HOY, LUNES
Ya lo dijo Marx (y le erró)

“Esto ya lo viví”, me dije, sentado en el penúltimo asiento de la fila de individuales de un interno de la línea Roja.
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Accedé a las últimas noticias desde tu emailEstaba a punto de maravillarme de cómo la vida puede poner ante nuestros ojos hechos tan parecidos que bien pueden ser un puntapié para preguntarse si acaso no estaremos viviendo una y otra vez lo mismo, en un loop existencial.
Luego me di cuenta de que las cosas que pueden ocurrir dentro de un colectivo son más bien escasas y por ende, repetitivas. Un nene que llora, un tipo que se ríe solo, una pareja que se entrevera en arrumacos, alguien que se queda dormido, otro que se tropieza… En definitiva, un colectivo no es un universo. Ni siquiera un mundo de veinte asientos, como aquella vieja novela de los setenta.