LAS TREINTA DEL FÚTBOL
“Maxi” Villar, un talentoso que siempre tiene un recurso más
Es uno de los productos más genuinos de las categorías formativas de Independiente, club con el cual está identificado. Ferro lo incorporó y fue parte del equipo campeón de 2019. Los gustos de un volante ofensivo clásico, de esos que juegan y hacen jugar.
Cuando algunos se apresuran a poner en duda la vigencia de la función del enganche, habría que recurrir a jugadores como Maximiliano Villar para entender la importancia de un volante capaz de armar acciones de ataque y lastimar a la defensa contraria.
Todo eso ha hecho “Manzana” en los últimos años y con distintas camisetas. Empezó en Independiente e hizo buena parte de su etapa formativa en San Lorenzo de Almagro, donde jugó entre 2002 y 2007. Volvió a Tandil para jugar en Santamarina, en épocas en que el aurinegro participaba del torneo Argentino A. Regresó al rojinegro y fue parte del equipo que ascendió al Argentino B en 2009. Jorge Newbery de Lobería, otra vuelta a avenida Avellaneda, Atlético San Manuel y Ferrocarril Sud fueron sus siguientes pasos. Al tricolor se sumó en 2018 y fue campeón el año pasado, en la que fue su cuarta vuelta olímpica en la Unión Regional Deportiva.
Esta sección sirve para conocer un poco más a una figura del fútbol tandilense.
Tu primer recuerdo de fútbol. Yendo a jugar al Agrario para El Solcito. Nos llevaba mi viejo y jugaba en Cuarta con mi hermano.
Tu debut en Primera División. Jugando para Santamarina, en 2008, con Gustavo Liggerini como director técnico.
Tu mejor partido. Contra Villa Gesell, de visitante, por el Argentino C. Hice dos goles muy lindos. Cuando me sacaron, me aplaudía la gente de ellos.
Tu peor partido. Contra Ferro, en 2012. Entré en el segundo tiempo y me echaron al ratito.
Una alegría del fútbol. Cada vez que salí campeón. Me tocó con San Lorenzo en 2006, Independiente al Argentino B en 2009, ligas locales con el rojo en 2013, 2015 y 2016, Newbery de Lobería en 2015 y Ferro en 2019.
Una tristeza del fútbol. Cuando perdimos la categoría con Independiente.
Un amigo del fútbol. Por suerte, tengo muchos de cada club en que jugué.
El mejor futbolista que tuviste de compañero. “Chopi” Izquierdo. Gran jugador y además me enseñó mucho del puesto.
Un jugador rival. “Churry” Cristaldo, gran jugador y goleador. Lo enfrenté cinco años seguidos en inferiores, cuando él jugaba en Vélez y yo en San Lorenzo.
El mejor equipo que integraste. Independiente en el ascenso en 2009 y Newbery de Lobería.
El mejor equipo que enfrentaste. Alvarado de Mar del Plata.
Un ídolo del fútbol. Juan Román Riquelme y mi hermano Damián, que me enseñó a jugar de chico.
Un ídolo fuera del fútbol. Mis viejos, grandes ídolos.
Un técnico. Gustavo Liggerini y Juan Barbas.
Una cancha. El Berroeta.
Un árbitro. Cristian Galavert y Víctor González.
Un personaje del fútbol. Los tres chiflados de Independiente: Daniel Reynoso, “Vasco” Vergara y “Crespito” Larrocea.
Una virtud como futbolista. La rapidez mental y la pegada.
Un defecto como futbolista. El peso y no saber cabecear.
El mejor gol que hiciste. En Villa Gesell. Me dieron un lateral por izquierda a la altura del área, empecé a gambetear, pasé a cuatro o cinco y definí a un palo. Otro en Lobería, sacamos del medio y empecé a gambetear hasta llegar al mano a mano con el arquero.
El mejor gol que viste. Uno de Mario Aguilera, en Lobería. Agarró un rechazo, de aire y de volea se la puso por arriba al arquero desde mitad de cancha.
El mejor futbolista de Tandil. Laureano Pereyra.
El futbolista con mayor proyección en Tandil. Matías González.
El mejor futbolista de Argentina. Mauro Zárate.
El mejor futbolista del mundo. Lionel Messi.
Un equipo en el que te hubiera gustado jugar. San Lorenzo.
Una camiseta que te gustaría tener. Cualquiera de Román.
Otro deporte. Ninguno.
Tu actividad, además de futbolista. Propietario de Nonna Pastas.
Un sueño por cumplir en el fútbol. Seguir saliendo campeón.