Pasa por el diván Aniceto Chambrillón: “Aprendí que no se puede vivir del trabajo en el Estado”
-La derrota sumió a muchos dirigentes peronistas en un duelo del que les cuesta salir. ¿Es su caso?
-Las derrotas siempre duelen. Jugás un picadito de dos contra dos y lo querés ganar, pero lejos de tomarla como una tragedia yo la tomé de manera muy positiva, como expresión de la sociedad: un sector no estaba de acuerdo con nosotros y ya está, ahora cada uno tiene que seguir con su carrera. Perder es parte del juego.
Recibí las noticias en tu email
-No es así para parte del peronismo. En algún momento parecían decir “no vamos a perder nunca”.
-Sí, es probable.
-¿Y usted?
-Después de la primera vuelta noté en círculos cercanos que eran muchos más los que nos puteaban; obviamente había algo que no estaba llegando bien donde queríamos ir para poder ganar. Hubo errores para interpretar y escuchar a esos sectores.
-Usted venía en una carrera ascendente desde que arrancó como asesor de Roberto Lavagna. ¿Nunca sospechó que las cosas no podían ser tan fáciles?
-¿En mi camino personal?
-Suyo y de muchos otros. Como si dijeran: “desembarco en el peronismo, llego al poder y no me voy más” mientras tipos como Carlos Fernández o Elisa Carrió para llegar se tuvieron que tragar décadas de derrotas.
-Nunca son fáciles los caminos. Pero si esa fuera la mirada, entonces es positivo haber perdido, para que se reacomoden las cosas. Pero de hecho los ocho años de Scioli y los cuatro en que yo intervine no fueron fáciles ni en términos de gestión ni en términos de política. Tuvimos muchísimos palos en la rueda.
-¿Sigue siendo sciolista?
-Soy peronista, un peronista que reclama y trabaja para que el peronismo se modernice, cambie. Y cambie también, en muchos casos, los modos.
-Discúlpeme, en Redacción le pueden dar el teléfono de Diego Bossio.
-¿Por?
-Está planteando algo muy similar.
-No he hablado, pero ¡no está mal!, no tengo escala para hablar con Diego, por lo que él significa, ni soy quién para juzgar; lo de él es una decisión política y no va a ser ni más bueno ni más malo. Sí creo que hizo una jugada política arriesgada que le puede salir bien a futuro, aunque también le puede traer altos costos.
-El kirchnerismo está siendo vapuleado: videos en donde cuentan millones, peleas cruzadas entre algunos de sus popes, gravísimas denuncias judiciales, medios afines que se caen a pedazos. ¿No se alegra un poquito después de todas las que le hizo a los sciolistas?
-Alegrarme no, pero si hicieron algo, tienen que ir presos, claramente.
-Juéguese un poquito más. El propio Adolfo Pérez Esquivel nos dijo que Cristina hizo lo imposible para que Scioli no llegue a la presidencia. ¿Acaso no le guarda rencor a la ex presidente?
–
Rencor sí, y tengo una cierta autocrítica por no haber salido de eso, pero ya era tarde y seguramente si no se hizo fue parte de una estrategia de la que yo estaba muy lejos. Era muy difícil desmarañar a Scioli de eso, aun sabiendo que él tenía otros modos. Tampoco doy por muerto a nadie y creo que el enfrentamiento tan fuerte del kirchnerismo con el macrismo lo que hace es mantenerlo vivo, porque también le sirve al Gobierno. Al macrismo le es funcional un kirchnerismo fuerte con quien contraponer.
-Algo así dijo Francisco Sola, el joven macrista que ahora va a la Provincia. ¿Leyó sus declaraciones? A algunos les pareció soberbio. Lo cierto es que dirigentes como él van a ocupar el espacio que ustedes tenían hasta hace pocas semanas.
-Para mí hay que caminar con mucha humildad. Entre otras cosas con el ‘Topo’ Rodríguez aprendí eso: a caminar con mucha humildad y escuchando mucho. Mejor escuchar que hablar. Y como parte del duelo del que usted habla, uno de los grandes aprendizajes del 22 de noviembre fue entender que uno no puede vivir del trabajo en el Estado y es bueno desarrollar una carrera en la vida privada. Vi compañeros que se probaban el traje de secretarios de Estado y no digo que esté mal, pero se terminó y cada uno tiene que seguir su carrera.
-¿Habrá debate en el peronismo?
-Ojalá. Muchos dirigentes están pensando en esa necesidad. Aparte, si queremos ser un país maduro el peronismo tiene que aprender a ser oposición, a construir posturas y planteos que lleguen a la sociedad, a no hacer cualquier cosa cuando estamos en el poder, a no creer que vamos a perdurar en el poder por siempre.
-“Al poder no se llega de rodillas. En algún momento te tenés que poner de pie”, dijo Julio Bárbaro en esta sección hacia junio. Fue una verdadera premonición sobre Scioli, ¿no?
-Creo que en la discusión de fondo de políticas llegamos muy de pie. El debate entre Macri y Scioli fue una batalla sobre las cuestiones de fondo. Nuestra discusión planteaba un Estado presente en la economía teniendo en cuenta las necesidades y la situación de los trabajadores y los sectores más desfavorecidos contra un Estado ausente gobernando para pocos. Esa fue la verdadera discusión, y la dimos de pie.
-Por lo visto sigue teniendo un concepto muy positivo de Scioli.
-A ver: importantes sectores de la sociedad se quedaron esperando a un Scioli que le diga “¡basta!” a Cristina, incluso creo que alguno de nosotros también, pero evidentemente es una convicción o una cuestión personal, no lo sé, pero siempre mantuvo una línea de conducta y es rescatable porque hoy vemos tanto salto, tanto cambio de bando de un lado para otro…
-¿Volverán algún día al poder?
-Sí, creo que sí. Tampoco me desvela el hecho de volver por el poder mismo, lo vivo como parte de un proyecto colectivo que sea mejor para la gente, para mejorar algo a muchos. Estoy seguro.
-Con fe y esperanza.
-Sí, ja, ja, con fe y esperanza.
Ficha personal
33 años, politólogo
-Cursó primaria y secundaria en el colegio San Ignacio de nuestra ciudad.
-Se graduó en Ciencia Política en la Universidad de Belgrano.
-Hizo las maestrías del diario La Nación y del Instituto Di Tella.
-Trabajó un año como asesor en temas agropecuarios en el bloque de diputados de la Coalición Cívica.
-Se desempeñó durante un año y medio como asesor de Roberto Lavagna. Editó los dos libros publicados por el economista: “Pensando un país”, y “El desafío de la voluntad”.
-Director de Relaciones Interministeriales de la jefatura de Gabinete de la provincia de Buenos Aires (diciembre de 2011 a diciembre de 2013).
-Asesor del ministro de Asuntos Agrarios de la Provincia Alejandro “Topo” Rodríguez (diciembre de 20013 a diciembre de 2015).
-Actualmente trabaja como consultor, colabora en el Movimiento Asociativo de Italianos en el Exterior (MAIE) y como analista político en Tandil.
El discreto encanto del poder
Mientras transcurre sus días entre Buenos Aires y Tandil, el politólogo Aniceto Chambrillón no quiere que el futuro sorprenda a su partido sin programas actualizados y por estos tiempos trabaja en la confección de lo que considera debe ser “la propuesta productiva de un peronismo en términos modernos”.
¿Añoranza del poder perdido? Jura que no. “Nunca me sentí un tipo poderoso, ni tuve una gran oficina, ni nada que se le parezca, sólo me gustó la posibilidad de hacer cosas. Uno está de paso, es circunstancial, para hacer lo mejor que pueda hacer. El poder es apasionante por el aprendizaje, no por otra cosa, y por todo lo que podés hacer vinculando acciones. Yo trabajé mucho al lado del ‘Topo’ (Rodríguez, ex ministro de Asuntos Agrarios) en temas de coordinación, en cosas que no se ven, y cuando ves los eslabones que hay sueltos y que lo único que falta es unirlos, es muy interesante. Y soy muy agradecido de haber podido articular en Tandil muchas actividades de gestión que me parece que han sido importantes para la ciudad. Que la terapia intensiva pediátrica del Hospital de Niños sea una realidad te genera una satisfacción cuando lo ves en el resultado. Que el tren a Tandil siga viniendo y trabaje como corresponde, y la gente y los estudiantes lo utilicen, también”.
-El tren a Tandil no es para vanagloriarse, Chambrillón: en cualquier país civilizado ese servicio sería considerado un desastre.
-No me estoy vanagloriando del servicio, sí creo que como política pública -yo quiero que haya más trenes-, que Tandil tenga un pasaje de tren a 120 pesos para los estudiantes, me parece interesante. Creo que es positivo. u