Investigadores de Exactas inventaron un medidor de dióxido de carbono con un diseño económico y simple
Se utiliza para medir dióxido de carbono en ambientes interiores, por la correlación que hay entre la respiración de las personas y la potencial probabilidad de contagio por aerosoles. El docente Elías Todorovich explicó que “el aporte nuestro es hacer un diseño más económico, más simple y libre, es decir que una persona entusiasta de la electrónica pueda reproducirlo a un costo bastante reducido”.

Investigadores de la Facultad de Ciencias Exactas de la Unicen crearon un medidor de dióxido de carbono que se utiliza para determinar en qué momento es necesario ventilar los ambientes para evitar la propagación del COVID-19.
Recibí las noticias en tu email
Accedé a las últimas noticias desde tu emailEl docente e investigador Elías Todorovich explicó en diálogo con Eco Noticias de El Eco Multimedios que se trata de un proyecto que se realizó con el fin de medir dióxido de carbono en ambientes interiores, por la correlación que hay entre la respiración de las personas y la potencial probabilidad de contagio por aerosoles (que son las partículas sólidas o líquidas que pueden quedar suspendidas en el aire y que se dispersan con corrientes de aire).
“Nosotros empezamos a ver noticias sobre iniciativas de este tipo de febrero, ya a fin de año pasado había algunas. Entonces nos decidimos a construir un prototipo con el aporte de sumarle sencillez, y economía”, señaló.
Respecto al funcionamiento del medidor, detalló que “va indicando la concentración de dióxido de carbono en el ambiente que se mide en partes por millón. En el aire libre hay 400 partes por millón, a medida que la gente está presente en un espacio, según la cantidad de personas que hay y el tiempo que pasa la gente en ese lugar va subiendo la concentración poco a poco. Se recomienda que cuando pasa de 800 partes por millón debería ventilarse el ambiente y si sigue subiendo, debería incluso evacuarse, renovar un poco el aire y volver”.

Simple y económico
Resaltó que su uso es “simple, la recomendación es ventilar. Es lo que decían los médicos hace muchísimos años, cuando había gente resfriada, engripada en la casa se recomendaba ventilar los ambientes, es la misma idea”.
“Desarrollamos el proyecto en la Facultad de Ciencias Exactas, empezamos a ver un tipo de sensor, después usamos otro. Enfrentamos una escasez de sensores, que ocurrió como cuando recién empezó la pandemia que hubo escasez de alcohol en gel, de barbijos, ahora como se está viendo que la vía de contagio de los aerosoles es muy importante, quizás la más importante de todas, a nivel mundial están escaseando los sensores”, señaló.
Y expuso que “entiendo que los que distribuyó la Provincia son de este tipo, también existen a nivel comercial. Hay muchas empresas que están fabricando, algunas Argentinas y también en otros países del mundo, están haciendo muchos sensores de este tipo. El aporte nuestro es hacer un diseño más económico, más simple y libre, es decir que una persona entusiasta de la electrónica pueda reproducirlo a un costo bastante reducido”.
Por su lado, el secretario de extensión de la Facultad de Exactas y director del Centro Universitario de Innovación Ciudadana José Marone explicó que “el proyecto nació desde el Centro Universitario de Innovación Ciudadana y el ideador del proyecto es César Tynik, que es el subsecretario de extensión. Presentamos un proyecto de extensión a la universidad para ver si podía financiar aunque sea la parte del prototipo. Ese proyecto nos salió y lo vamos a financiar desde la Facultad y desde el Centro lo vamos a llevar adelante”.
.jpg)
En ese marco, destacó que “esto va a ser libre, significa que en internet van a estar todos los planos, se puede acceder. La idea es dejar en las instituciones esta idea principal que planteamos en el proyecto que es que las propias escuelas técnicas podemos capacitar a los chicos de cualquier institución, pero de las técnicas más porque tienen las disciplinas, para que lo puedan armar los que quieran”.
“La Provincia ahora está mandando uno por escuela, lo cual nos parece poco. La idea es que a un costo relativamente más bajo de lo que sale comprarlo, que la propia escuela pueda fabricar el suyo y a su vez también que sirva como una cuestión pedagógica para los chicos para adentrarse un poco en las nuevas tecnologías”, resaltó.
En tanto, Elías Todorovich explicó que “los valores de los equipos comerciales son bastante variables según el origen, la precisión que tengan, también está la cuestión de diseño. Hay marcas que son muy reconocidas y que van a cobrar ese prestigio, nosotros vamos a algo minimalista, estamos hablando de un medidor que no debería pasar mucho de los 30 o 40 dólares, digo en esa moneda porque los sensores son importados. Pero no debería pasar de ahí”.
Y destacó que “lo interesante es que desde el momento uno cuando se empezó a pensar la idea, ya la información esté pública, para que la gente también pueda aportar sus ideas”.
La página donde se puede ver con más detalle el proyecto es ciuc.unicen.edu.ar.