EMPRENDEDORES
LA BELLA: pizzas bien tandileras
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Julia Gallardo y Noelia Caram se conocieron en marzo de 2017 y, desde ese entonces, nunca se separaron. Tres años después, una semana antes de que empiece la pandemia y el consiguiente confinamiento, se casaron.
Noelia vivió de chica en Mar del Plata y, luego, en Benito Juárez; en 2001, vino a Tandil por trabajo de su familia. Estudió administración y tiene una formación netamente económica. Pasó por varios trabajos, siempre ocupándose de tareas relacionadas a la contabilidad; una empresa de transporte, un negocio agropecuario familiar, la construcción. Tandil, asegura, es su lugar por adopción.
Julia es tandilense, y cuando terminó el secundario se fue a vivir a Tucumán para estudiar la profesión de maestro luthier; tiempo después, se volvió a Tandil, para trabajar en un negocio familiar de cabañas.
Las ganas de ambas de emprender estaban latentes desde hacía tiempo. Pero sus trabajos no les permitían tener, al día, mucho tiempo juntas. La pandemia y la cuarentena modificaron sus días y, en el encierro, con trabajo desde casa, pasando más tiempo juntas, empezaron a pensar qué podían hacer.
Barajaron varias posibilidades. Querían hacer algo que pudieran realizar ellas mismas. La cocina siempre les gustó y, entonces, se les ocurrió: ¿hacemos pizzas?
Reversionaron, entonces, sabores de un producto que les encanta. Pizzas ciento por ciento vegetarianas, con productos de Tandil, de muchos colores y sabores. Arrancaron haciendo masas de harina integral, remolacha, calabaza y espinaca. Tenían dos asaderas de distintos tamaños, cuentan entre risas, y se mandaron nomás.
En medio de un mundo de experimentación y juego, Noelia y Julia hacen variedades de pizzas fuera de lo normal. Los nombres de cada una son parajes o barrios de nuestra ciudad y alrededores, tales como La Pastora, Iraola, La Numancia, La Movediza, Paraíso, Fulton. Enarbolando las banderas del consumo local, o Km 0, las chicas se ocuparon siempre de que la elaboración de sus productos sea con ingredientes de estación y de Tandil.
Un 25 de Mayo pero de hace 2 años, se animaron y publicaron la página con algunas fotos. Y, al poco tiempo, con un emprendimiento creciendo a pasos agigantados, empezaron con las primeras adquisiciones: un freezer, un horno pizzero. El garaje, pronto les quedó chico y a fines de octubre, Julia y Noelia consiguieron un departamento de un familiar y, con ayuda de gente de bromatología, lo habilitaron y lo armaron como sala elaboradora.
Las chicas, hoy, se dedican de lleno a su proyecto y van a su lugar de trabajo, muy temprano y con gran felicidad. Crear, hacer, deshacer, experimentar y jugar, eso es para ellas La Bella. Mantienen una rutina que va de lunes a sábados y que termina cerca de las 21, cuando salen a entregar los pedidos. Les gusta ser ellas quienes los llevan, para charlar con sus clientes y poder brindar algún consejo para una mejor cocción. Es uno de sus objetivos el que los clientes se involucren con la cocina y planifiquen la comida.
Cada pizza, que es el resultado de una combinación de vegetales, quesos, hongos y harinas, tiene más de 48 horas de trabajo de leudado frío encima. Desde sus inicios han agregado, y siguen agregando, muchas variedades de pizzas, panificados y un box de tapeo, que va cambiando según la época del año.
En un emprendimiento que no para de crecer, con dos empleados que debieron agregar y una sala elaboradora que se ha convertido, en poco tiempo, en local y punto de venta, Julia y Noelia, hablan con orgullo y alegría de La Bella con sus Pizzas que gozan de plena identidad local.
Objetivo: seguir creciendo.
Desafío: salir por los pueblos a cocinar.
¿La Vedette de La Bella?: 4 esquinas (4 quesos), Paraíso (hongos al malbec)
En Instagram: @bellapizzatandil
¿Querés contarnos acerca de tu emprendimiento? Escribí a sofiarojo@eleco.com.ar