Escribe Ana Pérez PorcioLos minutos iniciales de la charla los aprovechamos para recordar viejos tiempos de vecinos casi parientes, allá por la zona del Calvario donde vivía con sus hijos y su primera esposa Beatriz Castro (fallecida muy joven). Esos tiempos donde mis chicos vivían fascinados por su estudio de ensayo y grabación e iban sólo para escucharlo tocar y cantar. Y así conocieron y amaron la música de Los Beatles. Volvían a casa con sus guitarras al hombro pensando que en algún momento podrían tocar como él.-Cuando viajabas a Azul por tu trabajo en la Unicen ¿cómo hacías para balancear familia, música y trabajo?-Había días que tenía una reunión y terminaba a las nueve de la noche y llegaba a las once a mi casa. Cenaba, me acostaba y al otro día me iba otra vez. Los únicos días que estaba en mi casa eran sábado y domingo. Y trataba de ensayar siempre los martes y jueves, porque eran los días que no tenía cosas difíciles de manejar en la facultad, pero a veces he llegado a venir a ciento cincuenta kilómetros para llegar a las ocho a ensayar. Cuando fui vice rector vivía en Tandil, pero igual era muy complejo.&nbsp;-¿Por qué decidiste ser veterinario?-Terminé a los 17 años el secundario. A los quince ya estaba tocando y nos iba muy bien con el grupo. Guita que ganábamos, no la podía gastar de ninguna manera…&nbsp;quería ser contador porque los números los manejo así (hace un gesto con la mano) Aún hoy impecable. Y esas cosas que te pasan en la vida… un profesor me hizo odiar la materia. Me dolió mucho todo el tiempo, en casa avisé que no iba a ser contador. Pero una vez que me desquité dejé el asunto en el olvido. Y me hice veterinario por descarte; me gustaban&nbsp;historia, matemáticas, contabilidad y biología obviamente y quería hacer medicina. Averiguo primero en La Plata y me dicen que tenía que ser bachiller.&nbsp;“¿qué materias tengo que rendir?” pregunté. Y me respondieron cuarto y quinto nacional: 17 materias, nada casi. Entonces me senté con mis padres y les dije que no pensaba estudiar, que iba a ganar más dinero que un médico tocando la guitarra, aunque tenía unos promedios espectaculares en el colegio, premios de honor, entre otras cosas. Y&nbsp; mi papá me dijo: “Hoy te pago la carrera&nbsp; acá–porque la Universidad en Tandil era privada- o afuera. Pero si un día te decidís, te la pagás con la música”. Listo, quedamos así. Y cuando estaba por cumplir veinte años fui a preguntar a la facultad de veterinaria si me podía anotar.&nbsp;“Si aprobás los exámenes de matemáticas, física, química y biología, sí”. Le conté que era perito mercantil pero me aseguró que lo que importaba era demostrar que sabía. Eramos ciento cuarenta y cinco tipos de la primera promoción y nos recibimos solamente treinta y tres, de los cuales hubo colados que vinieron de La Plata. La carrera la hice en poco más de cinco años: trabajé en el campus cinco años, después me invitaron a la Universidad y finalmente Carlos Catalano, que fue decano de la Facultad de Arte (también veterinario), me motivó a estudiar fisiología,&nbsp; &nbsp;me metí y comencé a dar clases. Después nos llamó&nbsp;el decano de Agronomía para que enviáramos a alguien de fisiología para allá. No funcionaron los que mandamos y al final quedé yo pero aclarando que me quedaba hasta fin de año. Llegado fin de año el decano me dijo que me darían un cargo por el buen concepto que tenían de mí. Repetí que no me quería quedar, pero ya me habían nombrado.-¿Y te quedaste cuántos años?-¡Cuarenta! (risas) y también daba clases en Veterinaria. Y son esas cosas raras, porque terminé siendo vicedecano y decano de Agronomía, no es lo mismo, son nuestros primos hermanos, pero bueno…-¿Te costó&nbsp;jubilarte?-No. Aprendí algo en mi vida: la palabra poder se aplica en todos los ámbitos. Y cuando uno tiene un cargo, tiene poder. El tema para mí es al revés: uno no se tiene que enloquecer ni enamorarse de un cargo, porque no es eterno. Una persona es útil en tiempo y espacio; después vendrá otra. Lo que hacía era proponerme metas. Cuando asumí como vicerrector lo primero que dije fue “solamente cuatro años, no quiero ni me interesa ser rector”. Así como me preparé mentalmente para irme de un decanato lo hice para irme del vicerrectorado y no lo sentí&nbsp;y terminé esos últimos ocho años siendo secretario general de Veterinaria. Quise hacer algo por mi facultad y también me fui preparando para jubilarme porque llega un momento en que tenés que dejar bien el espacio; marcharte enojado o renegado con la situación no funciona. Lo importante es tener claro que cuando uno tuvo su oportunidad hizo todo&nbsp; lo mejor posible.<h2 style="text-align:justify;">Como estar de vacaciones…</h2>-¿Cuándo arrancó tu vida sin compromisos universitarios?-Trabajé hasta el 31 de marzo y el 1 de abril de 2016 me jubilé. Recuerdo que ese día fuimos con mi esposa (Mirta Garzón, fallecida en diciembre) a buscar un auto que había comprado en La Plata; cuando veníamos llovía muchísimo, por lo que nos quedamos en Monte y fuimos a cenar a un lugar donde había un grupo haciendo folclore. El&nbsp; mozo que nos atendió me preguntó si era&nbsp; músico. Le contesté “no lo tengo escrito en ningún lado, sí”. Y me invitó a tocar y finalmente terminamos haciendo Creedence. Desde ese entonces seguimos siendo muy amigos, nos escribimos y he ido a tocar a Monte con The Sergeant y los agregamos a ellos. Cuando me jubilé me di cuenta de que me podía ir a Europa el tiempo que quisiera porque mi esposa tenía la ciudadanía española y parientes y yo quería encontrar los míos y estaba haciendo la ciudadanía italiana. Y nos fuimos. Después de estar mucho tiempo en España pasamos a Italia… pero quería ir a Londres.<figure class="image"><img src="https://cdn.eleco.com.ar/media/2023/06/petty_pissani_1.jpg" alt="Petty Pissani - 5"><figcaption>“Estuvimos siete años en la costa atlántica con&nbsp;él, fue muy bueno para nosotros del ´93 a 2000. ¡Fue un gran amigo!&nbsp;</figcaption></figure>-¿Qué sentiste cuando fuiste a Liverpool?-Fue lindo y feo. Lindo porque conocí el lugar donde nació la música que a mí me cambió la cabeza. Liverpool parece un pueblo grande, no te imagines una ciudad. Es muy tranquilo, podes cruzar la calle por cualquier lado sin problema, es muy tranquilo, como te decía.-¿Y por qué&nbsp;te desilusionó?-¡No fue desilusión!, pero te cuento. Con mi inglés me las arreglé y recorrimos todo Londres, nos metimos en un subte y fuimos a todos lados, al Museo de Cera de Madame Tussaud, a ver la Tower Bridge, el Palacio de Buckingham, el Big Ben… mi mujer no hablaba inglés y yo me las arreglaba. Pero cuando llegué a Liverpool no me entendían, hablan diferente, un inglés diferente. Me acuerdo que a Harrison (George) con la canción This is love no lo querían en la grabadora porque no le entendían. No es que hablan distinto, tienen una pronunciación muy diferente.&nbsp;-Bueno, eso pasa en muchos países…&nbsp;con irte sólo a Brasil en el sur entendés perfecto, pero en el norte a veces te resulta difícil…-No nos podíamos poner de acuerdo dónde quedaba el museo The Beatles. Pero me quedé 4 ó 5 días en Liverpool, me encantó al final, debo reconocerlo. Allí nació&nbsp;todo.-El 30 de enero de 1969, desde la terraza de un edificio de la calle Savile Row 3, en Londres, The Beatles ofreció su última presentación en vivo.&nbsp;¿Fuiste al lugar?-¡Sí! Y estuve en la grabadora y crucé el paso de cebra como ellos. Tengo un montón de fotos con un amigo que es de Tandil, que vive en Frankfurt y con él fuimos. Y después de Londres me quedé 10 días en Frankfurt en el departamento de otro amigo, que es también de acá, Jorge Galvassini, un guitarrista fuera de serie y tocamos juntos allá y siempre que viene a pasear se queda en casa.&nbsp;-No&nbsp;dejaste de hacer música ni siquiera en vacaciones.&nbsp;-Pero no significa que no disfrutamos de otras tantas cosas ya que nos quedamos mucho tiempo. Estuvimos 70 días.&nbsp;¡No me quiero ir!, decía. Como mi mujer tenía parientes en España nos encontrábamos,&nbsp; cenábamos con ellos pero yo quería encontrar a los Pissani, no lo pude hacer ya que no sabía dónde habían nacido. Pero mi otro apellido es Matti, también italiano. Aldo y Beto (acordeonistas tandilenes) son primos hermanos de mi mamá. Y entonces yo soy ciudadano italiano por Matti, no por Pissani. Y&nbsp;gracias a que mis abuelos habían nacido en un pueblito cerca de Milán, Brescia, que está a 1100 metros de altura en la montaña, encontré a los Matti porque así se apellidan todos los que viven ahí. Son todos parientes. Llego al pueblo a las 2 de la tarde y no andaba nadie, ni una persona.&nbsp; Veo a una señora subida a una escalera. Y me habla en italiano y me dice, ¿qué busca? Y le respondo “familia Matti”. “Y yosoy Matti”, me&nbsp;contesta. Después me hizo pasar a su casa, llamó a la hermana que vino con el cuñado. Y esos son los parientes del pueblo italiano. Esos son mis parientes Matti. ¡Es raro! (risas) Y nos escribimos siempre.<h3 style="text-align:justify;">Leyenda viviente</h3>-¿Cómo nació la banda que hoy ya es una leyenda pero continúa vigente?-Eramos amigos y músicos que tocábamos en bandas diferentes o nos juntábamos a tocar de manera informal y el día que lo mataron a Lennon (John) llamé a dos de esos amigos y comentamos lo que había pasado. Porque el tipo no tenía nada que ver con nada, buscaba notoriedad matando a alguien conocido. Un día leyendo una nota me enteré que había anotado a Liz Taylor en la lista, después la desechó cambiándola por otro y otro hasta que le tocó a Lennon. Nos reunimos y hablamos de que aquella esperanza que teníamos de&nbsp; que se volvieran a juntar alguna vez ya no existía, de modo que pensamos en hacer una banda que tocara la música de ellos. Con The Bats, mi banda original de los 70, hicimos en Tandil y otras ciudades temas de Los Beatles, ya habían venido Rebello, Villaverde y nos quedamos juntos y lo agregamos a Martínez y a Esteban Berrozpe. No sabíamos qué nombre ponerle, de modo que le pusimos nuestros apellidos y tocamos por primera vez en enero de 1981 en el cine de Benito Juárez, luego en lo que hoy es el Teatro del Fuerte y empezamos a tocar muchísimo en otros lugares ya más lejanos y allí ya éramos The Sergeant Pepper. Elegimos ese nombre de uno de los álbumes porque pensábamos que era el mejor de Los Beatles.<figure class="image"><img src="https://cdn.eleco.com.ar/media/2023/06/petty_pissani.jpg" alt="Petty Pissani - 1"><figcaption>Por la Banda del Sargento Pepper pasaron muchos músicos, “todos seguimos amigos”, contó.</figcaption></figure>-¿Te&nbsp;llamaban el Lennon de Tandil. ¿Cómo lo vivías?-¡Qué sé yo! (risas)<h3 style="text-align:justify;">Música en la playa</h3>-Contanos de tu amistad con Juan Alberto Badía-Lo conocí de casualidad en Pinamar, donde tenía en el balneario CR su radio&nbsp; FM Coast Horizonte y a esa playa iban todos los políticos peronistas y radicales, lo veías, por ejemplo a Carlitos Menem jr. andando en cuatriciclo, entre tantos más. Era la playa top. Fuimos con el grupo una tarde y estuvimos charlando con él, le dejé&nbsp;un casete&nbsp;–¡qué antigüedad!, dice- para que escuchara. Y a fines de 1992 me fui a la costa para buscar lugares donde tocar y lo fuimos a&nbsp;visitar a Badía -porque tocábamos en El Divisadero de Cariló- para invitarlo. Me vio y me abrazó diciendo “el domingo tocan acá”. Y así comenzamos con Badía, llevábamos una remera y un gorro de Mocoretá ya que nos auspiciaban Baggio y Mocoretá. Comenzamos a tocar una vez a la semana y conocimos a Caballero, cuando estaba con Valeria Lynch y a&nbsp;Alberto Martín que habían inaugurado otro balneario.-¿Qué oportunidades te dio la música?-Conocer gente, sobre todo.-¿Hay The Sergeant Pepper para rato?-Convive con el trío. Esteban Berrozpe falleció y hoy la componen&nbsp;Daniel “El Negro” Ortellado, en bajo y voces; Luis “Loske” Locurccio, batería&nbsp; y yo, guitarra, piano, armónica y voces. Pepper´s viró un poquitito hacia Creedence para sacarle a la gente de la cabeza que nosotros no podemos hacer ¡Quién sabe qué cosa! Yo estoy componiendo desde los setenta, tengo como 200 canciones hechas. Antes de la pandemia ya habíamos hablado y estábamos ensayando jazz y blues, todos temas que yo había compuesto. Y grabamos, ya me venía armando el estudio e hicimos cuatro discos de diez temas cada uno. Y después escribí Lennon, por ejemplo, y su vida personal. Yo nunca escribí&nbsp;nada sobre mí. Sí, hice un par de canciones, pero nada más. No es mi objetivo. Yo elijo un tema. Momentos, suponete. Entonces agarro una hoja y empiezo a escribir qué cosas se me ocurren sobre momentos. Bueno, hay momentos buenos en la vida, hay momentos malos. Cómo sobrellevar una cosa, cómo engancharle la otra. Y capaz que escribo tres, cuatro páginas en la computadora, entonces un día tomo la guitarra, ya tengo una melodía armada… ahora voy a ver cómo mezclo todas estas cosas que terminen diciendo algo sobre los momentos.&nbsp;-¿Cómo cerrás la nota?&nbsp;-No me quedo quieto en ningún momento porque creo que la vida va tomada de la mano de los proyectos. Si uno no tiene proyectos, no tiene vida y la música me seduce.<h4 style="text-align:justify;">Petty se jubiló en abril de 2016 y se dedicó plenamente a la música, viajando y componiendo más de 200 canciones desde los años ´70. Durante la pandemia, grabó cuatro discos de diez temas cada uno y se enfoca en escribir sobre temas como "momentos". Asegura que la vida se toma&nbsp; de la mano de los proyectos y que Pepper´s está más viva que nunca.</h4>&nbsp;&nbsp;&nbsp;&nbsp;&nbsp;&nbsp;&nbsp;&nbsp;&nbsp;&nbsp;&nbsp;&nbsp;&nbsp;&nbsp;&nbsp;

Últimas Noticias

“Lo peor que te puede suceder es subir a un escenario y perder tu personalidad”