HOY, LUNES
El origen

Trataré de ser medido con los elogios. Porque resulta que con José Rossanigo no somos amigos ni precisamos serlo, pero de tanto en tanto nos cruzamos y hablamos como si hubiéramos cortado la conversación hace un rato y la retomamos sin demasiados prolegómenos. Como el libro que uno va leyendo de a poco y no necesita marcar con un señalador para saber dónde lo dejó la última vez. Retoma en la página que sea. Y siempre es la indicada.
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Accedé a las últimas noticias desde tu emailPero si hay algo que puede interrumpir ese diálogo en continuo que (creo) mantener con José, son los elogios. Él hace bien en no decir que una de mis columnas le gustó; simplemente me habla de alguna de ellas, de un párrafo en especial. De alguna idea que pude insinuar.
Eso me hace sentir muy bien.