EMPRENDEDORES
COGNAC: de joyas y flores
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Imagino un campo de flores y un violín sonando de fondo; en ese escenario, Agustina Alcorta y su obra.
Hace 36 años, cuando ella apenas tenía uno, vino con su familia a vivir a Tandil. Luego de terminar la secundaria se fue a Buenos Aires donde estudió diseño textil e indumentaria. Luego de recibirse, hizo un curso de estilismo en Londres y al volver a la Argentina comenzó su propio emprendimiento, donde creó una línea de accesorios textiles: carteras, zapatos, bolsos, interviniendo todo tipo de indumentaria. El diseño, supo en ese momento, es lo que a Agustina más le gusta. En ese entonces, puso un local de venta de sus creaciones, llamado Mo de Poe. Al tiempo, decidió perfeccionarse y profesionalizar su trabajo de manera más puntual. Su interés por la joyería y su atracción por los detalles de la naturaleza se fusionaron y encontró en esa combinación, su lugar de expresión.
Agustina cerró el local, y viajó a Nueva York a formarse en joyería. Conjugó el diseño textil con el trabajo artesanal y, feliz con lo aprendido, volvió a Tandil para emprender junto con su hermana quien también tenía ganas de hacer algo por estos lares.
De estas ganas emprendedoras, surgió Cognac, que lleva ese nombre, simplemente, porque les gustó la música de la palabra. Agus se interesó siempre por lograr un producto participando de todo su proceso creativo; de principio a fin: con una chapa lograr el objetivo sin depender de nadie, era su idea. Y Cognac nació con la joyería de autor en sus manos, y el diseño floral a cargo de su hermana, que es paisajista. Enfocado directamente a novias, madrinas e invitadas, el proyecto, explica Agustina con una voz suave y un hablar pausado, es un estudio de diseño que crea piezas atemporales que no se basan en la moda y, a la vez, son únicas, porque se trabaja con el cliente según su necesidad. Cognac es diseño minucioso, hecho con diferentes texturas, colores y materiales.
Una vez al año, aparte de los trabajos para las novias, Agustina diseña una colección de piezas de joyería, cuidando los detalles, las terminaciones y la calidad para que duren en el tiempo.
La pandemia cambió a Cognac, ya que su hermana siguió su camino por otro lado. Agustina, hoy, es quien se encarga del emprendimiento con sus propios medios. Mitad del día hace trabajo administrativo en una oficina, el resto del día lo dedica a su proyecto que consta de ramos de ceremonia, ramos de civil, boutonnières para novio, joyería, tocados, accesorios para novias y madrinas.
Los accesorios que Agustina produce constan de 4 a 6 piezas para cada novia y por mes, aproximadamente, realiza 5 trabajos. Cada producto lleva varias horas de producción, y siempre dependiendo de qué obra sea y los materiales que se usen, que pueden variar de piedras, metales o textiles.
Además de mostrar lo que hace a través de su cuenta de Instagram, las obras de Cognac pueden encontrarse en Familia Green, Espacio Nido, y en su propio taller, concertando cita previa.
Lo que más disfruta Agustina es hacer la joyería artística. El desarrollo de piezas en base a una temática donde más puede jugar y experimentar para llegar a piezas más expresivas. Todo en Cognac es una delicia para los ojos. No dejen de verlo.
¿Objetivo?: hacer que crezca, conservando la esencia.
¿Desafío?: exponer una colección en muchos lugares.
¿La Vedette de Cognac?: Tocados y aros para bodas.
En Instagram: @cognac.studio