Werner: “Sabía que el destino por ahí me daría una mano”
El entrerriano se refirió al desenlace del campeonato. Recordó a su hermano Gabriel, “mi guía y consejero”.

No es casual el apodo de "Zorro de Paraná" que lleva el flamante bicampeón de Turismo Carretera, Mariano Werner, quien sostuvo que no cree en la "suerte" para ganar carreras, sino en el "trabajo y sacrificio", señaló el piloto entrerriano en una entrevista con Télam.
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Accedé a las últimas noticias desde tu emailEl nacido en Paraná, a pocos días de cumplir 33 años, dijo en cambio que sí se aferra al "destino", el mismo que lo "condujo" para que Mauricio Lambiris no ganara el domingo y pudiera retener entonces el preciado título, ya que sabía que tenía escasas chances de "ganar" por los kilos que cargaba su Ford. Pero la ayuda "celestial" de su hermano Gabriel "desde el cielo", sostiene, hizo el resto.
En un mano a mano con Télam, Werner reveló, con indisimulable emoción, que siempre mira al cielo como "agradeciéndole" a su hermano mayor Gabriel, quien perdió la vida en 2007 cuando estalló un neumático en el camión de aprovisionamiento de la Fórmula Renault Interprovincial.
Los hermanos Gabriel y Mariano habían fundado el "Werner Competición", tras no contar Gabriel con una butaca en el equipo de su padre José, y formaron el equipo.
"Mi hermano Gabriel fue mi guía, consejero, compañero de andanzas, sueños y proyectos, y siempre me acompaña. Cuando la carrera se ponía muy difícil para mí el domingo pasado, me ayudó nuevamente, como siempre lo hizo" destacó.
El circuito sanjuanino tiene subidas pronunciadas y Werner sabía que a su Ford, del equipo de su coterráneo Omar "Gurí" Martínez, le iban a "doler" los 50 kilogramos de "lastre" que debía llevar por las carreras ganadas.
"Fui a San Juan sabiendo de mis limitaciones en cuanto al motor, porque eran muchos kilos respecto de mis rivales, por ejemplo el uruguayo Lambiris, quien necesitaba ganar sí o sí para salir campeón, pero sabía que el destino por ahí me daría una mano", explicó.
El sábado, Werner clasificó 12do. y en su serie se complicó por un toque de “Josito” Di Palma (Ford), que le dañó la trompa de su auto. Por esa maniobra, el arrecifeño fue sancionado y Werner pudo terminar segundo en el parcial, mientras que la amenaza de Lambiris creció, ya que ganó la batería más rápida y eso le permitió largar adelante en la final.
En ese sentido, Werner reconoció que se le "complicó" un poco por el toque con Di Palma, pero que después se "recompuso" y quedó en una posición "expectante" para la final.
Pero no pudo avanzar mucho en el segundo o tercer pelotón, además de un toque con Agustín Canapino que le hizo perder algunas posiciones.
Con sinceridad brutal y sin vueltas, Werner aseguró que si no fuera por el "incidente entre Todino y Lambiris en la octava vuelta, otra hubiese sido la canción. El destino quiso jugar para mi lado, y la adrenalina de los últimos giros fue muy intensa, porque iba pensando en el gran sacrificio que hago para correr en un gran equipo". (Télam)