Un gran cocktail espacial
La noche de hoy martes 20 de febrero y madrugada del miércoles 21 tendremos la oportunidad una vez más de disfrutar de un gran cielo. No sólo podremos observar hermosas constelaciones y planetas sino que además disfrutaremos de una bella Luna y un nuevo pasaje del satélite más grande que se haya construido: la Estación Espacial Internacional (EEI). Al satélite natural de la Tierra lo encontraremos hacia el oeste. En su fase menguante e iluminada en un 25% de su disco, será una gran oportunidad para observarla con pequeños telescopios o incluso binoculares. Aquellos que tengan algún instrumente de este tipo, no pierdan la ocasión. Se encontrarán con valles, montañas, planicies y cráteres. Sin duda alguna la Luna es uno de los objetos más extraordinarios para observarla con instrumental óptico.
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Teniendo en cuenta la posición de la Luna, a las 20P33 (horario para Tandil) deberemos prestar atención hacia una región ubicada más hacia el norte, ya que desde allí comenzará a surcar el cielo la mismísima EEI. Este complejo construido desde 1998 a partir de diversos módulos rusos, estadounidenses, europeos, japoneses y canadienses, tiene el tamaño de un estadio de fútbol y desde el año 2000 se encuentra continuamente habitada por astronautas. Se irá desplazando durante unos siete minutos para perderse a las 20P40 hacia el este. Los pasajes de la EEI representan uno de los fenómenos más interesantes que nos puede ofrecer el cielo, en particular si tenemos siempre en cuenta que en el interior de este objeto brillante se encuentran seis seres humanos viviendo y trabajando durante meses.
Dejando de lado la EEI y brindándole el protagonismo a las constelaciones, como siempre nos acompañará la Cruz del Sur junto a sus famosos punteros. Estos dos estrellas, las cuales hallaremos en la dirección del crucero menor de la Cruz, pertenecen a la constelación del Centauro. La más brillante de ellas es Alfa Centauro (la más alejada a la Cruz), mientras que la restante es Beta Centauro. Algo interesante de tener en cuenta respecto a Alfa Centauro es que si bien a simple vista se observa una sola estrella, si apuntamos con un telescopio podrán observarse dos, aunque la realidad nos indica que son ¡tres objetos! Una de las principales características de este sistema “tri-estelar” es que se tratan de las estrellas más cercanas al sistema Solar. De hecho, ese tercer objeto que no observamos es justamente la más cercana de las tres, motivo por el cual se la bautizó con el nombre de Próxima Centauri. Pero las sorpresas o curiosidades no terminan ahí. Resulta que en agosto de 2016, astrónomos del Observatorio Europeo del Sur descubrieron que Próxima tenía un planeta. Es decir, la estrella más cercana al Sol ya posee un planeta en órbita, lo cual nos indica indudablemente la colosal cantidad de planetas que deben existir tan sólo en nuestra galaxia, la Vía Láctea. Así que, cuando observes la Cruz del Sur y muy en particular a esa brillante estrella Alfa Centauro, tené en cuenta que se tratan de tres astros y que uno de ellos posee un planeta girando alrededor de la misma.
Dirigiendo nuestra mirada hacia la región opuesta del cielo, el norte, encontraremos a Orión, el gran cazador, con su clásico cinturón conformado por nuestras hiperconocidas Tres Marías. Hacia la parte superior de ellas, estará Rigel, una supergigante azul (una estrella caliente, y de ahí su color blanco-azulado, con una temperatura superficial de unos 25.000 °C), mientras que en la parte “inferior”, haciendo “espejo” con Rigel respecto de las Tres Marías, estará Betelgeuse, una supergigante roja, más fría que Rigel.
Betelgeuse posee una temperatura superficial de unos 3.000°C aproximadamente. Si a las Tres Marías las unimos imaginariamente y extendemos una línea hacia nuestra derecha, podremos ubicar fácilmente a Sirio, la estrella más brillante del cielo. De manera análoga, pero hacia la izquierda de nuestras tres compañeras, si agudizamos nuestra vista hallaremos una especie de “pino” compuesto por cinco estrellas. La más brillante de ellas, de color rojizo, es Aldebarán, y se trata ni más ni menos que el ojo del Toro, en la constelación de Tauro.
Para finalizar una gran noche de observación, aunque para ello deberemos esperar a las horas de la madrugada, tendremos a tres de los planetas más brillantes y hermosos de observar: Marte, Júpiter y Saturno. Pero como si esto fuera poco, los tres estarán rodeando al escorpión, en la constelación de Escorpio. En particular, Marte estará muy cerca de otra estrella supergigante roja. Se trata de Antares, y representa el corazón del escorpión. Justamente Antares proviene del griego “anti-Ares”, es decir, el rival del dios de la guerra, con el cual se lo asociaba a Marte, el planeta rojo. Para observar este bello cuadro celestial, habrá que esperar a la madrugada del miércoles y observar hacia el este.
* Director de Gestión Planetario Ciudad de La Plata