Alfredo Pernía: “Nos sentíamos campeones”
A cincuenta años del Argentino del ’73, el delantero recuerda la campaña y la decepción por haber estado tan cerca del título.

Alfredo Pernía era el futbolista más joven del plantel tandilense que compitió en el Argentino de 1973. De explosiva aparición en Independiente, Enrique Torres lo ubicó como titular en todos los partidos del cuadrangular que se desarrolló en Río Cuarto.
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Accedé a las últimas noticias desde tu emailA cincuenta años de aquel torneo, repasó la competencia que dejó a Tandil con el subcampeonato.
-¿En qué momento de la campaña fuiste convocado?
-Fue para las semifinales contra Tres Arroyos. Yo era el más joven del plantel y Enrique Torres me llamó en ese momento.
-¿En esa época no había selecciones juveniles que compitieran?
-No había, pero en este caso se armó un seleccionado durante el ’73, cuando vino River con Primera y Tercera. Jugamos contra la Tercera y le ganamos 3 a 2. Nos fue muy bien, tal es así que se quedó un dirigente de River para comprarnos a mí y a Jorge Jaureguiberry, de Juventud Unida. El presidente de Independiente pidió mucha plata por el pase y no se hizo.
-¿Ahí quedaste para el seleccionado mayor?
-Sí, me convocó Enrique Torres, con el que yo había empezado en Independiente, así que me conocía de chico. Un señor y muy conocedor de fútbol. Sencillo, ponía a cada jugador donde mejor rendía. Cada uno sabía lo que tenía que hacer.
-En tu caso eras puntero izquierdo, ¿siempre jugaste en esa posición?
-Siempre, la posición que ahora le llaman extremo. En esa selección jugaba Aldo Varales por derecha, Luis Caro por el medio y yo por izquierda.
-¿Tu función era desbordar y tirar el centro?
-Sí, sabía que tenía que ganarle al marcador y buscar al “9”. Yo no era tan goleador. El fútbol era más específico, ahora un jugador de mi posición mete una diagonal o busca otras variantes.
-¿Defensivamente tenías obligaciones?
-Tenía que seguir al “4” hasta mitad de cancha. De ahí para atrás, no era tarea mía. El fútbol era así. Ahora voy a ver a Santamarina y Martín Michel saca pelotas en el área propia. Hay otro estado físico también, cambió todo.
-Además, supongo que no habría mucho conocimiento sobre las características de los rivales.
-Así es, y nosotros a Río Cuarto fuimos “de punto”. Si bien representábamos a la provincia de Buenos Aires, el gran favorito era San Juan, que contaba con la base de Sportivo Desamparados que había jugado el Nacional de AFA. Y los locales también tenían lo suyo y la gente a favor.
-Empataron los primeros dos partidos y le ganaron el tercero a La Rioja. ¿Qué pensabas en ese momento?
-Nos sentíamos campeones. Los cuatro partidos de las dos primeras fechas habían terminado empatados y nosotros sacamos dos goles de diferencia, el título parecía para nosotros.
Pero en el último turno definían Río Cuarto y San Juan, y parece que tenían que ganar los locales. El “9” de San Juan hizo un gol, pegó un tiro en el travesaño y el técnico lo sacó. Lo mismo a otro que jugaba muy bien.
-¿Qué sensaciones tenías cuando se les escapó el título de esa manera?
-Fue una gran tristeza, porque habíamos sacado ventaja siendo los cuatro equipos muy parejos. Cuando ganó Río Cuarto, tuvimos una gran decepción.
-¿Quiénes eran los referentes de ese plantel?
-Estaba Raúl Roldán, que era un “5” excepcional. Mario Rodríguez, Pagano, jugadores de un nivel bárbaro que habían venido de afuera. Atrás teníamos a Feriozzi, otro que se destacaba era “Puchi” Mendoza, pero se lesionó en la previa al cuadrangular y no pudo jugar, lo reemplazó Alberto Zalacain. El equipo en sí era parejo, no había puntos flojos y estábamos todos en muy buen momento.
-¿Con quién competías en tu puesto?
-En el seleccionado, no había otro jugador con mis características. Los planteles eran más reducidos que ahora, dieciséis o diecisiete jugadores. No había dos por puesto. Y en el cuadrangular fueron partidos cada dos días, y el primero y el último nos tocó a las 6 de la tarde. Había unos buenos masajes para tratar de recuperarnos. Hoy sería impensado que jueguen tan seguido en un campeonato de ese nivel.
-¿Cómo siguió tu carrera?
-Para el ’74 me compró Santamarina. “Mingo” Pastor, que estaba en el club, se enteró que me quería llevar Olimpo de Bahía Blanca, para después venderme. Me incorporó Santamarina y al poco tiempo vino el “Conejo” Tarabini, con quien era imposible pelear el puesto. Para colmo, justo me tocó el Servicio Militar, que me cortó un año.
-¿Tuviste otras posibilidades de llegar al profesionalismo?
-Sí, antes del Argentino me había ido a probar tres días a Boca, a la Tercera. Después me habló el “Flaco” Rattín y me dijo que andaba bien, pero que todavía no estaba para la Primera. Además, tenían que conseguir mi salida de Independiente, trasladarme del Servicio Militar y darme alojamiento. La idea era que siguiera un año más en Tandil, pero después la “colimba” cortó toda posibilidad.
-¿Cómo era la relación del plantel con Luis Mestelán, presidente de la Liga Tandilense de Fútbol?
-“Lucho” era un tipo buenísimo. Nos ayudó mucho a los jugadores de esa época y tenía un cargo importante en AFA. Lo respetaban en todos lados.
-Sin embargo, la sede del ’73 no se la dieron a Tandil sino a Río Cuarto.
-Es verdad, pero capaz que eso sirvió para que el Argentino se jugará acá en el ’76, cuando también el título se escapó por poco.