Padre e hijo

La casa donde vivo ahora está sobre una loma. Más o menos en la mitad de una loma larga que comienza en la esquina y va bajando vaya a saberse hasta dónde, porque donde debería estar la otra esquina hay un codo, una curva descendente que no sé dónde termina porque nunca fui para ese lado.
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Accedé a las últimas noticias desde tu emailHacia allí iban ayer padre e hijo, caminando por la calle ya que las veredas –las pocas que hay- no son aconsejables.
Salí de mi casa cuando apenas pasaban por mi puerta, de manera que no pude verles las caras. Pero las imaginé parecidas, porque sus cuerpos lo eran, aunque no en ese mismo momento. El nene alguna vez tendrá el físico de su papá, su altura, sus hombros anchos, su contextura de tipo grandote. Ya la tiene, pero en proporciones reducidas.