De Venezuela y Uruguay, unidos en la Feria de Tandil
RAFAEL RODRÍGUEZ Y RODRIGO CAMAÑO

Por Néstor Dipaola
Recibí las noticias en tu email
Accedé a las últimas noticias desde tu emailSe llama Ludmila y creció entre los libros que su mamá Alicia -junto a Fabiana- reúnen y expenden en “Alfa” desde hace un cuarto de siglo. Con el tiempo, escuchó pronunciar una palabrita muy corta, que sin embargo con sus cinco letras remiten a una congregación de muchas personas en procura de compras, desde verduras frescas y antigüedades, hasta artesanías varias o libros de todas las disciplinas. Y hoy, la Feria del Libro de Tandil la tiene como una de las protagonistas, pues lleva a cabo la difícil y artesanal tarea del ensamblado de la programación. Horarios, salas y todo ese intrincado conjunto de datos, títulos y nombres.
Tal vez porque “feria” remite a multitudes y también porque dicen que Ludmila significa “querida por todo el pueblo”, se las ingenió para armar, en algunos casos, actividades conjuntas para dar oportunidad a todos los inscriptos. Es decir, muchas y muchos, pero con el cuidado de que las temáticas fuesen similares.