HOY, JUEVES
Adaptaciones

Cada tanto llega a alguien a mi casa –alguien a traerme algo, un plomero, alguno que se perdió y pregunta por alguna calle- y si se trata de una persona con tendencia a socializar, lo primero que me dice es “qué tranquilidad este barrio. Qué silencio…”.
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Accedé a las últimas noticias desde tu emailEntonces le digo que sí. Porque no soy muy de hablar y considero que un sí es suficiente. Pero en realidad, discrepo con ese parecer. Y tampoco es cuestión de andar contrariando a un desconocido que está elogiando el lugar.
Mi barrio no es silencioso, lo que no tiene son estridencias: frenadas, caños de escape, persianas que se abren o cierran, motos.