-Escuchá esto, Oscar.

--¿Eh?

-Que escuches lo que te voy a leer.

-Ah. ¿Qué es?

-¿Me vas a escuchar?

-Sí, dale.

- “La Tierra está girando más rápido de lo normal y registró su día más corto. El planeta estableció ayer un nuevo récord como el día más corto. Según los expertos, el fenómeno conocido como ´bamboleo de Chandler´ puede estar influyendo en la velocidad de su rotación.

-Ahá. ¿Qué estás leyendo?

-Una noticia en un portal de divulgación científica.

-.¿Y qué hacés leyendo eso, Olga?

-Se puede saber qué te molesta que yo lea noticias científicas.

-No, nada. Molestar no. Me parece raro.

-Raro es que la Tierra se mueva más rápido, Oscar. Pero a vos no te importa, ¿no?

-No digas eso. Es más, te estaba por decir el otro día que los días se me pasan volando. Debe ser esto que decís vos. El bamboleo…

-Pero acá dice que tardó 1,59 milisegundos menos.

-Ahá.

-Ahá qué. No podés notar un milisegundo, como para decir que el día se te hace corto. ¿Sabés lo que es un milisegundo?

-Obvio. Esto… ya pasó.

-Ponele. Por eso, no me podés decir que los días se te hacen más cortos.

-Vos qué sabés. Resulta que estás en mi cuerpo, ahora. Lo siento yo, no vos. Creés que soy un tipo sin sentimientos.

-No tienen nada que ver los sentimientos.

-Bueno, las sensaciones. Yo lo noté. Desde hace rato lo vengo notando: los días se hacen más cortos. Debe ser el bamboleo ese.

-Bolacero. Un milisegundo es un segundo dividido mil. Y el tipo se da cuenta. Andá…

-Ma´ sí. A la revista esa le creés, pero a mí no. Siempre igual vos.

-No es una revista. Es una nota de un portal científico.

-Más a mi favor: en internet publican cualquier pavada. Y vos con tal de llevarme la contra te las creés todas. Claro, porque lo dijo un científico de la Universidad de Minesota, de Ohío…

-Ojaio se dice.

-¿Qué me importa cómo se dice? Todos bolazos. Andá a saber si ese científico existe. O si existe, capaz que el tipo justifica la ponchada de dólares que le pagan diciendo alguna estupidez rimbombante. El bamboleo…

-¿En qué momento de nuestra vida te pusiste tan bruto, Oscar?

-Bruto no, práctico. Si yo noto que los días son más cortos, por algo es y me entro a preocupar. O te creés que a mí me sobra tiempo con la cantidad de cosas que tengo que hacer. Se acorta el día y chau, algo me queda pendiente para el otro. Y así… Al cabo de un mes, se me despelota la vida. Y la tuya, Olga, la tuya…

-Acá dice que la Tierra tiene una protuberancia en el Ecuador.

-No me digas. Resulta que ahora la Tierra tiene un grano. Te vuelvo a repetir: todos chantas estos que leés vos.

-¿Podés terminarla de pelearme? Vení acá, dale, sentate al lado mío. ¿Qué estás haciendo?

-Arreglando la tostadora. ¿No viste que no saltan las tostadas? Se quedan atoradas ahí abajo y te quemás los dedos para sacarla.

-Dejá eso, Oscar. Vas a hacer saltar los tapones. En eso se te pasa el día a vos, ¿ves? Qué bamboleo ni bamboleo… Tirá esa porquería y vení a sentarte al lado mío que te leo una investigación de la Unversity of Canecticat… ¡Uy! ¡Cortaste la luz, nomás!

-No, pará. Ya voy. Llevo unas velas, que es más romántico…

-Fijate la térmica, haceme el favor.

-No, sí, Ya me fijé. Creo que hice saltar los tapones de la calle. Voy a tener que llamar a la Usina. Qué raro que pase esto. Muy raro. Debe ser el efecto bamboleo de… ¿De quién era?

-No sé. Ahora no sé, porque se me cortó internet. Llamá a la Usina, dale.