“El derecho penal tiene que cambiar”, dijo un juez camarista
Repercusiones tras el fallo de la Suprema Corte por parte del juez de la Cámara de Apelación de Azul, Carlos Pagliere.
La causa en la que está imputado el exfuncionario del Municipio, Luciano Jaureguiber, por la muerte de Sebastián Simón, sumó un nuevo fallo. Tal como se informó en estas páginas, la Suprema Corte de Justicia de la Provincia rechazó la nulidad del proceso que había dictado la Cámara de Apelación azuleña como la inconstitucionalidad de la norma que limita al rol de la víctima.
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Accedé a las últimas noticias desde tu emailLa decisión retrotrajo el proceso al juicio abreviado y quedó supeditado a la conformación de un nuevo tribunal para que convalide o no lo oportunamente resuelto en aquel juicio que deparó los reparos del particular damnificado y de los camaristas.
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En una entrevista con el ciclo radial Último Bondi (104.1 Tandil FM, EcoTV y El Eco Streaming) el presidente de la Cámara de Apelación y Garantías en lo Penal del Departamento Judicial de Azul, Carlos Pagliere, compartió los argumentos por los cuales el tribunal desestimó el juicio abreviado por el que fue condenado el exdirector de Parques y Paseos y ordenó realizar un nuevo debate.
Con tono crítico, amplió las objeciones en torno al rol de la Justicia y planteó la necesidad de avanzar hacia un cambio de paradigma. “El imputado es el centro y la víctima es el actor de reparto, esa es la justicia que atrasa y no parece que haya vientos de cambios”, objetó.
En declaraciones radiales, observó que actualmente “todo” es para el imputado mientras que las víctimas, “cuanto más alejadas del proceso penal mejor, y eso no es así. Es una lástima que el derecho penal no progrese”.
“Históricamente se dio protección al imputado porque no tenía derecho, pero eso se terminó hace muchos años. Se terminó esa justicia. Si se recuperó el rol que tiene que tener en el proceso y sus derechos, ahora es hora que se ponga a la víctima en ese mismo lugar de privilegio y que todos los operadores de la justicia nos pongamos de su lado y lo único que hagamos es resolver sus conflictos”, contextualizó.
En otro párrafo, el magistrado manifestó que “lo que falta es el interés por las víctimas” y opinó que “hay que cambiarlo”, que “es necesario que se concientice y que las universidades y los tribunales superiores empiecen a cambiar su mentalidad”.
“A la altura de la sociedad”
En primer lugar, indicó que “es una lástima” lo que reflejó el fallo del máximo tribunal bonaerense “porque es una oportunidad, de las más importantes, para jerarquizar a las víctimas como verdaderos protagonistas desde la Justicia penal”, definió, y sugirió que debería cambiar. “Es una Justicia que está envejeciendo y debería ponerse a la altura de la sociedad”, insistió.
Si bien remarcó que la Suprema Corte es un órgano superior y que su resolución “hay que acatarla”, a título personal consideró que “es una verdadera pena” y un “retroceso para un avance que es ineludible”.
Al ahondar sobre el concepto, afirmó que, con el tiempo, “todo los que se enseña en la Facultad que el imputado es el centro del proceso y el único protagonista va a tener que modificarse”
En efecto, afirmó que llegará el momento que el mundo judicial entienda que “los únicos protagonistas son el imputado, necesariamente, y la víctima, y todos los demás somos actores de reparto que tenemos que lograr que se llegue a una decisión justa en base a lo que cada uno merece”.
“No puede ser que la víctima sea discriminada de forma sistemática” en el procedimiento penal “en favor del imputado”, y que esa lógica “se sostenga” cuando “hay roles que están asumiendo un protagonismo que no debe ser”, objetó Pagliere.
Lo que hay que cambiar
-¿Qué distancia hay con lo que oportunamente se promueve con respecto a la Ley de la Víctima?
-La Ley de Víctima tiene normas importantes, pero la participación termina siendo siempre insuficiente y las cuestiones cruciales nulas. Un proceso puede terminar con un juicio oral, en el que el juez dicta una sentencia. El juicio abreviado, que es lo que se está discutiendo acá, es un acuerdo. Es decir, viene el fiscal, se sienta con el defensor y el imputado y acuerdan una pena. ‘Esto hay que calificarlo así y la pena será tal’. Y la víctima no participa. Entonces, pueden pasar dos cosas: o la fiscalía trabaja con las víctimas, consulta, o no lo hace. Si no lo hace, la víctima se tiene que embromar. Y eso no puede ser. Por qué se tiene que solucionar eso a espaldas de la víctima, que vaya a un juicio y eso es lo que dijo la Cámara Penal. No se le quita nada a nadie; se les pone un lugar protagónico a las víctimas. La Suprema Corte dijo que el fiscal tiene la facultad de administrar los recursos y en tal caso debe amalgamar o consensuar su actividad para que se compagine con la de la víctima. Pero son todas expresiones de deseo que esconden una concepción del derecho penal que es lo que digo que hay que cambiar.
-En los juicios abreviados, el juez tampoco tiene mucha intervención…
-Es un acuerdo que hace la fiscalía, el defensor y el imputado, y el juez tiene que imponer la pena que se acuerda, una menor o puede absolver, pero no puede perjudicar al imputado de ningún modo. La ventaja del imputado es que acuerda una pena y eso es lo máximo que recibe.
Para los jueces, todavía las víctimas no merecen la jerarquía como para declarar inconstitucional una norma que les prohíbe la participación en un acto tan relevante como es suplantar un juicio por un acuerdo en el cual no participan. Es una cuestión de jerarquía de derechos.
“La Justicia tiene que rejuvenecer”
Asimismo, insistió que los fiscales que “trabajan bien hablan siempre con las víctimas, consultan”, aunque reconoció que “no siempre la víctima está de acuerdo”, pero admitió que “para eso está el juicio”.
Frente al debate, Pagliere sostuvo que “hay que cambiar la lógica” y agregó que “la Justicia no puede envejecer mal, tiene que rejuvenecer”, lo que significa que “no pueden estar en un plano de desigualdad el imputado y la víctima” sino que “siempre tienen que estar los dos como protagonistas”.
Planteó que algo similar sucede en los juicios por jurados, donde los acusados son los que tienen la posibilidad de elegir esta modalidad “y a las víctimas no se las consulta, no se pueden oponer y a nadie le importa”.
“El derecho penal tiene que cambiar”, opinó el juez del tribunal de alzada, que hizo una aclaración al señalar que “no digo que haya que darle todo a las víctimas porque muchas veces tienen una pretensión que no es la justa, pero no hay que darle la espalda”.
-Fue crítico de los juicios por jurado, ¿no está de acuerdo con que son para democratizar la Justicia?
-No, no democratiza nada. La democracia tiene que ver con otra cosa, con la elección de la persona que va a gobernar. En el caso del juicio por jurados, es la selección al azar de personas, que no son representativas, no tienen conocimiento jurídico. En definitiva, lo que digo es que no es un sistema bueno, pero si pudieran las víctimas y los imputados decir si quieren o no quieren, será una pérdida de recursos. Pero en realidad es una estrategia que se le otorga al imputado para que elija, conforme a su conveniencia, quién quiere que lo juzgue.
-Teniendo estas disidencias, ¿cómo hace para seguir dentro del sistema? ¿Considera que las luchas se tienen que dar desde adentro?
-Las luchas siempre se dan desde adentro. Tampoco es un problema tener disidencias, eso es positivo. En este fallo me acompañó (Gustavo Agustín) Echeverría, que está convencido que a la víctima se le tiene que dar ese lugar, hubo otro colega que estuvo en disidencia. Hay muchas personas que están de acuerdo con los juicios por jurados, pero es impopular decirlo. Aunque no me guste el sistema, lo puedo aceptar el día que las víctimas elijan, junto con los imputados, un juicio por jurados. Ese día me hago un lado, pero mientras hagan todo a la medida del imputado y le den la espalda a la víctima, como hacen siempre, no me voy a callar.
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