“Lo último que queremos es que haya un golpe”, afirmó Bolsonaro
El ala política del bolsonarismo -comandada por el bloque parlamentario de derecha llamado Centrao- considera que el presidente Jair Bolsonaro reconocerá una eventual derrota en las elecciones del domingo, según afirmó Carlos Portinho, líder del Gobierno en el Senado.

Al mismo tiempo, el Centrao ya percibe que en caso de vencer el domingo, Lula deberá negociar con este bloque porque según las encuestas no logrará tener mayoría legislativa y encontrará a Bolsonaro en la oposición con un tercio del electorado.
Recibí las noticias en tu email
Accedé a las últimas noticias desde tu email“No existe un clima de no reconocimiento de los resultados en una eventual derrota”, dijo Portinho, senador del Partido Liberal (PL), pese a las amenazas que el presidente realiza desde 2021 contra el Tribunal Superior Electoral y la transparencia de las urnas electrónicas.
El PL, partido al que Bolsonaro se afilió el año pasado, forma parte con Republicanos, el Partido Progresista (PP) y otras fuerzas del llamado Centrao, el bloque de derechas que domina segmentos mayoritarios del Congreso desde 1989 y que siempre ha formado parte de los oficialismos parlamentarios.
Portinho, senador por Río de Janeiro, dijo que Bolsonaro con sus críticas a las urnas electrónicas ejerce una “búsqueda por mayor credibilidad del voto” pero no un golpe ni un efecto Capitolio, como emular el no reconocimiento electoral que hizo su aliado Donald Trump en Estados Unidos.
“Lo último que queremos es que haya un golpe, el fantasma de golpe lo alientan la oposición, la prensa, el presidente vocaliza lo que muchos dicen sobre el Poder Judicial, que debe hacer una autocrítica por haberse puesto en el lugar del Poder Ejecutivo a gobernar con muchas medidas ejecutivas”, afirmó.
Bolsonaro ha transcurrido su mandato en tensión con el Supremo Tribunal Federal, la máxima corte del país, que lo investiga junto a varios aliados por actos antidemocráticos como participar de manifestaciones a favor de intervenir el Poder Judicial con las Fuerzas Armadas e instaurar una dictadura como la que registró Brasil entre 1964 y 1985, reivindicada por el mandatario.
“El oficialismo en el Congreso no comparte esos pedidos de intervención militar en la corte, hay personas identificadas con el período militar (sic) y hay que respetar las opiniones. Pero hay que tener en cuenta que la corte se ha metido a gobernar y eso genera insatisfacción, sobre todo cuando soltaron a Lula”, explicó el senador. (Télam)