Pablo Suárez, un músico que aprendió a ser un importante y querido profesor
El artista tandilense hace 35 años que es baterista y 27 que se desempeña como profesor. Fue discípulo del recordado Antonio “Toco” Saldívar.

Por Ignacio Pérez (*)
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Pablo Suárez comenzó a estudiar batería de forma particular con Antonio “Toco” Saldívar y continuó sus estudios en la Escuela Municipal de Música Popular “Guillermo Maguila Althabe” de Tandil, de la cual también fue profesor.
-¿Cómo descubriste tu gusto por la música?
-En principio, en mi casa había mucha música. Era un seguidor de muchas bandas y juntarse con amigos a escucharlas era una cosa habitual unos años atrás. Cuando yo era chico, vi por televisión el recital de Queen cuando estuvo en Argentina y fue como un impacto muy fuerte, mi fantasía era poder participar más de cerca de ese evento musical, era algo muy atractivo estar en ese mundo, y luego empecé a ir a recitales en Tandil.
-¿Por qué elegiste la batería como instrumento predilecto?
-El estudio de la batería empezó dentro de un montón de estudios diferentes, como uno más y, de a poco, sin darme cuenta, fue adquiriendo más importancia. Esto tuvo que ver con que era capaz de resolver las cosas, entenderlas y escucharlas, era como que había buena química entre el instrumento y yo, y siempre fue así. Hoy en día, sigo sentándome a estudiar y, a pesar de los límites que uno encuentra, siento que siempre hay buena química entre la batería y yo.
Su estudio y las clases
Su estudio es una habitación de dos por tres metros, con paneles acústicos en sus paredes que sirven para mejorar el sonido interno y evitar el rebote. El piso es flotante para procurar que el sonido salga de la habitación. La batería está ubicada en el centro; en un escritorio donde tiene su computadora y cuenta con un amplificador de sonido para poner música, bases y metrónomo que utilizan sus alumnos en las clases.
Se desempeñó 27 años como profesor en la Escuela Municipal de Música y hoy continua dando clases en su estudio particular.

-¿Cómo decidiste empezar a dar clases?
-Las primeras clases surgieron porque algunos me veían tocar y me preguntaban si daba clases. Al principio les decía que no. Luego probé con algunos y sucedió algo muy bueno: me sentía muy cómodo dando clases y, cuando me di cuenta de que la gente también se sentía cómoda, un poco por mí, que era la persona que podía ayudar a descubrir cosas musicales, fue muy bueno. Hay cuestiones que son muy interesantes y mágicas en las clases. El tiempo pasa volando. Estoy muy agradecido de poder trabajar en esto y que la gente me siga eligiendo para este trabajo.
-En esta época de pandemia, ¿cómo fue dar clases?
-En un principio, fue bastante incómodo, pero con las reglas que nos pusimos como humanos, estoy de acuerdo. Traté de poner buena energía y dar lo mejor, no lo pensé como algo negativo. Creo que la buena energía supera cualquier cosa y, si hay un momento en el que hay que cuidarse, le pongo buena onda y lo pienso como algo positivo.
-¿Son muy distintas las clases hoy respecto a cuando comenzaste?
-Sí, con el tiempo las clases han mejorado con el uso de la tecnología, es mucho más fácil la comunicación con los alumnos, hay un fácil acceso a diferentes músicas, a usar algunos programas y que mis alumnos los puedan utilizar en sus casas, eso fue agilizando las clases.
Recuerdos y reflexiones
-¿Recordás alguna anécdota de un momento en una clase?
-Una vez, un alumno pequeño llega y le digo 'ponete cómodo´, él se sienta en la batería; yo me pongo a buscar en la computadora los archivos de clase, y cuando me doy vuelta lo veo con los ojos cerrados y en posición de meditación, y le pregunto ´¿qué estás haciendo?´, y me responde ´estoy rezando para que me salgan los ejercicios´, y le expliqué que los ejercicios tenían que salir pero que no dependía tanto de eso.
-¿Qué recomendación les darías a aquellas personas que están estudiando y no progresan como quisieran?
-Me resulta difícil recomendar, pero en principio, hacer lo que les guste. Y si me involucro más en el estudio de la música, puede que haya momentos en que uno tenga que trabajar cosas, practicándolas y dándole más tiempo para llegar a un lugar musical mucho más fino. Con esto quiero decir que si vos tenés claro a dónde querés ir, ese tiempo arduo es un tiempo que vos entendés que va a suceder, y si lo encarás con paciencia y con calma, las cosas van a terminar saliendo. Esa sería mi recomendación para pasar un momento difícil cuando las cosas no salen.
(*) Esta nota forma parte de la serie de reportajes realizados por alumnos de Práctica Profesional 1 de la Tecnicatura en Comunicación Social para el Desarrollo del ISFDYT10 de Tandil, bajo la tutela de la profesora Carolina Cordi.