La odisea de los peatones que cruzan a diario la peligrosa Ruta 226 y aún la pueden contar

Tras la iniciativa propuesta por la ONG “Estrellas Amarillas”, para la transferencia del tramo urbano de la Ruta Nacional 226 al dominio público municipal, con el fin de ordenar el tránsito y evitar siniestros viales, se reavivo la discusión sobre la problemática. 

Al caminar por la zona que une la rotonda del ingreso por Avenida Espora, con la que corresponde al acceso de Avenida Falucho, la situación es evidente. En la ruta, la constante circulación de camiones genera largas filas de autos, que terminan embotellándose en los cruces, generando, junto con los que ingresan por las avenidas, como aquellos que lo hacen desde la colectora, un verdadero caos automovilístico. 

Bocinazos, discusiones y maniobras peligrosas son moneda corriente en este sector de la ciudad, y los siniestros viales se repiten con regularidad, en parte por el negligente accionar de los conductores que no conocen o eligen ignorar las prioridades de paso, como también por la falta de señalización que ordene en mayor o menor medida la circulación.