Sin respuestas, continúan las manifestaciones.
"Precarizados no vamos a trabajar" reclamaron desde Salud Comunitaria
En las puertas del Palacio Municipal el grupo continuó sus reclamos por la reducción de la jornada laboral. Denunciaron la falta de respuestas por parte del Intendente sumado al abandono por parte del Sindicato de Trabajadores Municipales.
Los trabajadores pertenecientes a los Centros de Salud Comunitaria se manifestaron en la puerta de la Municipalidad, en reclamo de la reducción de la jornada laboral. Denunciando la falta de diálogo por parte del Intendente.
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Sin el sostén por parte Sindicato de Trabajadores Municipales, elevaron su reclamo entregando folletos a quienes pasaban por el lugar, levantaron carteles con mensajes de “Salud pública en emergencia", aplaudieron y cantaron junto a bengalas de humo y generaron ruido con fuegos artificiales. Con la finalidad de hacer cada vez más pública su petición.
Los presentes, que oían y observaban la manifestación respondieron con bocinas de colaboración y mayor concurrencia. Tanto los conductores que transitaban la calle Belgrano como también los vecinos que se encontraban en La Plaza Independencia se solidarizaron con la demanda.
Insistieron en que son quienes conocen que la demanda en los servicios de salud, en todos los centros de la ciudad, aumentó de manera abrupta luego de la pandemia y los tandilenses eligen atenderse más, como también hacerse controles de forma regular, luego del Covid-19. De ésta manera, repercute en un mayor desgaste para los médicos, enfermeros y equipos de profesionales de Salud Comunitaria que en esa época tampoco pudieron tomarse descansos ni vacaciones. “Cansados de poner el hombro”, rezaba una de las pancartas en ese sentido.
Como se indicó en anteriores manifestaciones, actualmente, los trabajadores del sector cumplen con una jornada laboral de 48 horas semanales y piden que que se reduzca a ocho horas con dos francos por semana.
La médica del Centro de Salud de Palermo, María Marta Darim y la administrativa del San Cayetano, Ayelén Olea dialogaron con El Eco de Tandil para resaltar la situación que viven hace un año con respecto al reclamo que vienen realizando desde aquel momento, y continúa sin respuestas.
La espalda por parte del Sindicado les impide realizar paros, ya que les realizan descuentos a los trabajadores en sus sueldos brutos y también reciben amenazas. Entonces la única herramienta que tienen es generar este tipo de reclamos por fuera de su horario laboral para que no afecte su actual jornada.
Los manifestantes fueron acompañados por otros profesionales de la salud de diferentes instituciones, pacientes e incluso personas de las escuelas con las que los primeros trabajan de manera interdisciplinaria. Al canto de “Olé, olé, olé, Tandil soñado no mientas más, precarizados no vamos a trabajar.”
“No nos llamaron para generar diálogo, lo único que hizo el Sindicato fue en redes sociales donde empezaron a agredir a compañeros, criticándolos”, detalló Darim, confundida ya que de su parte no dijeron nada con respecto a la asociación que no los defiende.
En contraste, observó “tenemos el apoyo de la población, lo notamos en la Fiesta del Queso, cuando la gente nos aplaudía y eso nos da una fuerza increíble”, dijo la doctora remarcando que los vecinos tandilenses ven la situación desbordante que vive a diario el personal de salud.
No obstante, existe la certeza de que no todos los centros de la ciudad trabajan de la misma manera, de acuerdo la zona en la que se encuentran ubicados, tienen mayor o menor demanda de pacientes. “Hay barrios como Las Tunitas, Villa Aguirre, Palermo y San Cayetano que tenemos una población muy grande, con mucho niños también, quienes se enferman cada semana”, señaló Darim, comparando con los barrios donde los vecinos son de edad mayor y no se atienden con tanta frecuencia en las salitas.
La idea es continuar con las manifestaciones, siempre fuera de horario laboral y sumando la mayor cantidad de personas que apoyen la causa para, al menos, recibir una respuesta por parte de las autoridades municipales. “Hacer ruido y hacernos ver con la población para que el intendente Miguel Lunghi nos escuche y tome cartas en el asunto para de esa manera, llegar a una solución”, remarcó Olea con pocas esperanzas de que la misma se dé en el corto plazo.