En el cierre de un nuevo ciclo lectivo, la Facultad de Arte celebró ayer una nueva edición de “La noche más corta”, un evento que reúne una selección de trabajos realizados en las cátedras de la carrera Realización Integral en Artes Audiovisuales. La actividad se desarrolló en el Espacio Incaa Unicen del Centro Cultural Universitario con entrada libre y gratuita.

Minutos antes de las 19, estudiantes de artes visuales, actores, amigos y familiares de la comunidad educativa se acercaron en gran número hasta la sala de Yrigoyen 662. Los dos pisos de butacas estuvieron habilitados para que todos los asistentes encuentren una ubicación cómoda para disfrutar alrededor de dos horas de proyección de cortometrajes.

Sofía Cheves, secretaria de Extensión de la Facultad de Arte, expresó la gran alegría que generó esta nueva edición del evento. “Ha sido un año bastante intenso, con todos los altibajos y la cuestión del contexto. Poder llegar a un fin de año mostrando o compartiendo los trabajos que se hicieron es siempre una felicidad, y más en carreras como las nuestras, que tienen algo de completarse en el momento en que se comparte con un otro”, sostuvo.

Al mismo tiempo, subrayó en diálogo con El Eco de Tandil que estos encuentros son una “ventanita” para observar lo realizado en otros años y en otras materias que los estudiantes quizás no cursan, ofreciendo una perspectiva más amplia sobre la producción artística de la Facultad.

Por su parte, Javier Castillo, director del Departamento de Artes Audiovisuales de la Facultad de Arte, explicó a este Diario la propuesta: “La noche más corta es la muestra anual que realiza la Facultad de Arte de sus trabajos. Es el espacio que tienen los estudiantes para proyectar lo que vinieron realizando durante el año a la comunidad y a sus familias. Más que nada, es un momento muy especial para ellos porque tienen la posibilidad de exhibir en pantalla grande su material”.

El trabajo para llegar a estas producciones que se proyectaron en el Espacio Incaa fue un proceso por etapas, detalló Castillo. “Los alumnos van cursando las distintas materias y en ellas se van planteando diversos objetivos. En su gran mayoría, las materias principales, que son las de realización, tienen un trabajo final. Lo que vimos ahora son justamente esos trabajos finales que llegaron a cerrar”.

Este año se proyectaron cortos por casi dos horas; el material representa a alrededor de 200 alumnos. “Como todos los trabajos son en grupo, quizás en una materia tu trabajo no llegó, pero en la otra sí. Intentamos que sea una noche representativa para todos”, afirmó Castillo. Las producciones no siguieron un eje temático específico, siendo en su mayoría representación de la creatividad de los estudiantes, aunque algunas respetaron consignas aportadas por las cátedras.

El desafío de sostener la propuesta

La realización de un evento de esta magnitud implica un gran esfuerzo logístico. “Siempre es un desafío crear este tipo de espacios y sostenerlos, porque implica mucha coordinación de los distintos actores que forman parte. Hoy por hoy estamos nuevamente pudiendo compartir los materiales en una sala como es el Espacio Incaa. Y uno siempre agradece, por más que un poco lo damos por sentado, el hecho de tener una carrera de audiovisuales y la posibilidad de mostrarlo en una pantalla de estas características”, explicó Cheves.

La secretaria de Extensión también hizo hincapié en la realidad de los estudiantes que “muchos están no solamente estudiando, sino que cada vez hay más que trabajan. Si bien hay un fuerte esfuerzo dentro de las cátedras, a veces algunos rodajes conllevan fines de semana u horarios extracurriculares”.

No obstante, resaltó que la Facultad tiene la facilidad de contar con equipamientos propios. “Los estudiantes, para realizar todos estos trabajos que vimos, utilizaron equipamientos que son de la Facultad, que se prestan de manera gratuita, con un uso responsable y con espacios de aprendizaje para ello”. Cheves destacó que es una de las pocas universidades del país con esa facilidad, lo que demanda un constante trabajo de mantenimiento de los equipos.

“La verdad es que cuesta mucho llegar a estas instancias, pero también vale la pena y estamos convencidos de que es parte de lo que la universidad pública puede ofrecer, no solamente la formación, sino también los espacios para que otros puedan compartir lo que se produce en un lugar como el nuestro, en el interior de la provincia de Buenos Aires, en una ciudad como Tandil, con la diversidad de historias que traen los chicos y las chicas que eligen estudiar audiovisuales. Realmente son trabajos muy interesantes y es un trabajo arduo sostenerlo, pero placentero también”, concluyó.

Para Cheves, que no proviene directamente de la carrera audiovisual, La Noche más Corta es una instancia valiosa para conocer el desarrollo y los perfiles de los estudiantes. “Al trabajar desde Extensión, tenemos muchas veces proyectos o pedidos que nos llegan de parte de la comunidad, y entonces con este tipo de instancias vemos algunos perfiles o trabajos que nos hacen decir que capaz a un estudiante o a un grupo le interesaría articular con otra área”, explicó.

Castillo coincidió en la importancia del evento para observar la evolución de los alumnos. “Año a año vamos notando un crecimiento en el contenido, una maduración por parte de los chicos. Una cosa es llevar adelante un trabajo en primer año y después vemos a los cuatro años el trabajo final del mismo grupo de estudiantes y notamos una evolución. También aparecen nuevas temáticas, nuevos temas de interés. Creo que año a año, y es el objetivo de todos, esto va creciendo y en ese crecimiento encontramos nuevos desafíos y nos asombramos también de las cosas que podemos llegar a ver”, concluyó.

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Martín Rosito