Dos profesores de un gimnasio extinguieron un principio de incendio en una panadería
El fuego se inició por un cortocircuito, en el comercio ubicado en Marconi 1354. Advertidos por una alumna, dos profesores del gimnasio que funciona en la planta alta acudieron en auxilio. Con una escoba levantaron la placa del cielorraso y sofocaron las llamas con el matafuego reglamentario. Al llegar al lugar, los bomberos aseguraron la escena.
Minutos antes de las 18 de ayer, se registró un principio de incendio en la panadería ubicada en Marconi 1354. La situación causó alarma en el horario de cierre del comercio, aunque la rápida reacción de dos vecinos logró que el foco ígneo no se expandiera. Por fortuna, no hubo heridos y los daños resultaron menores.
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El siniestro se produjo en la sucursal de Panadería Del Sol y comenzó por un cortocircuito que provocó un foco ígneo en el entretecho. En la planta alta del edificio funciona el gimnasio Ares, en el cual trabajan los profesores que asistieron a la empleada del comercio afectado.
Minutos antes de las 18, Érica Gómez, una alumna del gimnasio, observó que Camila Bravo, quien se encontraba al frente de la panadería, atravesaba una crisis de nervios. Enseguida, subió a la planta alta y le avisó a Luján Cuvillier, dueña del centro de entrenamiento, lo que acontecía abajo.
Sin dudarlo, la profesora y su colega Fabián Echeverría se dirigieron a la panadería. En ese instante, tomaron una escoba del gimnasio con la que empujaron uno de los paneles del cielorraso y divisaron las llamas, que lograron extinguir con el matafuego reglamentario del local.
Mientras tanto, la alumna llamó al Cuartel Central de Bomberos, que envió dos móviles ante la posibilidad de que se tratara de un siniestro de dimensiones, teniendo en cuenta el tipo de actividad que se desarrolla en el edificio.
En el lugar, los responsables de la panadería informaron a los bomberos que un cortocircuito desató el siniestro. Por fortuna, todo se resolvió rápidamente gracias a la lucidez de los profesores de educación física, quienes no vacilaron y colaboraron para evitar que las llamas se expandieran.
“Hay que actuar rápido”
“Fue un momento, o actuaba rápido, o dejaba que la llama siga agarrando todo”, contó Luján Cuvillier, quien socorrió a la empleada de la panadería vecina a su gimnasio.
“Vino una alumna, subió y dijo que estaba la chica en shock”, relató y agregó que ingresó a la panadería por la puerta principal, que aún se encontraba abierta. En ese momento, le decían “¿llamaste a los bomberos? ¿Llamaste a los bomberos? Pero la chica estaba en shock. Le dijimos llamá ya a los bomberos; nos metimos con Fabián y sacamos el matafuego. Me fui a buscar la escoba, levanté el panel y le empezamos a tirar con el matafuego en el entretecho”.
La profesora, que nunca dudó en actuar, señaló que “me dije si esto hubiera pasado de noche, a la mañana llego y no encuentro nada” y agregó que “es un cortocircuito, puede pasar, pero hay que actuar rápido”.
Por otra parte, valoró que “estaba el matafuego cargado, todo como corresponde”, por lo cual “se sacó el precinto y se apagó enseguida”.
Contó que hace 8 meses que alquila la planta alta, pero se mudará en una semana en pleno contexto de restricciones a la mayoría de los rubros por la segunda ola de la pandemia de coronavirus. “Está todo bravísimo como para perder algo. Ya bastante que venimos remando en dulce de leche. Por suerte, no pasó nada”, concluyó con optimismo.