Con gran aceptación del público, el Mumbat inauguró la muestra homenaje a María Elena Walsh “Tiempo de Jugar”
La emblemática poetisa dejó un legado de canciones infantiles que fueron inspiración para que artistas locales realicen la exposición que desde ayer está disponible en el Mumbat. Con el foco en lo lúdico, lo sensorial, multimedial , digital y analógico confluyen en un paseo emocionante para toda la familia.
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"Quiero tiempo pero tiempo no apurado, tiempo de jugar que es el mejor. Por favor me lo da suelto y no enjaulado adentro de un despertador", plasmó María Elena Walsh en una de sus canciones, sin saber que a 10 años de su muerte seguiría tan vigente para grandes y chicos.
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Accedé a las últimas noticias desde tu emailComo homenaje a la poetisa en su primera década de ausencia y en consonancia con las vacaciones de invierno, el Museo Municipal de Bellas Artes de Tandil (Mumbat), con el apoyo de Fundación Osde, inauguró ayer una exposición pensada para toda la familia con el nombre de la emblemática canción, pero tomando como disparador todo el cancionero infantil.
Un diverso abanico de artistas locales, que llevaron sus propuestas para emocionar a los grandes y asombrar a los chicos, hizo de cada rincón del museo un espacio de ilusión, atracción e interacción que permanecerá a disposición más allá de estas dos semanas de vacaciones.
Aunque con la capacidad del lugar reducida debido a los protocolos de cuidado ante el Covid-19 y ráfagas incansablemente frías, la concurrencia superó las expectativas de los organizadores y artistas. Por las salas se pudo ver a personas de todas las edades disfrutando verdaderamente de la muestra.
“Esta muestra para nosotros significa mucho porque siempre intentamos que los proyectos sean interdisciplinares, trabajar con María Elena Walsh a los 10 años de su fallecimiento nos parece absolutamente inspirador y evocativo”, reflexionó la directora del Mumbat, Indiana Gnocchini.
Lo lúdico, sensorial y multimedial
Atendiendo los enfoques de derechos, género e inclusión, los escenarios que se presentan en el contexto de emergencia para las infancias deben ser diseñados para que los niños se encuentren y exploren nuevos conocimientos, descubran formas de expresar sus ideas, aprendan a producir sentidos por medio del juego y los diferentes lenguajes vertebradores en un contexto físico, social, cultural y lúdico, con experiencias potentes y mediadas por la familia.
Así expresan en sus paredes desde el Mumbat la bienvenida a esta vuelta de las actividades presenciales para los chicos en sus vacaciones, que el año pasado estuvieron coartadas.
Tal como plantearon, la propuesta basada en la obra de María Elena Walsh logró su cometido de acercar a sus pequeños (y grandes) espectadores a una lectura sensorial, multimedial, para permitirles una aproximación a dichos lenguajes que les facilite el contar y el decir desde la imagen y el sonido, con sus formas únicas de ver el mundo, así como de imaginar e inventar y crear aquello que en el mundo real no existe, o lo que no ha sido aún inventado, con una puesta curatorial y montaje lúdico-didáctico.
La referente del Mumbat destacó la elección de artistas locales para afrontar esta muestra, ya que consideró que hay excelentes profesionales que con la situación de pandemia no han podido salir a mostrar sus experiencias.
“Ilustradores, pintores, escultores, ilustración digital y analógica, realidad aumentada; la verdad que la propuesta es muy variada”, enumeró Indiana Gnocchini, que se manifestó feliz y motivada de abrir las puertas para los niños en vacaciones de invierno. “Creo que lo van a disfrutar mucho”, agregó.
Además, adelantó que la exposición se extenderá a lo largo de un mes e invitó a las instituciones escolares a asistir con las burbujas de alumnos. “Nos va a encantar recibirlos”, resaltó.
Volver a ser niños
Nicolás Hernandorena, Cielo Mejías, Brian Ruíz, Ariel Genaro y Agustina Vedia son los artistas que aceptaron el desafío de pensar sus propuestas enfocados en la obra infantil de Walsh y exponerlas en el Mumbat a la altura de los más bajitos. Cada uno compartió su reflexión respecto del trabajo desarrollado y compartido en esta oportunidad.
Ariel Genaro y Agustina Vedia son pareja, pero por primera vez trabajan juntos luego de que naciera su bebé. Su propuesta se basa en trabajos a tinta en miniatura, que se pueden apreciar más profundamente con lupas.
“Con Ariel planteamos una dinámica más lúdica como para poder interactuar mirando estas miniaturas. Para mí fue todo un desafío, estoy contenta y agradecida, espero que puedan disfrutarlo”, dijo Agustina. Mientras que Ariel enfatizó el desafío de exponer juntos nuevamente y contó que siempre han trabajado en murales, encontrando aquí la posibilidad de conjugar la vida de padres y artistas. “Todo nuevo y nada más y nada menos que con cosas para chicos”, sonrieron.
Con notable sentimiento, Brian Ruíz se consideró conmovido de volver a escuchar a María Elena Walsh para esta exposición. “Durante muchos años me dormía escuchando sus canciones, entonces volver a ella fue un golpe emocionante y sobre todo hacerlo dentro del Mueso, que para mi es muy importante”, asentó.
Reveló que desde hace un tiempo viene vinculándose con la niñez, ya que trabaja con los hijos del conocido Piñón Fijo, que también participan de la obra propuesta por Ruiz, interpretando algunas canciones mientras el tandilense dibuja. “Es una conjunción de emociones”, sostuvo.
Nicolás Hernandorena y Cielo Mejías expusieron junto a su hija Herminia, por primera vez lo hacen en familia y la felicidad de hacerlo se nota. Su proyecto se presenta casi como una juguetería desde la escultura, el bordado y el dibujo. “Nos gustó que esté todo a la altura de los chicos, apuntamos a la sensibilidad, a lo lúdico, a la delicadeza, a la profundidad y a la posibilidad de maravillarse y volver a ser niños”, coincidió la pareja.