Las tres secretarías de la Cámara
La división es en Industria, Producción y Comercio. Detalles del funcionamiento, en la voz de Gastón Vázquez, María de los Ángeles García y Emiliano Salvarezza.
La división es en Industria, Producción y Comercio. Detalles del funcionamiento, en la voz de Gastón Vázquez, María de los Ángeles García y Emiliano Salvarezza.
¿Qué le preocupaba, divertía o curaba a la gente de Tandil entre fines del siglo XIX y las primeras décadas del XX? Desde el primer auto hasta el uso medicinal del fernet, un viaje fascinante por la vida cotidiana de otras épocas.
Desde los servicios postales organizados por vecinos hasta la llegada del primer teléfono en 1886, la historia de las comunicaciones en Tandil refleja el esfuerzo colectivo por conectarse con el mundo.
En 1895, diez años después de la sanción de la ley de educación pública, gratuita y obligatoria, los niños de Tandil aún eran mano de obra habitual. Esta nota reconstruye una época en la que los chicos pobres empezaban a trabajar desde los 10 años, con jornadas divididas entre talleres industriales y escuelas nocturnas.
En 1930, El Eco de Tandil ya retrataba con ironía y preocupación el impacto de la suba del dólar y la pérdida del valor del peso argentino. Entre tintas importadas y huevos con precio internacional, el cronista advertía que el "carrito de la suba" no se detendría en el 10 ni en el 20 por ciento. Una historia de inflación que, en Argentina, parece repetirse.
Los chismes y las noticias sobre vínculos amorosos ganaban espacio en las páginas del Diario. Las familias más encumbradas anunciaban los compromisos y enlaces. En la periferia eran noticia las “casas de baile”.
En 1932, una carta publicada en El Eco de Tandil proponía crear un impuesto para quienes se resistieran al matrimonio. La ocurrencia, que refleja prejuicios y realidades económicas de la época, abre una ventana al lugar que ocupaban las mujeres en la sociedad y a cómo el casamiento era muchas veces la única estrategia posible para acceder a cierta estabilidad.
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El calendario estaba fuertemente signado por el catolicismo. El Carnaval antecedía a la penitencia de la Cuaresma hasta la Pascua de Resurrección. El sábado de gloria marcaba el regreso a la vida social.
Las páginas de El Eco estaban inundadas de avisos publicitarios de médicos, parteras y farmacias. Las crónicas reflejaban la competencia de los profesionales con manosantas y comadronas. Además, iban ganando terreno las sociedades de socorros mutuos, precursoras de las obras sociales.
Los partidos políticos surgían para encarnar las ideas de la época, como la resistencia al fraude. Los inicios de UCR y el Socialismo se muestran en los archivos. Anarquismo y comunismo también aparecían en las publicaciones.
A fines del siglo XIX, las crónicas de eventos sociales como fiestas familiares y bailes aparecían en primera plana. Entre las celebraciones que más ocupaban a los vecinos, incluso reunidos en juntas a los fines de la organización, se destacaba el Carnaval.
Los inmigrantes se congregaban para comunicarse en su lengua. Españoles, italianos, franceses y algunos austríacos y daneses construían sus nuevas vidas en estas sierras.