Las delicias de María, una Fulana de Tal

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Accedé a las últimas noticias desde tu emailMaría Pedemonte tiene 40 años y desde hace 5 vive en Tandil. Es de San Isidro y junto a su marido Wenceslao, que es de Coronel Suárez y con quien está desde hace una década, supo que en algún momento se mudarían al interior. Vivían en Buenos Aires, donde se habían casado; él tenía dos hermanos viviendo en nuestra ciudad y se animaron al cambio, cuando Isabel su hija mayor tenía 2 años. Fue en el año 2016, buscando otro estilo de vida para criar a sus hijos.
María estudió gastronomía en el IAG y trabajó en diferentes lugares, cuando era soltera. Pero la vida en familia no era compatible con los horarios de cierre de las cocinas y la combinación se volvía cada vez más complicada.

Al poco tiempo de llegar a Tandil, a María la llamaron de un comercio gastronómico local; ayudó asesorando, renovando el menú y reestructurando un poco la cocina.
En 2018, cuando fue el bautismo de su segunda hija, Inés, hizo todas las tortas y la mesa de dulces. La reacción de amigos y familiares fue tal que la animaron a cocinar para vender e, incluso, empezaron a hacerle pedidos. Fulana de Tal surgió en 2018.

En 2020, cuando empezó la pandemia, llamaron a María de una empresa para hacer los almuerzos y desde entonces, además de postres, galletitas, muffins y tortas que son una bomba, hace viandas para empresas que convierten al almuerzo un momento feliz. También, como parte de su emprendimiento, la creadora de Fulana de Tal, da clases de cocina, a domicilio, individual o en grupos. Lo importante, dice, es que cada uno aprenda a cocinar con lo que tiene.
Tímida y cautelosa, así se define. Con mirada seria, y una voz serena y suave, me explica que lo suyo es el bajo perfil y por eso el nombre de su emprendimiento. Que si alguien le preguntara sabés quién hizo esta torta, la respuesta más cómoda sería: Fulana.
María es una de 6 hermanos y de chica se acostumbró a dar una mano en su casa, ayudando en la cocina. Su mamá era quien cocinaba siempre y, a veces, vendía comida congelada. Su tía también cocinaba muy bien.

Todas las mañanas, María se levanta y sale a buscar materia prima para lo que cocina, luego prepara las viandas y completa su rutina con pedidos que van surgiendo día a día. Su familia, que la acompaña y apoya siempre, es su mejor control de calidad.
¿Objetivo? Tener un espacio donde puedan venir a comprar o a tomar clases.
¿Desafío? Darse a conocer cada vez un poco más.
¿La Vedette de Fulana? El Rogel.
En Instagram: @fulana_de_tal_tandil
¿Querés contarnos acerca de tu emprendimiento? Escribí a sofiarojo@eleco.com.ar