La sustentabilidad fue uno de los ejes del Congreso de Aapresid
Más de 7800 asistentes disfrutaron de un evento donde la sustentabilidad, la innovación y las tendencias del agro, fueron protagonistas de la mano de renombrados referentes y especialistas del sector.

Con una nutrida convocatoria, Aapresid realizó la XXXI edición de su tradicional Congreso “C, Elemento de vida”, que supo reunir a destacados referentes y especialistas nacionales e internacionales del sector agropecuario.
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Accedé a las últimas noticias desde tu emailDe la mano de empresas y productores agrícolas como vehiculizadores del proceso, del 9 al 11 de agosto, pasaron por las diferentes salas y stands del evento, más de 7800 personas de todo el país y el mundo.
Uno de los ejes centrales marcados por los expositores y las empresas fue el de la sustentabilidad, en cuyo marco el concepto “agricultura regenerativa” fue expuesto con casos concretos de producciones bajo tales normas.
De acuerdo con datos de la ONU, se espera que para el 2050 la población mundial se incremente a casi 10 mil millones de personas. Dicha proyección implica que se requerirá un aumento en la producción de alimentos de 50 por ciento respecto de la producción actual y eso además deberá lograrse reduciendo las emisiones de gases de efecto invernadero entre 40 y 70 por ciento.
La “agricultura regenerativa” parece ser el mejor camino, sino el único, para alcanzar esos objetivos. Si bien aún no hay un consenso global sobre la definición del término "agricultura regenerativa", se la ha catalogado como una manera de producir que incluye prácticas agrícolas sostenibles para los agroecosistemas y de alto rendimiento productivo para los cultivos. Esta combinación es perfectamente posible en la actualidad si se cuenta con los conocimientos y los paquetes tecnológicos adecuados.
La compañía noruega Yara es una de las organizaciones que está impulsando el cambio de paradigma hacia una agricultura regenerativa y sostenible, tanto en el mundo como en la Argentina.
El especialista Gustavo Elías, al exponer, presentó datos concretos de campo del programa "Juntos Por Más", orientado a la sustentabilidad en la producción de maíz. Los resultados obtenidos en esas experiencias fueron concluyentes: utilizando fuentes nitrogenadas basadas en nitratos se obtuvieron 292 kilos más de rendimiento por hectárea, lo que representó un ingreso neto adicional de 38 dólares por hectárea y eso con casi 20 por ciento menos nitrógeno aplicado y un tercio menos de dióxido de carbono emitido por tonelada de granos.
Belen Iácono, directora de Sustentabilidad de Yara, subrayó: "Hoy contamos con varios ejemplos de colaboraciones exitosas entre Yara y empresas que retribuyen económicamente a quienes producen bajo estos esquemas, no solo en Argentina sino también en el resto de la región”. Tal es el caso de El Parque Papas -del piloto Walter Hernández- que es el primer productor en el mundo que utilizará fertilizantes verdes, con las emisiones de producción más bajas del mercado.
Fertilizantes biológicos
En la misma línea, Corteva enfatizó sobre un producto biológico de aplicación foliar que fija Nitrógeno atmosférico.
Utrisha es una bacteria, un optimizador de eficiencia nutricional que puede ser utilizado en todos los cultivos y en una amplia ventana de aplicación.
Permite aportar nitrógeno complementario a las plantas, para alcanzar su potencial. La aplicación foliar le brinda practicidad ya que su uso se alinea con las aplicaciones de herbicidas, insecticidas o fungicidas.
Santiago Casas referente de la empresa destacó que se trata de “una filosofía que promueve la coexistencia armoniosa entre la agricultura y el medio ambiente". Esa visión está en línea con la creciente demanda global de prácticas agrícolas más respetuosas con el ecosistema.
La genética por supuesto que acompaña también a estos desarrollos, tal como lo marcó Julián Siri, el gerente de Desarrollo de Advanta Semillas.
Puso como ejemplo se ha logrado un aumento de casi 100 kilogramos por año en los últimos 17 años. Esta ganancia genética no solo es asombrosa, sino que también es crucial para el éxito de los productores. “Lo que el productor ve en su campo es el reflejo de nuestro trabajo”, señaló.
En sorgo, en tanto, se han introducido híbridos tolerantes al pulgón amarillo y planean una amplia gama de opciones para los próximos años. Además, presentaron tecnología apilada de agro que simplifica la gestión de malezas y enfermedades.
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Avanza la carinata, un cultivo de
cobertura y para el biocombustible
En el marco del Congreso de Aapresid, una de las novedades que atrajo muchas miradas fue la experiencia en un cultivo que crece en el país, si bien se encuentra en una etapa introductoria.
Se trata de la carinata, una propuesta destinada a impactar significativamente en la producción de biocombustibles.
Rubén Dicún, gerente general de Nuseed, una empresa que ha estado marcando la pauta en la innovación agrícola en Argentina indicó que el país ha asumido un papel de liderazgo global en la innovación de carinata, superando las expectativas y estableciéndose como la fuerza impulsora detrás de este revolucionario cultivo.
Entre los desafíos, Dicún habló sobre la adaptación de los cultivos a diversos climas. "La reducción de los ciclos de cultivo y la mejora de la resistencia al frío son objetivos centrales para nosotros", enfatizó, a la vez que adelantó que se trabajará para introducirlo en el sudeste bonaerense, con fechas de siembra que eviten las heladas.
Además, se trabaja en un centro de innovación en Venado Tuerto para la investigación sobre los cultivos de girasol, canola, sorgo y carinata, con el eje en la adaptabilidad para el país.
Por su parte, Sebastián Bravo -gerente de Carinata de Nuseed- señaló que están trabajando fuertemente en producción desde 2019 y que en el primer año originaron 1.900 hectáreas y el año pasado se llegó a 32 mil hectáreas.
“La idea es alcanzar un millón de hectáreas en los próximos diez años” acotó y dijo que se trata de “un cultivo que se utiliza para biocombustibles de aviones de segunda grabación.
La demanda del mercado se debe a que tiene una muy fuerte reducción de gases de efecto invernadero, hasta el 80 por ciento.
En Argentina el productor lo adopta por ser cobertura y por el trabajo que hacen las raíces, que son pivotantes centrales, que realizan una labranza vertical biológica.
Actualmente la carinata se siembra desde la Ruta 8 hacia el norte, con foco en Entre Ríos, Santa Fe y norte de Buenos Aires.