirada muy reduccionista, hay temas para trabajar. Por ejemplo el estado de las calles y la pavimentación, planificarla a mediano y largo plazo con respecto a la construcción donde cada vez vemos más y traerá aparejado situación de cloaca, consumo de agua, energético. Hay que pensar una Villa Italia dentro del siglo XXI y que modelo de desarrollo tiene ya que es una barriada grande”.
Mencionó que “hay diferentes temas a tratar, algunos se han ido progresando. Es importante la obra realizada en el Registro Civil o el Centro Comunitario que el Municipio abrió en lo que era una casa abandonada. Son pequeños avances que sirven, aunque hay otros que deberán incluirse en la agenda porque es necesario para los vecinos”.
Villa Italia y su historia
El actual espacio que actualmente ocupa Villa Italia estaba ocupado hacia principios del siglo XX por una gran parcela de tierra que era propiedad de Juan Basso, propietario de canteras, según el trabajo realizado por “La construcción de la identidad barrial”.
Por aquellos años comenzó a poblarse con comercios de inmigrantes, como el almacén de Donadío, la panadería de Jesús España y Urbístondo y los hornos de ladrillos de Antonio Tapia, Natalio Bruno, Modesto Prioletto y Calamante.
Hacia 1911 Juan Basso decide subdividir lotes de su propiedad (cuatro manzanas) en la hasta entonces loma que se ubicaba por detrás de la
Estación de Ferrocarriles. El remate se realizó en marzo de ese año y tuvo al martillero Marcelino Teófilo Arano como uno de sus protagonistas. Esta
fecha, que es la apropiada por los pobladores del barrio como la de su fundación es la que convocó los festejos de los primeros cien años del barrio.
Así y todo es de destacarse que durante los años previos a esta subdivisión
existieron en esta zona algunas chacras y quintas dentro de las que se puede destacar la ocupada por el Coronel Benito Machado que muchas veces apostaba allí a sus hombres. Dentro de los compradores las crónicas de la época señalan que se encontraban algunos trabajadores ferroviarios, empleados del Molino “El Progreso” y de la fábrica de quesos “La Tandilera”.
Ellos fueron quienes levantaron las primeras y precarias casas del barrio. Posteriormente otros propietarios de lotes en la zona procedieron a su loteo y el barrio continuó su camino de crecimiento. Entre ellos encontramos a Ramón Santamarina, Basílico Barraza, Claudio Brunard y Federico Christensen.
En cuanto al nombre del barrio, se encuentra nuevamente con la figura de Juan Basso, quien en homenaje a su patria y a la de la mayoría de los primeros pobladores del barrio y la de muchos otros de miles de inmigrantes que por entonces arribaban a nuestro país, decidió denominar a este como “Villa Italia”.
El corazón del barrio, delimitado por las actuales calles Quintana, Dinamarca, Ugarte y Pasteur contaba con un acceso complicado, en tanto para acceder a él desde la ciudad se debía atravesar el Arroyo Blanco.
La construcción de un puente y el desmonte de la loma en el año 1918 a instancias de la gestión del entonces intendente José Antonio Cabral y con la colaboración de materiales por parte de los propios vecinos del barrio, para sortear el trámite que significaba rodear la Estación de trenes e ingresar por la actual calle Beiro fue el siguiente paso para integrar al nuevo barrio a la ciudad y sus servicios.
En los años inmediatamente posteriores llegaría el arenado y mejorado de las calles para favorecer su transitabilidad, así como el alumbrado eléctrico, el
telégrafo, servicio de correo con cartero asignado y la fundación en 1921 de la Escuela Primaria Común 21 “Juan Bautista Alberdi”, situada entonces en
la esquina que forman las calles Pasteur y Ugarte, trasladándose en 1944 a su actual edificio de la calle Ameghino.
Años después llegarían los servicios de transporte urbano de pasajeros, así como el mejorado de las calles a partir del empedrado de algunas de ellas.
A la Escuela 21, se sumarían en la década siguiente la Sociedad de Fomento Unión y Progreso en 1939, la Biblioteca Domingo Faustino Sarmiento fundada ese mismo año y teniendo como primera ubicación a la esquina de Quintana y Dinamarca para luego trasladarse a su actual edificio de Quintana 450, el Destacamento de Policía y la Parroquia Nuestra Señora de Begoña.
Entre los vecinos que se destacaron por su labor en la conformación de estas instituciones debemos mencionar a Gerónimo Formaini, Adelino García, Domingo Guadagna, Arturo Bonavida, Ermete Franchini, Ismael Montero, Nicolás Campagna, Ángel Bianchi y Blas Bello entre muchos otros.
Desde 1953 contó con un centro de salud propio en el Policlínico Ferroviario, para más tarde agregar la posibilidad de completar los estudiantes sus estudios secundarios en el barrio a través de dos instituciones: la Escuela Media 2 y el Instituto Brigadier General Martín Rodríguez fundado en 1964, así como la Guardería Nuestra Señora de Begoña y durante muchos años el Cine San Pacífico un lugar privilegiado dentro de los ámbitos de sociabilidad infantil y juvenil.
La capilla Nuestra Señora de Begoña tuvo la colocación de su piedra fundamental en 1943 en una ceremonia de bendición a cargo de Monseñor Cáneva y el cura Julio María Chienno. Su primer cura párroco fue el padre Passarelli.
Instituciones
Otras instituciones educativas se sumaron en los siguientes años. En 1956 se fundaba la Escuela 56 “Francisco Juldain” en honor al primer maestro que tuvo nuestra ciudad. El edificio de la institución fue levantado en los terrenos de Lavalle y Movediza y fueron donados por Unión y Progreso.
En 1964, se funda el Jardín de Infantes 903 en Vicente López 723 y posteriormente el 923 en Villa Italia Norte, Movediza 939. Dos años después comenzaría a funcionar la Escuela de Artes y Oficios “Ernesto Valor” en las instalaciones de la Sociedad de Fomento Unión y Progreso.
En 1972 la misma se muda a su edificio actual en Quintana 548 y es reconocida como Escuela de Artes Visuales 2 al dejar de funcionar como filial de la Escuela Municipal de Bellas Artes. Desde 2004 ofrece una Tecnicatura en Artes y Oficios, brindando también talleres infantiles. El valor de esta institución reside en su rol como primer espacio de socialización con las artes plásticas, así como el de formación de los estudiantes en diversos oficios relacionados con las actividades artísticas.
En cuanto a la infraestructura, no solo del barrio, sino también de toda la ciudad, debe destacarse que el 8 de marzo de 1936 quedan inauguradas las
instalaciones de la flamante Usina Popular y Municipal de Tandil en un acto al que concurrió gran cantidad de público. La planta se ubicó sobre la avenida Aristóbulo Del Valle. Ocupando una manzana del barrio.
Finalmente podemos destacar que es en Villa Italia donde se emplazó el primer monumento a los combatientes de la Guerra de las Islas Malvinas.