Dispuesto a no dejar pasar una oportunidad que quizá no se repitiese, Juan Ramón Aquino aceptó la propuesta para ser el entrenador de Unión de Mar del Plata en la Liga Argentina de Básquet, principal categoría del ascenso nacional. Dejó su puesto como asistente de Ezequiel Santiago Medina en Quilmes (el otro representante de la ciudad en el certamen) y regresó a una institución a la que lo conecta un fortísimo sentimiento emocional.

El exbase y director técnico de Independiente tendrá esta noche su debut al frente del elenco celeste, que en el arranque del Clausura recibirá a Deportivo Viedma, uno de los principales animadores de la divisional al cabo de las últimas temporadas.

En comunicación con Último Bondi (Tandil FM y Eco TV), Aquino reflejó sus primeras sensaciones:

“Estoy muy contento, afrontando mi segunda semana de trabajo y ya preparando el juego ante Deportivo Viedma, un rival muy duro. Estamos ensamblando todas las piezas para tener el mejor partido posible”, comenzó explicando el oriundo de Chaco.

-¿Dudaste en algún momento cuando recibiste la propuesta?

-Ni un segundo. En Quilmes, yo estaba como segundo asistente. Venía sin trabajar en los últimos años. Quizá sea un riesgo, pero cuando se me presentó la oportunidad no dudé en decir que sí. Tengo esa filosofía de vida, de aprovechar oportunidades como ésta. Podrá ser algo arriesgado o encontrarme en un momento en el que pueda pensarse que no estoy preparado. Pero algo así no se me había presentado nunca y quizá, si no aceptaba, no se me presentaba nunca más.

No hubiera estado bueno arrepentirme por no aceptar o quedarme con la duda sobre cómo me hubiese ido. No me llevo bien con esas cosas. Prefiero vivir la experiencia y tratar de que me vaya bien, si me va mal quedará como una enseñanza de vida.

-¿Qué encontraste a tu llegada a Unión?

-Conozco mucho el club, rondé por sus pasillos cuando vivía en Mar del Plata. También conozco a los jugadores, a los dirigentes y la gente allegada. Unión es un club muy familiar, muy parecido a Independiente en Tandil, que tiene allegados de toda la vida. Mi llegada no fue de manera ideal, se dio desde un abrupto cambio de entrenador. Los jugadores estaban un poco golpeados y confundidos con lo que había pasado. Pero, después de esos primeros días, se cambió la cabeza y nos pusimos a entrenar de cara a lo que viene en el torneo, que es durísimo.

-¿Tenés, en un plantel que no armaste vos, los jugadores adecuados a lo que pretendés como funcionamiento colectivo?

-Tengo muy buenos jugadores, de eso estoy seguro. Pero todos los equipos los tienen. De los ocho clubes de la zona que integramos, Unión tiene el presupuesto más bajo. Igual, eso es algo relativo porque todos los partidos son muy luchados, el récord del equipo en el Apertura fue de 8 victorias y 9 derrotas. El equipo es competitivo. No está armado por mí y quizá hay cosas que hubiese armado de otra forma. Pero es lo que tenemos y hay que ponerse a trabajar en pos del objetivo.

-Un récord de 8-9 que podría haber sido mejor, dado que hubo derrotas ajustadas.

-Sí, en Liga Argentina hay muchos partidos que se resuelven por 7 ú 8 puntos. No hay equipos que estén varios escalones encima del resto. Todos estamos en condiciones de ganar tanto de local como de visitante, aunque lejos de tu cancha cueste más.

-¿Cómo llega el equipo al debut?

-La verdad es que no tuve el tiempo de trabajo que me hubiese gustado. Empezamos la semana pasada, llevamos 4 ó 5 entrenamientos fuertes y se nos vino el partido encima. No hemos tenido mucho margen para plantear nuevas defensas y sistemas ofensivos. Vamos a tocar lo mínimo indispensable porque, si no, a los chicos se les haría un lío muy grande en la cabeza. No sería inteligente de mi parte cambiar el sistema de juego completamente apenas llegado. O instalar nuevas ideas con un equipo que no armé yo, cuando los jugadores vienen jugando de otra manera. Lo que haremos es mantener lo bueno que el equipo terminó haciendo, que es mucho, y agregar pequeñas cosas conforme vayan pasando las semanas y, con el transcurso del torneo, ir imponiendo cada vez más mis ideas, dejando un poco de lado lo antiguo.

-¿Hubieras preferido un rival más accesible que Deportivo Viedma para el debut?

-Y…si me daban a elegir, quería empezar contra un equipo de Pre Federal. Pero es lo que hay, el fixture es éste. Viedma perdió 2 ó 3 partidos nada más en fase regular, tiene una jerarquía tremenda, quedó a un minuto y medio de obtener el Apertura. Sobran las palabras para describir el equipo y los jugadores que tiene. Pero pueden venir un poco desgastados porque acaban de jugar el cuadrangular final, de haber hecho un viaje largo desde Córdoba hasta Viedma. Tienen gran jerarquía, pero podemos llegar a tener la ventaja de que no hayan podido preparar este juego contra nosotros.

-¿Pudiste hablar con “Tulo” Rivero, el entrenador saliente de Unión?

-Sólo cinco minutos y nada deportivo. Lo llamé porque tenía ganas de hablar con él. Dialogamos en muy buenos términos pero sobre cosas personales, nada del equipo.

-¿Los choques entre marplatenses son 50-50 en cuanto a probabilidades de triunfo o Quilmes tiene una pequeña ventaja sobre Unión?

-En los papeles, Quilmes debería tener más chances de ganar. En la temporada, hubo un triunfo para cada uno en la fase regular, y Quilmes ganó el choque del cuadrangular. Todos partidos muy parejos. Ahora, Quilmes sumó un americano como Tyrell Brown, que tiene mucha jerarquía y mucho gol, es sinónimo de garantía. Pero son partidos parejos por más que Quilmes tenga un mayor presupuesto y mejores jugadores. Los dos equipos lo toman como un clásico de barrio y en esos partidos se emparejan las cosas.

-¿Se puede inclinar la balanza para el lado de Unión por tu conocimiento del plantel de Quilmes?

-Hoy, todos sabemos casi el 100% de las cosas que hacen nuestros rivales. Tenemos todo “scouteado”, estamos al tanto de qué hace el base, el alero, el pivote…o hacia dónde son las cortinas en cada sistema. En la teoría puedo saber qué sistemas usa Quilmes o qué intención de juego tiene porque fui parte del cuerpo técnico. Pero transmitírselo a los jugadores es otra historia.

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