La cultura del té gana cada vez más adeptos en Tandil que quieren descubrir sus milenarios secretos
En la ciudad existe un pequeño universo ligado a esta bebida que busca despertar los sentidos y el paladar. Las degustaciones, las tardes de té y el armado de blends han cobrado cierta relevancia en los últimos años y ya tienen un público cautivo. Además, Argentina se posiciona como un gran productor de esta planta que concentra el 90 por ciento de las exportaciones del continente americano y que busca fortalecer el mercado interno con tés de calidad gourmet.

Aunque el té siempre ha estado ahí y es una bebida a la mano de cualquier persona -de hecho es la más consumida del planeta después del agua-, hay todo un universo que se despliega a su alrededor que plantea secretos, sabores y aromas para explorar.
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Accedé a las últimas noticias desde tu emailEn rigor, el té es la infusión de las hojas y brotes de la planta del té, llamada camellia sinensis, cuyo origen radica en China. El resto de las bebidas calientes derivadas de hierbas y otros productos son infusiones y, a su vez, el té admite múltiples combinaciones, lo que se denomina blends. Pero si hay algo seguro es que una taza humeante de esta bebida es capaz de vencer al invierno más crudo y reconfortar tanto el cuerpo como el alma.
Así lo siente Lorena Braccalente, una sommelier de té que comparte su saber en la ciudad e invita a despertar los sentidos a través de esta experiencia anclada en su emprendimiento, Soplo de la Tierra. Cada vez más personas se inclinan por este tipo de propuestas y, además, se multiplican los emprendimientos locales que van en esta dirección.
De este modo, en conversación con El Eco de Tandil, Lorena contó que empezó conectar con en este mundo en el año 2009, cuando vivía en Barcelona y concurría a unas casas de té muy particulares ubicadas en el barrio Gótico.
“Entrabas y te invadía un aroma a hierbas que resultaba único y era una viaje para los sentidos. Yo nunca antes lo había vivenciado y me gustaba mucho ir ahí. También hacían pequeñas ceremonias japonesas, chinas; había mate, era un lugar muy cosmopolita para que cada uno experimentara la bebida que quisiera”, describió.