ENFERMEDAD CUTÁNEA
Avances médicos para frenar la “piel de cristal”
La piel de cristal (EB) es una enfermedad genética y poco frecuente. Técnicamente denominada epidermólisis bullosa (o ampollar), ocasiona fragilidad en la piel y mucosas, y produce ampollas y heridas en cualquier parte del cuerpo ante una fricción, golpe o espontáneamente. En casos graves pueden aparecer inclusive en el interior del cuerpo.
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Es hereditaria y se origina por la presencia de uno o más genes mutados. Hasta el momento no tiene cura y se tratan sus síntomas, mayoritariamente controlando el dolor y la picazón y curando las heridas causadas por la fragilidad cutánea.
Pero ahora, una nueva innovación científica ilusiona a médicos y pacientes. Especialistas de Fundación Respirar participan de una importante investigación clínica internacional para determinar los beneficios del tratamiento con células madre con intenciones curativas en pacientes con esta enfermedad incurable.
La piel de cristal se caracteriza por una fragilidad severa en la piel que hace que se formen ampollas, llagas o rasgaduras ante el menor roce, el calor o el frío. En algunos casos las lastimaduras pueden aparecer en el interior del cuerpo, incluidas las membranas mucosas internas (boca, esófago o intestinos).
En el marco del estudio, ya se le infundieron células madre a la primera paciente, una rosarina de 31 años que ya regresó a su domicilio. Se espera continuar con el tratamiento en por lo menos 14 pacientes argentinos que aguardan sumarse voluntariamente a la investigación. Se estima que en nuestro país hay 500 personas con esta enfermedad y 250 con las formas más graves.
“Estamos orgullosos de que Argentina participe en esta importante investigación y que pacientes del país puedan llegar a beneficiarse con este tratamiento innovador, que es producto de una tecnología sumamente disruptiva. Nuestra Fundación Respirar es parte de un estudio que reúne a una veintena de centros de máximo prestigio mundial y hemos infundido al primer paciente de Latinoamérica”, afirmó Alexis Doreski, director de Fundación Respirar.
Las células alogénicas son generadas y provistas por el laboratorio alemán Rheacell, patrocinador del ensayo. Cada sesión terapéutica consiste en dos infusiones de unos 5 a 10 minutos cada una, que se realizan en un ámbito hospitalario, por cuestiones de asepsia y prevención. Finalizadas las infusiones, el paciente es controlado por aproximadamente 2 horas en su habitación y es dado de alta.
Las células alogénicas llegaron en avión a Ezeiza provenientes de Alemania, de la casa matriz del laboratorio productor, y en el mismo día, bajo los requisitos establecidos por entidades regulatorias tales como Anmat e Incucai, entre otras, se enviaron para realizar el procedimiento.
Se llama células alogénicas a aquéllas provenientes de individuos genéticamente diferentes, pero de la misma especie que se desea reemplazar y que son trabajadas genéticamente mediante un proceso de alta complejidad.
Invalidante y progresiva
María Florencia Fernández, dermatóloga especializada en heridas e Investigadora Principal en el estudio en Fundación Respirar, señaló que la denominada piel de cristal “es una enfermedad invalidante que afecta totalmente la calidad de vida de los pacientes”.
“La esperanza materializada a través de esta investigación comenzó hace dos años en un congreso y logramos que Argentina sea parte, para mejorar la calidad de vida de los pacientes y retrasar o impedir las complicaciones que al día de hoy son progresivas e irreversibles. Estoy muy orgullosa del equipo que formamos para acercar a nuestros pacientes en Argentina la última tecnología médica a la cual acceden los pacientes en Estados Unidos y en Europa”, comentó.
En cuanto a los resultados esperables, dijo que “estamos con mucha expectativa dado que el tratamiento tiene intenciones curativas, una estrategia logística en la cual las células viajan desde Alemania a Argentina y llegan a nuestras manos a -80 grados”.
Y añadió: “Por primera vez llega un estudio de esta complejidad para esta patología al país, teniendo el privilegio y la responsabilidad de ser el único centro de investigación seleccionado en Argentina¨, consignó Doreski. “Hay un segundo centro en Sudamérica, en Santiago de Chile, que aún no cuenta con voluntarios participantes y al cual asesoraremos en todo lo que requiera”, agregó.
Gracias a sus propiedades inmunomoduladoras y antiinflamatorias, las células madre alogénicas desarrolladas por el laboratorio productor pueden convertirse en un nuevo y prometedor enfoque terapéutico para la piel de cristal.
Esta terapia celular ya ha demostrado beneficios en el tratamiento de las heridas venosas crónicas (HVC); en estudios previos, probó que las células interactúan localmente con el sistema inmunológico y, por lo tanto, permiten que el organismo cierre las heridas crónicas. De hecho, ese uso externo ya se encuentra aprobado en Alemania desde 2021.
Dado que la piel de cristal es una enfermedad sistémica multiorgánica y las heridas ampollosas y abiertas pueden producirse en cualquier parte del cuerpo, el tratamiento con células madre no se aplica de manera externa sobre las heridas, sino que se administra mediante infusiones por vía endovenosa. Debido al efecto sistémico a través de la sangre, las células madre pueden migrar hacia los sitios de tejido lesionado, tanto de forma externa como interna, alojarse en la herida (lo que se conoce como “migración dirigida”) y promover su cicatrización. (Fuente: DIB).