Cooperación con Sevilla para evaluar políticas de género en Tandil y la resistencia en tiempos complejos
El Municipio, la Unicen y organizaciones sociales trabajan en conjunto con la Universidad de Sevilla para diseñar herramientas que permitan evaluar el impacto real de las políticas públicas de género y repensar las prácticas de los equipos. A diez años de Ni una menos, la brecha de género en diferentes ámbitos y la violencia se recrudecen mientras se desmantelan las políticas y programas en esta línea.

Esta semana se conmemoró un nuevo Ni una menos -a diez años del primero- y la agenda de género volvió a copar las calles para combatir la violencia estructural. Frente a un Estado nacional que desmanteló las políticas de género, todavía resisten los paraguas instituciones provinciales, municipales y universitarios. Si bien en Argentina se logró mucho en esta materia, con leyes vanguardistas como la Educación Sexual Integral y la Ley de Identidad de Género, entre otras, la batalla cultural está hoy a la orden del día y tiene su correlato en un aparto estatal que legitima la violencia en todas sus formas y niega las desigualdades sociohistóricas.
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Accedé a las últimas noticias desde tu emailEn Tandil, un grupo interdisciplinario conformado por referentes de la Universidad Nacional del Centro, la Universidad de Sevilla, el Municipio y organizaciones de la sociedad civil está trabajando en una iniciativa pionera: diseñar herramientas que permitan evaluar el impacto real de las políticas públicas de género en las trayectorias de vida de las personas.
El proyecto no se limita a un diagnóstico superficial. El desafío es mayor: construir un instrumento que mida, con profundidad y sensibilidad, cuánto y cómo influyen las intervenciones estatales en las vidas concretas de quienes las reciben: ¿Les sirvió? ¿Hasta dónde? ¿En qué medida modificó su situación? ¿Qué otras formas hubieran sido más útiles?
La Universidad de Sevilla patrocina esta iniciativa -con un financiamiento de 6.000 euros-, denominada "Fortalecimiento de las capacidades institucionales de actores de Tandil en la evaluación de programas de abordaje de violencia por motivos de género a partir de la cooperación al desarrollo", presentada por la docente María García Jiménez y Alan Rivas, extrabajador de la Dirección de Políticas de Género comunal que hace unos años se radicó en España.
Gisela Giamberardino, titular del área de Género de la Unicen y Agustina Goñi, directora de Políticas de Género y Diversidad Sexual del Municipio, conversaron con este medio y destacaron la importancia de repensar las propias prácticas.
“El objetivo es esto de aportar formación, en términos de cooperación internacional lo que llaman ellos un maletín de buenas prácticas, para que cualquiera que esté a cargo de la ejecución de programas, de asesoramiento, de acompañamiento, de prevención, justamente pueda tener una referencia y una posibilidad de evaluar su propia intervención. Un poco para rever lo que se está haciendo, cómo se está haciendo y mejorar esas prácticas. Y formar a la gente que lo está haciendo también. Entonces se pensó en tres ejes y estamos en la etapa de diseñar un instrumento metodológico y también hacer un recorte del campo de interés, del campo de estudio. Eso tiene que ver con ir a mirar qué están haciendo y pensando sobre lo que hacen las trabajadoras sociales, las abogadas, las psicólogas”, repasó Giamberardino.
“Al menos en la dirección estamos en esta primera ronda de entrevistas. El criterio que definimos con Alan fueron las profesionales que tuviesen más antigüedad en la dirección como para tener un mayor recorrido para comentar qué y cómo se hace. Y fueron seleccionadas trabajadoras sociales, psicólogas y abogadas. Así que en esa primera etapa es que ya estamos”, detalló Goñi.

Repensarse es la tarea
Esta línea de trabajo propone un ejercicio poco común: que los propios equipos que implementan las políticas puedan repensar sus prácticas, evaluarse y registrar ese proceso. “Es una oportunidad para correrse del rol tradicional que se nos asigna en la intervención. Pensar cómo nos evaluamos es un rol nuevo, y es también una forma de formación”, señalaron.
Participan de la experiencia dos espacios comunitarios de fuerte presencia territorial: Casa Violeta y La Poderosa, reconocidas por su carácter autogestivo y por su impacto concreto en las comunidades locales. Su diversidad, tanto en formas de trabajo como en públicos, las convierte en experiencias valiosas para pensar políticas públicas desde lo territorial.
Estas organizaciones han sido parte activa de espacios como la Mesa Local contra las Violencias, la Asamblea Transfeminista de Tandil y otras instancias clave de articulación local. Ahora, con esta propuesta, se busca capitalizar ese recorrido para generar conocimiento sobre las dinámicas institucionales que enfrentan las violencias y desigualdades estructurales de género.
En un contexto donde las políticas de género suelen ser fragmentadas, discontinuas y medidas en el corto plazo, esta experiencia busca otra cosa: producir saber, revisar prácticas, construir desde la autocrítica. “Revisarse es un ejercicio eminentemente feminista”, remarcó la referente de género de la Unicen. Y agregó: “Estamos muy acostumbradas al exitismo, a mostrar solo lo que funciona. Pero formarse también es preguntarse qué no funcionó, qué se puede hacer mejor”.
“Que podamos estar Universidad, Municipalidad y las organizaciones trabajando en red, eso me parece que es una fortaleza que hay que destacar también. Siempre es un poco de mejorar todo lo que vamos haciendo. Y fortalecer las políticas públicas”, resaltó Goñi.

Por su parte, Giamberardino expuso: “Es una convicción importantísima y no podemos dejar de decir que las políticas de género están siendo atacadas y no siempre están siendo defendidas estratégicamente tampoco. Entonces creo que todas las áreas de género están subfinanciadas en las instituciones estatales. Ni hablar de la posibilidad de la formación de los equipos. Es muy difícil que se destinen presupuestos y es muy difícil encontrar gente formada que pueda formar a los equipos. Y que tengan ganas y tiempo. Acá en Tandil tenemos mucha gente formada y bueno, siempre hemos colaborado y estamos intentando ahí buscarlo y la vuelta, pero es un contexto absolutamente negativo para intentar desarrollar o sostener siquiera lo que hay. Por lo tanto, estamos hablando de un convenio entre dos universidades públicas, estamos hablando de un interés para que mejore la situación en el municipio de Tandil, no sólo en la ciudad de Tandil, estamos hablando de colaboración y estamos hablando de plata que no nos llega directamente, pero es un proyecto que está evaluado, y yo creo que esto hay que decirlo, en seis mil euros, donde se tuvo en cuenta qué va a aportar cada uno de los espacios. Porque no hay que dejar de lado que la gente está agotada. Es muy frustrante trabajar sin grandes apoyos institucionales. O con apoyos institucionales muy fragmentados, muy pequeñitos, intermitentes, con un recorrido muy sinuoso. También hay que ver en qué condiciones estamos trabajando”.
Aunque aún queda el desafío de que los resultados lleguen a quienes toman decisiones, el camino trazado promete generar impactos reales. Y, sobre todo, deja una enseñanza clave: las buenas prácticas no son fórmulas, sino decisiones políticas de revisarse y transformarse.
Brechas de género
Por otro lado, para analizar el contexto actual, es útil tomar algunos datos que reflejan la situación local. El informe "Brechas de género en la provincia de Buenos Aires" recopiló y analizó datos estadísticos desagregados por género sobre el aporte económico sectorial, las características de la población, el mercado laboral y la educación en los 135 municipios de la provincia de Buenos Aires, a partir de la información relevada principalmente en el Censo Nacional de Población, Hogares y Viviendas 2022.
Además, se identificaron los municipios que implementan Presupuestos con Perspectiva de Género (PPG), una herramienta que permite cuantificar y visibilizar la inversión pública destinada a reducir las desigualdades de género.
En la introducción del informe, se señaló que "nuestras sociedades están atravesadas por profundas inequidades estructurales que son imposibles de comprender sin contemplar las desigualdades de género que las atraviesan. Estas desigualdades tienen su raíz en la distribución inequitativa de las responsabilidades domésticas y de cuidados no remunerados que recaen, principalmente, sobre las espaldas de muchas mujeres y que afectan sus posibilidades de formarse y el desarrollo de sus trayectorias laborales".

"Contar con estadísticas con perspectiva de género no solo permite visibilizar estas desigualdades, sino que también es una herramienta clave para transformar esa realidad. Los datos desagregados por género permiten identificar patrones estructurales de exclusión, evaluar el impacto diferenciado de las políticas públicas y diseñar intervenciones más eficientes y equitativas. La producción de información con esta perspectiva es, por tanto, una condición necesaria para avanzar hacia una mayor justicia social y económica", remarcaron.
Además subrayaron que “en esta oportunidad, la disponibilidad de datos censales permitió desagregar la información a escala municipal. Contar con indicadores específicos para cada municipio resulta fundamental para visibilizar las particularidades territoriales que adquieren las brechas de género y, así, disponer de datos más específicos para el diseño de políticas públicas más eficientes y adecuadas a las problemáticas locales”.
En relación a los indicadores educativos, en Tandil la población de 20 años y más con secundario completo o más es el 62,4 por ciento. De ese total, el 66,9 por ciento corresponde a mujeres. De las 72.054 personas ocupadas en Tandil, según los datos del informe, 33.098 son mujeres y 38.956 son varones.
En cuanto a las tasas básicas por sexo en actividad, un 65,5 por ciento del total de la población, siendo mujeres el 58,5 por ciento y 73,3 por ciento varones, dando una brecha del 14,8 por ciento. Sobre empleo, un 61 por ciento de la población, siendo 53,3 por ciento mujeres y 69,6 por ciento varones, con una brecha del 16,3 por ciento.
La desocupación e informalidad es más fuerte en las mujeres. La desocupación en las mujeres alcanza casi el 9 por ciento , mientras que los hombres apenas supera el 5 por ciento. En tanto, la informalidad, la brecha es de -1,3 por ciento entre mujeres y varones.
En el análisis de la población de 14 a 29 años, la desocupación en las mujeres es del 18,2 puntos porcentuales mientras que en los varones es del 11,4 por ciento.
El informe también analizó el dato relacionado a la "Tasa de femenización", es decir, en qué porcentaje las mujeres participan de un sector de actividad. Así, Servicio doméstico con el 96,7 por ciento, seguido por Servicios sociales y Salud con el 75,5 por ciento y Hoteles y resturantes con 63,3 por ciento son las tres actividades con mayor tasa de feminización.

Femicidios en la provincia y panorama local
En marzo pasado, el Ministerio Público Fiscal de la Provincia de Buenos Aires publicó los datos oficiales del Informe de Femicidios y Procesos Penales de Violencia Familiar y de Género correspondiente al 2024, en donde se evidencia que el femicidio es el tipo de asesinato de mujeres más repetidos y se posiciona como una problemática preocupante en la sociedad.
Según el informe, durante todo el 2024 se iniciaron un total de 144.972 procesos penales de violencia familiar y/o de género en la Provincia de Buenos Aires. Este número incluye los procesos penales iniciados en el Fuero Criminal y Correccional y en el Fuero de Responsabilidad Penal Juvenil. En total, representan el 13,1 por ciento del total de procesos penales iniciados durante el transcurso del año.
Del total de estos procesos penales, el Informe de Femicidios y Procesos Penales de Violencia Familiar y de Género indica que el 28,6 por ciento se corresponde con “Amenazas”, el 25,4 por cient con “Lesiones” y el 12,5 por ciento con “Desobediencia”. También figuran los delitos de “Abuso sexual” (7,9 por ciento) y “Daño” (5,3 por ciento).

Uno de los datos más alarmantes es que el 75,6 por cient de las víctimas fueron de sexo femenino y, en el 87,9 por ciento de las causas donde se consignaron víctimas femeninas, los imputados o sindicados eran de sexo masculino.
Además, mediante el análisis de los casos de femicidios, se puede advertir que durante el año 2024 se iniciaron 94 procesos penales por muertes de mujeres producto de la violencia de género, con un total de 98 víctimas fallecidas. Del total de ellas, 4 eran mujeres trans/travesti. Este número representa el 70,5 por ciento de la totalidad de víctimas femeninas de homicidios consumados en la Provincia de Buenos Aires.
Lo más importante a resaltar es que el 94,7 por cientd e las víctimas de femicidio conocía al femicida, y en el 62,8 por ciento de estos casos existía un vínculo de pareja, expareja, noviazgo u otro tipo de relación sexoafectiva. Se destaca a su vez que, del total de víctimas, el 49 por ciento tenían entre 18 y 40 años.
Asimismo, de acuerdo a los último datos disponibles, desde la Dirección de Políticas de Género del Municipio informaron que en segundo semestre de 2024, atendieron unas 1.200 consultas –entre seguimientos, admisiones y readmisiones-, dispensaron 500 botones antipánico y activaron 25 dispositivos duales (tobilleras).