Es un espacio creado por José Luis Montejo, tipo cabaña, y casi un museo de motociclismo y antigüedades que le han regalado o ha ido comprando a través del tiempo. Allí recibe a sus amigos, luciéndose como excelente cocinero, narrador de historias y anécdotas. Es un gran conversador, dueño de un humor irónico para nada sutil. Entre charla y charla fue contando cómo construyó su mundo personal ya sin los suyos.