La solidaridad se mueve por las redes sociales
Una vecina que detectó a dos chicos de 5 y 8 años, descalzos, que juntaban ramas, disparó el alerta. Entre la noche del martes y ayer, muchas personas se acercaron al hogar humilde para llevar alimentos y abrigo. Luis, el jefe de familia, sólo pide que lo ayuden a conseguir trabajo.
El frío deja al desnudo la cara más vil de estos tiempos difíciles. Pero como contrapartida, afloran entre los tandilenses gestos cálidos y amorosos que nacen en las redes sociales y se plasman en los barrios, allí donde abundan las necesidades.
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Ayer al mediodía, frente a una vivienda precaria ubicada al norte de la Ruta 226, la solidaridad encarnaba en distintas personas que descargaban bolsas con alimentos, ropa y abrigo para asistir a un matrimonio con tres hijos de 5, 8 y 17 años.
El caso trascendió el martes, cuando una mujer vio a dos pequeños, descalzos, juntado leña. Ya había oscurecido. Les preguntó si vivían cerca, los acompañó y comprobó la situación de vulnerabilidad que atraviesa esa familia. A la luz de una vela, en una cama para todos, se disponían a pasar la noche, tal vez la más fría en lo que va del año.
Los niños habían salido a juntar ramas, único elemento de combustión en esas dos habitaciones de chapa, montadas sobre un lote muy bien mantenido, libre de malezas y de residuos.
La historia se viralizó a través de Facebook y las respuestas no tardaron en llegar. A la 1 de la madrugada del miércoles, todavía se observaba algún auto que tímidamente ofrecía donaciones y ayer por la mañana, las almas solidarias seguían desfilando.
El trabajo, la dignidad
El jefe de familia es albañil, de toda la vida. Oriundo de Tandil, hace más de dos décadas se mudó a Chaco donde trabajó durante muchos años. Regresó a su tierra, esa que avizoraba próspera cuando la miraba desde el norte.
Hace tres semanas que Luis no tiene empleo. Terminó dos cabañas de un complejo donde se proyectaban cuatro, pero el propietario le explicó que debía demorar la obra porque se había quedado sin recursos. Él lo entiende, porque está difícil para todos.
Una y mil veces, cuando los vecinos se acercaban con ayuda, le preguntaban qué más le hacía falta. Y una y otra vez, a quien quisiera oírlo, le pedía ayuda para conseguir trabajo. Acreditó su experiencia como albañil en una conocida empresa de la ciudad, pero explicó que hoy no tiene tareas chicas para ofrecerle sino un edificio completo.
Con templanza, calma y mucho respeto, imploró por ese empleo que lo haga sentir digno. “No quiero nada, les agradezco, pero sólo quiero trabajo”, repetía otra vez.
Las organizaciones sociales recibieron el alerta a través de Facebook y llegaron rápido. Integrantes de Patria Grande y de Barrios de Pie los visitaron y los invitaron a participar de actividades, además de entregarles alimentos.
Con seguridad, ayer esta familia encontró algo de alivio en la contención que le brindaron, a corazón abierto, otros vecinos. No sólo por lo material, también en el apoyo moral. Por caso, hasta allí se acercó un mecánico que consolaba a Luis y le decía que la semana pasada sólo había facturado 700 pesos. Sin embargo, el hombre estaba ahí para ayudar a otro al que le iba aún peor.
Sobre el mediodía, el hijo más pequeño, el de 5 años, salió de la habitación de chapa, impecable y abrigado, apretando fuerte la mano de su mamá, y dijo con vos clara: “Ya nos vamos para el jardín”.
Mientras tanto, Luis quedó en la vereda, a la espera de un milagro que lo saque de esta crisis. Si alguien lo puede ayudar a conseguir empleo, lo puede llamar al 2494-573374.
Secretaria de Redacción de El Eco de Tandil. Licenciada en Comunicación Social orientación Periodismo (UNLP)