CIERVO ROJO: mantas nórdicas hechas en Tandil

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Accedé a las últimas noticias desde tu emailAyelén Brunori, tiene 36 años. En octubre de 2019, llegó a Tandil junto a Marcelo, su marido. Ellos están juntos desde hace 18 años y, desde un principio, sabían que iban a irse de la ciudad de Buenos Aires, donde vivían, para instalarse en algún lugar más tranquilo.
Un problema de salud sorprendió a Ayelén y tras su recuperación y rehabilitación, la decisión se precipitó. Buscaron un destino por fotos y se enamoraron de nuestra ciudad. Al poco tiempo, estaban viviendo en un verdadero paraíso entre las sierras.
Ayelén nunca había tejido nada, pero sí recuerda que su mamá algo le había enseñado cuando era chica. Poquito antes de la pandemia, decidió comprar lanas para tejer, y tomarse, como habían decidido, la vida con más calma. En medio del confinamiento surgió, sin siquiera proponérselo, Ciervo Rojo, el proyecto que la encontró tejiendo.

En un viaje por Colonia Suiza, a Ayelén le había encantado una manta nórdica y siempre, desde ese entonces, quiso tener una o aprender a hacerla. Supo que era éste el momento. Prueba y error, práctica, y encierro obligado mediante, el proyecto nació con la idea de ser siempre un producto de Tandil. Es por eso que lleva el nombre de un animal que puede encontrarse en la zona.
Con un marido proveniente del mundo de la moda, con ayuda de algunas chicas conocidas de ese ambiente y con esfuerzo sin descanso, Ayelén pudo dar un salto.
Acá en Tandil vende mucho y, de hecho, la mayor parte de su clientela es de por aquí. Sus principales canales de venta son Instagram y hace poco agregó Facebook. También vende sus productos, pero sin etiqueta y al por mayor, a varios locales, tanto de Tandil como de otros lugares. Desde fuera del país le han querido comprar alguna vez, pero la burocracia la atemoriza.
Ayelén asegura que sus estudios de Diseño de Interiores la ayudan mucho a la hora de diseñar o asesorar a sus clientas.

En poco tiempo, la joven emprendedora y su marido se han adaptado muy bien a la ciudad y, además de armar la casa donde hoy viven, han logrado armar un taller ahí mismo, en donde Ayelén trabaja durante todo el día y de lunes a lunes. Porque los emprendedores, me dice un poco entre risas, nunca descansan. No hay domingos ni feriados. Sus tiempos y rutinas varían, también, depende del tamaño de la manta o almohadón que esté tejiendo.
Las mantas de Ciervo Rojo son tan pero tan lindas que sirven para enfrentar el frío y por qué no para darle a tu casa un buen toque de elegancia y glamour. Que no te gane el invierno, pasá a verlas pronto.
¿Objetivo? Vivir la vida de manera tranquila.
¿Desafío? Lograr vender fuera del país.
¿La Vedette de Ciervo Rojo? La manta
En Instagram: @ciervorojotandil
Si querés contarme sobre tu emprendimiento, escribime a sofiarojo@eleco.com.ar