La Asamblea Ciudadana alertó sobre la calidad del agua y pidió que el Municipio de información certera
Los índices de contaminación en los cursos y pozos de agua van en aumento en la ciudad desde hace al menos una década. Desde la Asamblea en defensa de las sierras se alertaron aún más ante la licitación pública para instalar una planta desnitrificadora. Expresaron que es imperante conocer los parámetros reales en los pozos en actividad y que se planifique urgentemente en cuestiones ambientales de manera integral.

En julio pasado, el Municipio inició el proceso de licitación pública para la ejecución de la primera etapa de una Planta Desnitrificadora de agua, mediante un presupuesto oficial de 64.857.519,85 pesos a financiar con recursos del Fondo Provincial de Infraestructura.
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Accedé a las últimas noticias desde tu emailEsta noticia llamó la atención de quienes forman parte de la Asamblea Ciudadana por la Preservación de las Sierras de Tandil, quienes en conocimiento del avance de la contaminación en la zona, conjeturaron que el pedido de una planta desnitrificadora lleva a pensar en que la situación sería irreversible e imposible de solucionar de otra manera.
Así, señalaron que todo lleva a suponer que el Municipio tiene un conocimiento previo a través de muestreo y análisis del agua de los pozos en un lapso importante y que no puede resolverlo por métodos usuales, como es mezclar el agua de pozos contaminados con otros no contaminados para obtener niveles aceptables en el agua que suministra a la comunidad.
¿Qué agua estamos tomando y por qué?
Esa es la pregunta que se realizan desde la organización y Ana Fernández, una de las referentes, se detuvo a explicarle a El Eco de Tandil que los límites de concentración admisibles para los nitratos mundialmente aceptados son de hasta 45ppm (partes por millón), ya que valores más altos afectan la salud humana, especialmente a los niños.
Los nitratos en agua no tienen sabor ni olor ni color. Aparecen en las perforaciones por filtración de aguas negras o de los pozos ciegos a través del perfil del terreno hasta los pozos. Eventualmente por la inyección de agua efluente a las napas. Adicionalmente pueden aportar a los acuíferos Sodio (Na) y amonio o fosfatos.
“La expansión urbana, con servicios precarios de agua, cloacas, pozos domiciliarios inapropiados y mal aislados e instalación de industrias que generan residuos orgánicos mal tratados son el origen del problema, así como los fertilizantes nitrogenados e inoculantes de las prácticas agrícolas”, señaló.
Con esto, buscó aclarar que esto no solamente sucede en las sierras donde las construcciones avanzaron de manera impresionante porque el estado así lo permite, sin control en el vertido de efluentes contaminantes, sino que también ocurre a lo largo y ancho del territorio del Partido con el modelo de producción “insustentable, que abusa de los agroquímicos y fertilizantes”.
“¿Hasta cuándo los/as ciudadanos/as vamos a seguir perdiendo ambiente y pagando la cuenta para emparchar situaciones con recursos públicos por qué no se regula y gestiona como corresponde el uso del suelo y las actividades?”, cuestionaron los asambleístas públicamente.
Parámetros reales
Cuando el Municipio anunció la licitación de la planta desnitrificadora, detalló que actualmente Tandil es abastecida por la producción de 58 pozos profundos con rendimientos que varían de acuerdo a su ubicación y los estratos subterráneos de suelo que contiene el acuífero.
Estas perforaciones fueron construidas progresivamente a partir del año 1931 a medida que fue creciendo la población y señalaron que, debido a la antigüedad de alguno de los pozos, las autoridades comunales decidieron implementar esta primera etapa para abordar las perforaciones más antiguas que abastecen a la Cisterna, quedando pendiente para una segunda etapa las perforaciones que abastecen a la Torre Tanque.
“La planta motiva a preguntarse qué está pasando con el agua en Tandil”, enfatizó Ana Fernández.
Por otro lado, los asambleístas explicaron que los tratamientos normales de potabilización no eliminan los nitratos solubles en agua, sino que se requieren tratamientos por destilado, ósmosis inversa o mediante acción bacteriana.
Entonces, por todo lo señalado, consideraron urgente e imprescindible que el Municipio de a conocer públicamente y con precisión cuál es la situación actual, los parámetros reales en los pozos en actividad, cuales están contaminados, ubicación respecto de las posibles fuentes contaminantes, caudales de cada uno, profundidades de las zonas de captación y parámetros hidráulicos.
Legislación
Al respecto de las consecuencias sobre las edificaciones en áreas serranas, Fernández detalló el alcance del decreto Ley 8912/77.
En su primer artículo asevera que todo parcelamiento originado en planos aprobados con anterioridad a la presente ley, que carezca de las condiciones de saneamiento y servicios de agua corriente o cloacas exigidos para el adecuado asentamiento poblacional, queda sujeto a las restricciones para el uso que implica la prohibición de erigir edificaciones hasta tanto se cumplimenten las condiciones de saneamiento o infraestructuras necesarias.
Igual limitación se aplicará cuando con posterioridad a la aprobación del parcelamiento, se produzca la modificación de las condiciones de hecho que determinaron su viabilidad.
Así, el Poder Ejecutivo establecerá las parcelas o zona afectada por la restricción y la Municipalidad correspondiente denegará la aprobación de planos o impedirá la edificación, hasta tanto se efectúe la certificación de los organismos provinciales competentes que acredite el cumplimiento de las condiciones exigidas. La restricción al uso que se establezca se anotará en el Registro de la Propiedad.
Antecedentes
Para sostener la concepción de que las construcciones indiscriminadas a lo alto de las sierras están generando cambios desde hace ya varios años, pusieron a disposición un trabajo del Centro de Investigaciones y Estudios Ambientales (CINEA), de la Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires
Allí analizaron los cambios de uso del suelo en el período 2003-2011 en uno de los barrios interserranos y su vinculación con la calidad y disponibilidad de agua subterránea.
El mapeo de imágenes satelitales y su contrastación en campo evidenciaron los cambios en los usos del suelo de la zona, pasando de lotes sin uso definido y cultivos a un incremento de aprovechamientos residenciales y turístico-comerciales principalmente.
Debido a que el sector no es abastecido por servicios de agua de red y sistema cloacal, se utilizan perforaciones particulares para la extracción de agua del acuífero libre, para consumo humano y uso recreativo, y se depositan los efluentes domiciliarios en pozos absorbentes.
Los habitantes mismos informaron sobre problemáticas relacionadas al uso del agua como secado de pozos, necesidad de perforar a mayor profundidad, problemas de calidad del agua, escasez en época estival y para el llenado de piletas y colmatación de pozos ciegos.
Ya en 2008 y 2011 se midieron los niveles freáticos y denotaron contaminaciones puntuales en la zona con mayor número de viviendas. El mismo comportamiento tuvieron los nitratos. “Estas alteraciones están ocasionadas principalmente por la disposición in situ de los efluentes domiciliarios, que genera un ciclo semicerrado de disposición - transporte - extracción del agua”, expresaron.
Los resultados microbiológicos, si bien sólo fueron analizados en cinco sitios, presentaron niveles que vuelven no aptas las aguas para consumo humano.
Además, se detectaron deficiencias en la construcción, diseño y protección sanitaria de la mayoría de las perforaciones relevadas, así como un escaso distanciamiento entre los pozos de extracción de agua y los pozos ciegos, ambos factores favorecen la contaminación del agua para consumo.
“La falta de planificación territorial con visión ambiental, sumada a la ausencia de servicios sanitarios y la ocupación en cabeceras de cuenca, pone en peligro la calidad y disponibilidad de agua subterránea y en riesgo a la salud de quienes la consumen”, coincidió Fernández con la conclusión del trabajo del CINEA.
A su vez, planteó que dicha planificación territorial debe ser integral y poseer un enfoque ambiental, tendiente a evitar o minimizar impactos ambientales sobre el sistema hídrico subterráneo y los riesgos para la salud de la población que utiliza dicho recurso.
“¿Qué agua estamos tomando y por qué una planta desnitrificadora?”
Si bien los detalles que solicitaron Lowy y Canziani estaban enfocados en al agua que abastece el Municipio a la zona urbana de Tandil, no es menor recordar que en septiembre del año pasado la Asamblea Ciudadana por la Preservación de las Sierras de Tandil alertó sobre la calidad del agua en áreas serranas y pidió que el Municipio de información certera.
El planteo surgió a raíz de que en julio pasado el Ejecutivo pusiera en marcha el proceso de licitación pública para la ejecución de la primera etapa de una Planta Desnitrificadora.
Los integrantes de la Asamblea, en conocimiento del avance de la contaminación en la zona serrana, conjeturaron que el Municipio contaba con conocimientos previo a través de muestreo y análisis del agua de los pozos en un lapso importante y que no estaba en condiciones de resolverlo por métodos usuales, como mezclar el agua de pozos contaminados con otros no contaminados para obtener niveles aceptables en el agua que suministra a la comunidad.
“¿Qué agua estamos tomando y por qué?”, fue la pregunta que enfatizaron en su momento. Ante el panorama, Ana Fernández, una de las referentes de la Asamblea, se detuvo a explicarle a El Eco de Tandil que los límites de concentración admisibles para los nitratos mundialmente aceptados son de hasta 45ppm (partes por millón), ya que valores más altos afectan la salud humana, especialmente a los niños.
“La expansión urbana, con servicios precarios de agua, cloacas, pozos domiciliarios inapropiados y mal aislados e instalación de industrias que generan residuos orgánicos mal tratados son el origen del problema, así como los fertilizantes nitrogenados e inoculantes de las prácticas agrícolas”, señaló.
Tandil es abastecida por la producción de 58 pozos profundos con rendimientos que varían de acuerdo a su ubicación y los estratos subterráneos de suelo que contiene el acuífero. Estas perforaciones fueron construidas progresivamente a partir del año 1931 a medida que fue creciendo la población y señalaron que, debido a la antigüedad de alguno de los pozos, las autoridades comunales decidieron implementar una planta desnitrificadora para abordar las perforaciones más antiguas que abastecen a la Cisterna, quedando pendiente para una segunda etapa las perforaciones que abastecen a la Torre Tanque.
“La planta motiva a preguntarse qué está pasando con el agua en Tandil”, enfatizó Fernández y junto a los asambleístas consideró “urgente e imprescindible” que el Municipio de a conocer públicamente y con precisión cuál es la situación actual, los parámetros reales en los pozos en actividad, cuales están contaminados, ubicación respecto de las posibles fuentes contaminantes, caudales de cada uno, profundidades de las zonas de captación y parámetros hidráulicos.