El 12 de octubre fue durante muchos años la fecha elegida para la asunción de los presidentes argentinos.

El primero en asumir ese día en 1862 fue Bartolomé Mitre. También Sarmiento, en 1868, Roca (1898), Quintana (1904), Sáenz Peña (1910), Yrigoyen (1916 y 1928), Alvear (1922), Illia (1963) y Perón (1973).

Y a propósito de fechas y asunciones presidenciales, uno de los interrogantes de rigor en los crucigramas o programas de preguntas y respuestas es quién fue el primer presidente argentino.

La mayoría solemos quedar empantanados en un mar de dudas y vamos de Rivadavia a Urquiza, de Cornelio Saavedra a Mitre.

Parte de razón tenemos en nuestras dudas. Rivadavia fue presidente, pero en un régimen unitario y con una constitución cuestionada. Promulgada nuestra actual carta magna, en 1853, que establecía el cargo de presidente, el primero en ocuparlo fue Justo José de Urquiza. Sin embargo, lo era de la Confederación Argentina.

De manera que el primer presidente de la Nación Argentina –denominación que continúa hasta hoy- fue el correntino Santiago Derqui, cuyo nombre completo era Santiago Rafael Luis Manuel José María Derqui Rodríguez y tenía 50 años cuando asumió.

No le tocaron buenos años de gobierno a este hombre, con quien la historia no ha sido generosa: poco y nada se sabe sobre él.

Tuvo el fatal designio de la inoportunidad ya que le tocó en suerte quedar en medio de dos personalidades fuertes y poderosas: su antecesor, Urquiza, y su sucesor, Mitre.

"Emparedado" entre ambos era lógico suponer que se lo iban a terminar fagocitando.

Su presidencia se limitó a unos pocos meses. Sus esfuerzos por evitar un enfrentamiento armado entre las tropas confederadas que respondían a Urquiza, y las porteñas al mando de Mitre fueron infructuosos. La batalla de Pavón selló su fracaso, con el agravante de que ambos contendientes le echaron la culpa.

Criticado por unos y otros, renunció. O mejor dicho (ya que nunca presentó su renuncia por escrito), se fue. Se tomó un barco y se exilió en Montevideo.

Tiempo más tarde, un funcionario del gobierno argentino en el Uruguay le mandó una carta al presidente Mitre, anoticiándolo de que "Derqui está viviendo en una fonda, de limosna, y ya son muchos meses sin tener con qué pagar. Dadas las cosas y los antecedentes de usted para con él, esto no puede ser, no es decoroso... la miseria en la que vive prueba que, si fue desordenado, no hubo fraude en su administración de que aprovecharse. Me parece que usted debiera dejarlo ir a Corrientes, y aun mandarle algo. Sería un acto de generosidad, y entonces yo iría a verlo, pues él no sale de su cuarto, y no lo he visto".

Parece que a Mitre se le pasó por alto el asunto, ya que al tiempo el mismo funcionario le envía otra carta diciéndole "no se olvide de lo de Derqui".

Vaya a saberse si con la ayuda del gobierno o de quién, pudo finalmente volver a Corrientes a reencontrarse con su esposa.

Pero su situación económica no cambió.

De hecho, cuando murió su familia no tenía plata para el entierro. En esos casos, era la Iglesia la encargada de estos asuntos. Pero para colmo de males, Derqui había sido excomulgado por el cura de esa ciudad.

Así las cosas, su cadáver permaneció tres días sin inhumar. Una colecta popular pudo reparar la situación y el hombre recibió cristiana sepultura.

Al pobre Derqui le tocó el honor de ser el primer presidente de la Nación Argentina. Y así le fue.

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