En el imaginario colectivo, el término "archivo" puede remitir a papeles viejos que juntan polvo en alguna oficina gris donde no da el sol. Su valor puede parecer lejano, ajeno. Sin embargo, los archivos -de todo tipo- son fundamentales para la construcción de la memoria histórica y la identidad de un pueblo. Además, no solo hablan de acontecimientos históricos y políticos, sino que son el resguardo de la memoria emocional, cultural, natural y arquitectónica de una nación. Inclusive, El Eco de Tandil tiene su propio archivo de ediciones del diario que abarca más de un siglo de historia, constituyendo una fuente primordial de consulta para decenas de estudiantes e investigadores y también público general.

El programa de investigación “Comunicar y (re) pensar la historia a través de archivos, memorias, productos culturales y narrativas digitales”, radicado en el Instituto de Geografía, Historia y Ciencias Sociales (Igehcs) Conicet/Unicen, continuó este año con la consolidación de su ciclo de charlas abierto a la comunidad. Dirigido por las Dras. Yolanda de Paz Trueba y Gisela Sedeillan, el programa tiene como meta generar propuestas de comunicación de la ciencia histórica que, sin perder el rigor académico que exige el trabajo de investigación, logren ser accesibles y atractivas para un público diverso que va más allá de los pasillos universitarios.

El ciclo, titulado “¿Para qué sirven los archivos?: conversaciones sobre documentos, historia y construcción de la memoria con la comunidad”, se ha consolidado como un espacio de reflexión fundamental sobre el valor estratégico de los reservorios documentales para cualquier comunidad. La propuesta, que nació el año pasado, se basa en la necesidad de visibilizar la importancia de la preservación y la diversidad de los acervos existentes.