“La situación empeora día a día”, aseguraron de cara a la movilización por la Emergencia en Discapacidad

En la mañana de hoy se realizará una movilización por las calles del centro de la ciudad con el objetivo de visibilizar la situación que les toca atravesar al sector de profesionales que trabajan con la discapacidad y a las personas que conviven con la misma. 

El sector afronta retrasos de casi medio año en los pagos a los profesionales y también en la cobertura que ofrecen las obras sociales a las personas que poseen algun tipo de discapacidad.

La fecha había sido elegida porque hoy se iba a presentar en el Congreso de la Nación un proyecto para declarar la Emergencia nacional en Discapacidad. A pesar de que se suspendió el tratamiento para la semana que viene, en Tandil, como en otras localidades del país, se llevará a cabo la movilización de todas maneras. 

La convocatoria se realizó para las 10.30 en la intersección de Rodríguez y Las Heras. Se busca que además de los protagonista de la situación, la comunidad diga presente para acompañar la lucha. La movilización se realizará hasta llegar a las puertas del Municipio.

Uno de los espacios que convoca a la movilización es Coincidir, un lugar donde más de siete profesionales trabajan con infanto juveniles a diario. El Eco de Tandil dialogó con Eugenia Díez, licenciada en psicopedagogía del espacio, quien profundizó sobre la situación que les toca a atravesar indiscriminadamente a todas las personas que trabajan o conviven con una discapacidad.

Díez aseguró que la urgencia de declarar la emergencia nacional se debe a la necesidad de que las personas con discapacidad puedan vivir de forma autónoma, tengan garantizado el acceso a las prestaciones necesarias y a la actualización mensual de las mismas. “En Tandil diferentes profesionales decidimos no parar toda la semana para que no sigan siendo las personas con discapacidad las perjudicadas”, comentó.

Un sistema perverso

La Licenciada hizo hincapié en que la movilización expondrá una  situación que sólo tienen presente los profesionales, las familias y las personas con discapacidad. Justamente uno de los objetivos es que la sociedad conozca el trabajo que se realiza a diario “con mucho compromiso y vocación” para que pueda generar empatía con la situación actual de un sector vulnerado.

También aseguró que este contexto no es nuevo y aclaró que lejos está de ser una cuestión política o en contra del Gobierno Nacional que hoy está al mando. Incluso explicó que en 2022, sin motivo ni explicación alguna, las obras sociales frenaron durante dos meses los pagos. “El sistema de mecanismo de integración, como le llaman, es perverso”, expresó Diez.

Entre las explicaciones para declarar la Emergencia, la psicopedagoga contó que las obras sociales que mejor funcionan pagan a 60 días una vez que se presentan las facturas, otras a 90 o a 120 y que incluso algunas ni siquiera pagan. También informó que el nomenclador no aumenta desde diciembre y que durante el segundo semestre del 2024 apenas subió $370. Además no se autoriza la provisión de materiales necesarios como andadores o sillas de rueda.

“El sistema, además de perverso, es poco práctico”, señaló y luego explicó que la Superintendencia de Salud supuestamente deriva los fondos de las prestaciones y demás servicios de discapacidad a las obras sociales y de ahí llegan a los prestadores. Pero en muchas ocasiones los pagos nunca llegan y no hay explicaciones de lo que pasa en el medio.

“Sin ir más lejos, a fines de abril una obra social nos abonó cinco meses del 2024 (mayo, junio, julio, agosto y noviembre) y jamás abonaron los meses restantes. Lo hicieron después de que una familia llegara hasta los mandos más altos del sindicato. Lo que pasó con el resto de la plata no se sabe y de más está decir que tampoco la vamos a cobrar”, añadió.

Difícil de sostener

Diez, quien es una de las siete socias que fundó el espacio interdisciplinario Coincidir, expuso que sin actualizaciones y cobrando a 60, 90 o 120 días se hace muy cuesta arriba la continuidad de estos lugares. En Tandil son muchas las personas con discapacidad y los profesionales que se ven afectados por este contexto adverso.

“Queremos mostrar que nuestro trabajo es muy empático, realmente amamos lo que hacemos, pero no podemos sostenerlo en estas condiciones”, aseguró y luego explicó que cumplir con la profesión también implica pagar alquileres, impuestos, materiales de trabajo y formaciones de posgrado, todas cuestiones que en los últimos tiempos tuvieron importantes aumentos.

A la hora de resaltar la importancia de estos lugares comentó: “Nuestro trabajo es acompañar a esas familias y a los niños y jóvenes con discapacidad, dándoles las herramientas necesarias para tener una vida de calidad en todos los ámbitos, para que puedan desempeñarse en casa, con sus amigos o para que puedan aprender, pero se está haciendo muy difícil poder llevarlo a cabo”.

En ese sentido describió que la situación se complica incluso para que las personas puedan acceder a los servicios educativos, en donde el día a día de los Acompañantes terapéuticos está lejos de ser óptimo. “No están pudiendo sostener las jornadas escolares con un sueldo que ni siquiera es en blanco y es de $370.000”, contó Díez.

Por último, aseguró que esto es una cadena que afecta y vulnera cada derecho de las personas con discapacidad y de los profesionales. “¿Quién trabajaría cuando cobra a 60/120 días y sin actualizaciones? ¿Sin la seguridad de que realmente va a cobrar sin que dependa del capricho de un sistema que no puede sostenerse más? Realmente creemos en lo que hacemos, lo hacemos con vocación y la convicción de que es el camino, pero nosotros y ellos merecemos otras condiciones”, cerró.

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Por Martín Rosito