El ambiente Drag Queen local sigue creciendo
Blonda, una Drag Queen de Tandil, arrancó hace casi cinco años tras una ruptura amorosa y encontró este arte cuando se dio cuenta de que quería sanar algo interno. Aunque el ambiente sigue siendo reducido, ella es una de las que va creando espacios para que se pueda visibilizar mucho más.

Por Ariana Vaninetti (*)
Recibí las noticias en tu email
Accedé a las últimas noticias desde tu emailEl Drag Queen surgió como un movimiento de protesta contra las clases altas, para cuestionar el estereotipo de mujer. Con el tiempo ha ido cambiando. Si bien aún hay drags que tratan de tener una figura exacerbada, otras lo viven como una expresión artística de su ser. La mirada y las palabras de Blonda, una referente tandilense.
-¿Qué es ser un Drag Queen?
Blonda: -En mi caso, lo vivo como mi manifestación artística de lo que es la feminidad porque no estoy representando lo que es una mujer, sino que represento lo que es mi feminidad, lo que es el ser que me habita, el ser que está en todos como en ese dualismo. Le encontré la vuelta de poder expresar y mostrar ese lado y liberarlo, porque en una sociedad tan machista donde estamos, a veces es difícil mostrar ese ser que tenemos.
-¿Cuándo y por qué comenzaste a ser Drag Queen?
-Empecé hace casi cinco años cuando tuve una ruptura amorosa en la cual me sentía muy frágil, muy débil y quería algo que me ayudara. Empecé haciendo stand up y, en una parte del monólogo, terminaba poniéndome una peluca. Fui probando y me gustó todo el conjunto, conocí a quien sería hoy mi madre drag, que es quien me enseñó. Nosotras le decimos madre drag a quien te enseñó o te mostró cómo es el drag, que es Mina Taura.
Fue todo un proceso de sanación, para mí el drag sana, todo lo que sea expresión artística sana. En mi caso fue así, hizo que me encontrara con una parte mía que amo, me encanta.
En esta ciudad
-¿Podrías definir el ambiente Drag en Tandil?
-El ambiente propiamente dicho, no hay mucho, somos muy poquitas. En mi casa tengo tres hijas drags. Le decimos hijas a gente que se acercó y pegamos onda, le damos una mano para ser drag con lo que uno sabe. Para mí significó un proceso interno de animarme a romper con prejuicios. Nosotras organizamos la fiesta Not The Mama, la idea es incluir y visibilizar, que la gente se vaya animando; a que mediante el drag vayan conociéndose y acercándose a otras personas que tengan ganas y quieran hacer una familia o una casa drag para mostrarse y compartir.
El ambiente recién ahora se está mostrando, además, la gente no sabe qué es y cuesta también porque es bastante conservador, no hay muchos espacios, generalmente los tenemos que crear nosotras, pero tenemos buena respuesta de la gente, entonces, de a poquito, sabemos que se van a ir agrandando los lugares donde podamos hacer performance y mostrarnos.

-¿Cómo surgió la fiesta?
-Nació para festejar el aniversario de una tienda y la gente se quedó tan enganchada que la empezamos a hacer una vez por mes y la última fue una semana antes de la pandemia. Ese día festejamos la noche de las madonas, después con la pandemia estuvimos un año y medio sin hacer.
Vivir “montada”
-¿Tenés algún drag referente en Argentina o en el mundo?
-Sí, Trixie Mattel me gusta muchísimo; Katya Zamolodchikova también y la primera drag queen que conocí. De Conchita Wurst me gusta su estética y como cantante. La primera vez que la vi me sentí identificada, hasta que descubrí el drag y hoy entiendo por qué.
-Estar montada, ¿es asumir un personaje o es una forma de vivir tu vida?
-Yo creo que vivimos montadas, que lo que uno se pone desde el momento en que se despierta y la ropa que decide ponerse, es estar montada. En el drag no sabría responder con mucha claridad esa pregunta, porque para mí es una forma de vivir.
-Entonces, ¿serían dos cosas distintas?
-Montada es la ropa que elegimos para mostrarnos. El personaje depende de la situación. Por ejemplo, en la fiesta yo voy a personificar una ‘vieja diabólica’, pero la esencia de la monta no es esa, es como la caracterización.
Respuesta social
-Con la mirada externa, ¿cómo te llevás?
-Al principio era difícil, sigue siendo un tema difícil, siempre digo que el escenario es una lupa, la gente te aumenta lo bueno y lo malo en las inseguridades de una, pero con el paso del tiempo, vas entendiendo que lo que se resalta es lo bueno, porque en el momento en que salís al escenario y escuchás esos primeros gritos de la gente, ves las fotos y las caras, todo eso te nutre a querer seguir haciéndolo, es un alimento re lindo. Cuesta verlo, a mí me costó mucho, todavía me da miedo, tengo inseguridad, cierto mambo con mi cuerpo pero, sin embargo, lo hago igual.
-¿Qué conquistas deben alcanzar las drags?
-Tener espacios en donde las artistas se puedan manifestar, porque generalmente es todo autogestionado, a los lugares siempre los tenemos que estar buscando nosotras, sin quedar como payasitos de circo, que es lo que, a veces, la gente se cree.
A mí es de lo que me gustaría trabajar. Hago shows de stand up y me gustaría tener espacios donde libremente poder decir ‘yo hago esto y me gustaría hacer un show acá’. Hoy en día no está muy abierto a eso, si bien te tenés que mover un montón y siempre hay un derecho de piso que uno tiene que pagar, creo que tener espacios sería muy bueno porque no sólo hay drag queen varones que hacen de representación femenina, sino que hay mujeres que son drag kings, hay drag kids, que son niñas que hacen drag, y está muy bueno también porque pueden explorar desde lo lúdico y desde la inocencia lo que es entender que la ropa no tiene género y que no hay limitaciones en eso.
(*) Esta nota forma parte de la serie de reportajes realizados por alumnos de Práctica Profesional 1 de la Tecnicatura en Comunicación Social para el Desarrollo del ISFDYT10 de Tandil, bajo la tutela de la profesora Carolina Cordi.