Incesante peregrinar de tandilenses que fueron a despedir al párroco, dirigente, guía y amigo
El velatorio comenzó a las 9, en el templo de la Parroquia Santísimo Sacramento. Profundo dolor en el último adiós y alegría por haber compartido su misión social en esta ciudad. El repaso de quienes conocieron su trabajo, sus dotes de líder y su especial forma de leer la política. Además, las referencias al perdón por las torturas sufridas durante la dictadura y su lucha por los derechos humanos.
La despedida del padre Raúl transcurrió con una incesante peregrinación de tandilenses por el templo de la Parroquia Santísimo Sacramento. Se multiplicaron las muestras de dolor, rezos y cálidas caricias sobre las manos del párroco que abrió la Iglesia a la comunidad, fue sabio a la hora de escuchar e inmensamente hábil para gestionar obras y recursos para los más necesitados.
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Accedé a las últimas noticias desde tu emailEl templo parroquial se abrió a las 9. El féretro ubicado a los pies del altar, acompañado por la llama del cirio pascual como símbolo para la resurrección y la vida eterna. Vestido con su ornamentación completa y la estola violeta con la imagen del Sagrado Corazón de Jesús bordada en rojo y oro. La paz en el rostro y las manos consagradas a recibir el amor de los tandilenses en el último adiós.
La escena se repetía incansablemente. Los vecinos ingresando al templo, acercándose a las primeras filas de bancos, algunos minutos sentados para tomar coraje y acercarse al cuerpo del padre Raúl. Una corta estadía junto al féretro para salir al sol y continuar con la rutina, en una jornada marcada por la tristeza pero también por los nobles recuerdos.