Pese a los cortes, para la Usina el sistema funcionó bien ante la demanda por la ola de calor
El presidente del directorio de la Usina, Matías Civale, se refirió al impacto que tuvo el consumo récord durante la semana pasada. Destacó el “servicio estable” que brinda la empresa de capitales mixtos y que las interrupciones se debieron a “imponderables”. Se refirió al retraso en la inversión producto de las tarifas congeladas.

La ola de calor que se registró la semana pasada, con temperaturas extremas, puso al límite la red de energía eléctrica local. En medio de una situación inédita, con picos de demanda que quebraron en dos oportunidades el récord del que la distribuidora tenía registro, se abrieron debates en torno al impacto que genera en materia de infraestructura la falta de actualización del cuadro tarifario.
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Accedé a las últimas noticias desde tu emailEl viernes pasado fue quizás la jornada más crítica para Tandil. Con temperaturas que superaron los 40 grados, sumados a varios focos de incendio, los cortes de energía se replicaron a lo largo del día y afectaron a miles de usuarios tandilenses.
La demanda derivó en una serie de interrupciones programadas del servicio–realizadas por la Usina a requerimiento de Transba- como las que se produjeron por sobreconsumo.
No obstante, para el presidente del directorio de la Usina Popular y Municipal SEM, Matías Civale, la ciudad cuenta con un “servicio estable” y que los cortes fueron “imponderables” por el excesivo consumo. Asimismo, direccionó el inconveniente en la red que transporta la energía eléctrica, donde resulta más evidente la falta de inversión.
A este esquema técnico, el desafío fue brindar respuesta frente a las bajas en las cuadrillas por vacaciones y casos de coronavirus y aislamientos por contactos estrechos entre el personal.
Pese a este escenario, para Civale el sistema “funcionó bien”, si se lo compara con los inconvenientes en el Área Metropolitana de Buenos Aires y Capital Federal, y otros distritos bonaerenses.
“Cuando tuvimos que hacer los cortes que pidió Transba (concesionaria del servicio de Transporte de Energía Eléctrica por distribución troncal en la Provincia de Buenos Aires) por tener los transformadores al límite, la gente lo entendió porque fueron de 45 minutos, una hora y además porque está acostumbrada a tener un buen servicio”, valoró.
De todos modos, reconoció algunas “cuestiones aisladas”, que demandarán un análisis puntual por parte de la distribuidora de capitales mixtos. Entre ellas, citó el caso de la estación que funciona en Avellaneda y Santamarina, que afectó a unos mil usuarios por el sobreconsumo que presentó entre jueves y viernes de la semana pasada.
La cantidad de conexiones que dependen de ese dispositivo, en medio de una demanda en aumento, obligará a repensar el funcionamiento de la estructura.
“Si la estación transformadora estuviera en funcionamiento, que calculamos será en febrero o marzo, una parte muy pequeña de los cortes programados del martes y los del viernes se hubiera evitado”, advirtió.
Compensaciones
En este punto, y de acuerdo a la mirada del funcionario, la discusión apunta al aspecto tarifario, que demanda un abordaje integral. A más precisiones, explicó que la energía eléctrica la conforman tres puntos: la generación, el transporte y la distribución.
Indicó que el primer ítem es subsidiado por el Gobierno nacional, mientras que los otros “quedan excluidos” del aporte estatal.
En tanto, algunas cooperativas distribuidoras de energía eléctrica implementaron una alternativa para compensar la falta de actualización en los valores que cobran por el servicio.
En el caso de las compañías de Olavarría y Azul, por ejemplo, “aumentaron de la cuota capital”, que determinó un cuadro tarifario “más importante” que el que tiene Tandil, “en un 40 por ciento más”, estimó Civale. Por la composición societaria de la Usina, este tipo de medidas no está permitida.
Asimismo, indicó que otras empresas recibieron un acompañamiento por parte del Gobierno a modo de “compensación” por mantener congeladas las tarifas y acompañar a algunos sectores durante la pandemia.
En el grupo de 13 distribuidoras bonaerenses, quedó incluida la Usina, que recibió una “parte importante” de esa distribución, que representa un 22 por ciento. “Si se hubiera aplicado el aumento tarifario, que no se hace desde febrero de 2019, sería más de un 65 por ciento, y se considera la inflación, sería un 170 por ciento”, analizó el contador. “Es difícil que ese 22 por ciento compense todo lo demás”, se quejó.
Retraso en las inversiones
“La falta de tarifas hace es que todo se retrase”, advirtió el titular de la Usina, que destacó que la empresa de capitales mixtos tiene un “servicio estable”, pese a los cortes, que fueron “imponderables” por la gran demanda.
Por eso, precisó que el mayor inconveniente en el transporte de la energía eléctrica. En esa estructura “hay años de falta de inversión” y “no resistió” a circunstancias como las que atravesó buena parte del territorio bonaerense durante la semana pasada.
“Tenemos proyectos todos los años que superan los 200 millones de pesos y hoy estamos pensamos en invertir no más de 60 millones si no hay una modificación en la tarifa”, graficó.
Y agregó que “no hay posibilidades de invertir más que los fondos que ingresan. Los balances dan pérdida desde el punto de vista económico porque no hay tarifas y un atraso en las inversiones y eso algo que le pasa a todas las distribuidoras del país”.
-Los cortes de suministro abrieron el debate en torno a la falta de inversiones en infraestructura, ¿cuál es el caso de Tandil?
-La tarifa que paga el usuario tiene tres componentes. Uno se invierte en la generación eléctrica, prácticamente un tercio de la factura. Esa parte se subsidió en un 70 por ciento. La otra parte son impuestos nacionales y provinciales. Y, por último, el alumbrado de la ciudad, que se paga a través de la Usina. La tercera parte le queda a la Usina para mantenimiento del servicio e inversiones. Al estar congelado, con una inflación del 170 por ciento desde la última vez que se actualizó la tarifa, salarios que se incrementaron, obviamente lo que se resiente es la inversión. Readecuamos y atendiendo lo urgente, sin poder pensar en planificaciones a futuro. La prioridad fue la estación transformadora, que lleva una inversión de más de 10 millones de dólares.