Emprendedores
De La Pampa a Tandil, música y budines
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Llegué a lo de Marianela y Rodrigo a mitad de mañana. Marianela salió a recibirme con una sonrisa. Adentro estaba Rodrigo, en una casa impecable y con un sutil pero tentador perfume mezcla de vainilla y limón. Allí se gestó Alimentarte, el emprendimiento que salió a la calle por primera vez un sábado y en sus casi tres años creció y creció. Marianela es cálida, tranquila y amable; sonríe y se muestra decidida. Mientras corta un budín de manzana para que yo pruebe, Rodrigo la acompaña con serenidad y, como un buen equipo, se predisponen y acomodan para contestar. Ahora sí, arrancamos.
Rodrigo Almirall, de 34 años, conoció a Marianela Forte, de 29, hace casi una década, en Santa Rosa, La Pampa. Allí estudiaban ambos. Él, biología; ella, profesorado en Psicología. Rodrigo nació en Henderson y ella, en Gral. Pico. Una vez recibida Marianela, buscaron cambiar de aire, e irse a otro lugar. Rodrigo dejó la biología y eligió el camino de la música. Y en esa búsqueda estaban cuando un amigo de Rodrigo, de Tandil, le ofreció trabajo en la construcción y se vinieron para acá. Marianela empezó a trabajar en docencia en el Conservatorio de Música de Las Flores. Viajaba desde Tandil todos los lunes, iba por el día; luego consiguió algunas horas de suplencias, hasta que un día no hubo más trabajo. Y entonces Marianela agarró la bandeja y salió a vender budines, así lo dice ella, entre risas. Así empezó Alimentarte.
Cuentan que, juntos, y sin mucha vuelta, eligieron el nombre, Alimentarte, y Maru agrega que fueron sus amigas quienes la animaron y la ayudaron a pensar la idea y a armar las etiquetas y todo. Y así, sin dudarlo, se puso a cocinar algo que hacía muy bien: budines. Salía los sábados con 15 budines por el centro. A veces vendía poco y otras veces volvía a su casa a recargar la bandeja. Empezó con el de limón y el de zanahoria. Al tiempo, Rodrigo se quedó sin trabajo y se sumó al emprendimiento.
A Rodrigo le gustaron siempre los bichos; a Marianela, la docencia. Pero los dos aman la música y, sobre todo, cocinar y agasajar a sus seres queridos y ahora también, a sus clientes.
Inquietos y emprendedores, con la ayuda de la gente de Mercado en tu Barrio, dieron con un espacio para cocinar. Los días jueves y viernes tienen disponible la cocina del Centro Cultural La Compañía. Luego de los procesos correspondientes y con todos los productos aprobados por Bromatología, se largaron a vender en las ferias, en negocios locales y también ofrecen los productos en su casa a través de las redes.
Barritas de cereal, muffins, budines y, en fechas especiales, pan dulce y roscas. Compañeros y súper trabajadores, dicen que la pasión por la cocina es algo que la familia de Rodrigo les contagió.
Los chicos de Alimentarte, actualmente, producen más de 80 budines por semana y, además de los locales a los que proveen, ya tienen una clientela firme que los sigue.
¿Un objetivo? Tener un espacio propio donde cocinar.
¿Un desafío? Incluir productos salados.
¿La Vedette de Alimentarte? El budín de limón y arándanos.
En IG: @alimentarte_mr
En FB: AlimentArte
¿Querés contarnos acerca de tu emprendimiento? Escribi a sofiarojo@eleco.com.ar