Intergeneracional

Mi amiga La Rubia se fue a Buenos Aires (me resisto a decir CABA) en uno de esos viajes contratados, con itinerarios, horarios, recorrida por lugares emblemáticos, etc.

Creo que me propuso hacerlo pero le dije que no. Alguna excusa habré inventado, pero el fondo de la cuestión es que no me gusta mucho estar con gente que no conozco (es decir, con toda la humanidad menos media docena de individuos). Últimamente soy muy de decir que hay que estar con el otro, ir a reuniones, a eventos de cualquier tipo en el que nos relacionemos. Eso hoy constituye una suerte de resistencia en un mundo donde reina el aislamiento, en el que insta a que cada uno se quede en su lugar sin tener contacto con nadie mientras cree estar conectado con todos.

Es decir, soy una contradicción que camina. Ella, que no postula semejante cosa, simplemente lo hace: está con gente.