Manos Abiertas, el centro de día para adultos con discapacidad, lucha por llegar a fin de mes
Próximo a cumplir 30 años de historia, extrema la creatividad para organizar actividades que le permitan recaudar dinero. En su sede de 9 de Julio 87, abrieron al público una feria americana y están tomando pedidos para una venta de pizzas por el Día del Amigo. “Damos un rato de nuestro tiempo para ayudar al centro de día donde concurren nuestros hijos muy felices”, manifestó la presidenta de la comisión directiva, Rosana Irigoyen.

El ajuste y la crisis pegan con fuerza en los sectores más vulnerables, y también en las instituciones que los contienen y refugian. Hoy, llegar a fin de mes, cumplir con las obligaciones de los gastos corrientes y brindar una propuesta de calidad a los concurrentes mantiene en vilo al centro de día Manos Abiertas, ubicado en 9 de Julio 87. Como una de las tantas estrategias para subsistir, destinaron el garaje de la sede a montar una feria americana permanente que les permite recaudar dinero a partir de la venta de ropa y calzado.
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Accedé a las últimas noticias desde tu email“Lo que nos disparó a hacer y a abrir una feria es que necesitamos plata. La gente nos ayuda, nos dona ropa, y es como un círculo”, dijo Rosana Irigoyen, presidenta de la comisión directiva de la asociación civil. En compañía de la directora, Agustina Collado, apuntó a “tener una feria linda, con buenos precios, que también ayuda a los demás. Es como un círculo, entre la comunidad nos vamos ayudando”.
Sorprendida por la visita de El Eco de Tandil a la feria, explicó que “al centro de día le sirve un montón que la gente venga, compre”, y puntualizó que “la plata se destina para gastos del centro de día. Los chicos comen acá, hay muchos gastos a diario”.
El proyecto para recaudar demanda el compromiso y trabajo activo de integrantes de la comisión directiva de la asociación civil, ya que un grupo de tres o cuatro personas atienden la feria que abren de lunes a viernes, de 9 a 14, y cuando pueden, también funciona por la tarde.

El círculo virtuoso entre la ropa que les donan, el público que compra a buenos precios y el ingresos de recursos para sostener el centro de día.
“Damos un rato de nuestro tiempo para ayudar al centro de día donde concurren nuestros hijos muy felices”, resaltó con alegría, a pesar del esfuerzo y despliegue que implica multiplicar las actividades especiales organizadas para recaudar dinero. “Es un año muy complejo”, reconoció.
Por ese motivo, aprovechó para compartir que están tomando pedidos para encargar pizzas listas para meter al horno, ideales para los festejos del Día del Amigo. Los precios son una unidad por 6 mil y dos por 10 mil pesos, y ofrecen con jamón y de mozzarella sola, listas para calentar y disfrutar. Tomarán encargues hasta el 19 de julio, al 2494 673909.
Compromiso y agradecimiento
La necesidad de recursos para solventar la institución los obliga a ser muy creativos y a redoblar esfuerzos con más trabajo. En ese camino, también organizan chocolatadas y rifas. “El lema es mantener nuestro centro de día, darles lo mejor a los concurrentes, poder cumplir con los docentes. Es una cadena”, comentó Rosana Irigoyen e invitó a aquellos que quieran asociarse para realizar un aporte mensual de 1500 pesos para el sostenimiento, como así también pueden donar online a través de las redes y reciben alimentos no perecederos para preparar desayuno, almuerzo y colación de los concurrentes.

Agustina Collado y Rosana Irigoyen, juntas y a la par para potenciar la institución.
En ese sentido, agradecieron profundamente la colaboración de la comunidad, tanto aquellos que acercan ropa como a los comerciantes del barrio que donan premios para las rifas y de todos los que les llevan alimentos.
Rosana se mostró muy agradecida con Manos Abiertas. Emocionada, contó que “mi hijo llegó en una etapa muy difícil y lo sacaron adelante”. Desde ese amor por la institución, lucha junto a los integrantes de la comisión por sacarla adelante día a día.
Espacio recreativo
Por su parte, la directora de Manos Abiertas, Agustina Collado, informó que hoy reciben a 18 concurrentes de entre 30 y 55 años, y cuentan con dos cupos disponibles, uno de jornada completa (de 8.30 a 16) y otro de media jornada (mañana o tarde).
Contienen a personas que una vez terminada la escolarización, necesitan un espacio de socialización y ocupaciones, que además los estimulen para una mejor calidad de vida.
“Los centros de día surgen, todos en general, por la necesidad de que el adulto que no puede trabajar por el tipo o nivel de discapacidad que tiene pueda estar en un lugar donde mejore su calidad de vida, a través de un espacio recreativo”, definió.
Y explicó que Manos Abiertas cuenta con muchos talleres diversos, “donde aprenden actividades habilidades, por ejemplo ahora estaban trabajando con las profes de teatro y educación física, entonces no sólo es mantenimiento y mejora de la salud sino también mantenimiento y mejora de sus propias habilidades, y se los impulsa a mejorar su calidad de vida”.
Nomenclador atrasado y demora en los pagos
Hasta hace un tiempo, la institución se manejaba bien con el pago de las obras sociales, los aportes de las familias a través de la cooperadora y alguna ayuda del Municipio, que hoy colabora con el transporte a través de la Secretaría de Desarrollo Humano.
“La realidad es que nosotros trabajamos principalmente con obras sociales. Desde noviembre o diciembre del año pasado que no hay un aumento en el nomenclador de discapacidad, entonces estamos meses y meses atrasados en lo que es el aumento. Y después cobramos, con suerte, a partir de los tres meses de presentada la factura”, expuso la directora de Manos Abiertas.
Desde lo personal, agregó que “a mí me pasa lo mismo. Soy kinesióloga y trabajo fuera de este espacio con niños con discapacidad, y cuando presento una factura, sé que con suerte la cobro a los 60 ó 90 días. Entonces, ya el valor está desfasado por la tardanza en el pago, ni hablar de que no hay aumento desde el año pasado”.
En tanto, expuso que en discapacidad los pagos dependen del Gobierno nacional y no de las obras sociales en forma directa. “El problema, más allá de que la obra social tarde en presentar la facturación de los profesionales, de los centros de rehabilitación, de los centros de día, es Nación, quien se demora en pagar y una vez que Nación paga, también es la obra social la que se demora en abonar a los prestadores”, describió sobre la cadena que conspira para el sostén de las instituciones y sus especialistas.
En Manos Abiertas cuentan con 21 profesionales, que asisten movilizados por la pasión por trabajar con personas con discapacidad y a pesar del magro salario. “Todos los que están acá aman lo que hacen, porque lo ves con los concurrentes -nosotros les decimos los chicos, pero la realidad es que son todos adultos-. Aman lo que hacen porque vienen con ganas”, expresó.
“Lo más importante que siempre tratamos de hacer en el centro de día es todo en pos de la mejora de los concurrentes”, dijo y enumeró que por eso dedican tiempo a la feria, las chocolateadas, rifas o la venta de pizzas. “Las personas que trabajamos acá quedamos como a lo último, porque lo principal es la calidad de vida de ellos”, aseguró.