El Papa Francisco cuestionó a los centros de refugiados al cerrar su gira por Chipre
Francisco insistió con su pedido a Europa y al mundo para construir “una humanidad sin muros de separación” que promueva políticas migratorias más abiertas, al tiempo que denunció los “campos de concentración” en los que se ubican los refugiados.

“Mirándolos a ustedes veo los sufrimientos del camino, los que han sido vendido, explotados, que se han quedado en el camino. Es la historia de una esclavitud universal”, planteó el pontífice durante un encuentro con migrantes en el segundo día de actividades en la capital chipriota Nicosia, donde llegó el jueves como primera parte de una gira mediterránea que también incluirá Grecia desde mañana y hasta el lunes.
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Accedé a las últimas noticias desde tu emailPara el Papa, en ese marco, “lo peor es que nos estamos acostumbrando a eso. Acostumbrarse es una enfermedad grave que no tiene antibiótico. Tenemos que ir contra el vicio de acostumbrarnos”.
“Nos lamentamos de los campos de concentración de los nazis, de Stalin... hermanos y hermanas, está sucediendo hoy, en las costas cercanas”, aseveró Bergoglio, tras asegurar que “el Señor Jesús viene a nuestro encuentro en el rostro del hermano marginado y descartado, en el rostro del migrante despreciado, rechazado y oprimido”,
Hablando al centro de Europa desde la periferia del país más oriental del continente, el Papa renovó los reclamos para una mayor acogida e integración, en medio de una tensión creciente en las fronteras de varios países del Viejo Continente y mientras el Mediterráneo, denunció Francisco, se está transformando “en el mayor cementerio del mundo” por la cantidad de personas que buscan llegar a las costas europeas.
“Pero también, en el rostro del migrante que está en camino hacia algo, hacia una esperanza, hacia una convivencia más humana”, agregó luego Jorge Bergoglio al participar de una oración ecuménica con inmigrantes radicados en la isla mediterránea, de la que partirá hoy hacia Grecia acompañado por un enviado de Télam a bordo del avión papal durante toda la gira.
Francisco, que con su viaje de cinco días busca llamar la atención de los grandes países europeos para que flexibilicen las condiciones migratorias a los grandes flujos de personas de Medio Oriente y el Norte de África que buscan llegar al continente, había centrado su primer día de actividades en el pedido para que Europa pueda “derribar los muros” que mantiene hacia los inmigrantes.
Contexto
Chipre, con cerca de 1.2 millones de habitantes, es el país de la Unión Europea (UE) con mayor proporción de inmigrantes, además de haber aumentado casi un 40 por ciento la cantidad de personas recibidas en lo que va de 2021 frente al mismo período del año pasado.
En ese marco, el pontífice lamentó que “se ponen alambres de espinas para no dejar entrar al refugiado, el que viene a pedir pan, hermandad, ayuda, alegría, que está huyendo del odio y se encuentra delante de un odio que se llama alambre de púas”.
“No podemos callar y mirar para otro lado en esta cultura de la indiferencia”, sentenció el Papa en esa dirección
La visita del Papa, según planteó el presidente chipriota Nikos Anastasiadis y confirmaron a Télam fuentes vaticanas, servirá como impulso para un plan de reubicación de hasta 50 inmigrantes presentes en Chipre que serán llevados a Roma con apoyo de la Santa Sede, dentro de una iniciativa “simbólica” para involucrar otros países europeos.
El primer grupo, agregaron las fuentes, incluidas algunas personas que se acercaron ayer a escuchar al Papa, saldría de Nicosia en torno al 15 de diciembre, y el resto entre mediados de enero y comienzos de febrero.
Según informó el Vaticano en un mensaje de Telegram a los periodistas que viajan con el Pontífice, un primer grupo de 12 personas viajará ya “en las próximas semanas”, incluido una comitiva que ayer saludó al Papa.
El presidente chipriota, de hecho, parece haberse convertido en un nuevo aliado del Papa en temas migratorios, como en septiembre fue la eslovaca Zuzana Caputova. (Télam)