Los alcaldes franceses se movilizan ante la ola violencia tras la muerte de un joven
Alcaldes de Francia condenaron la ola de violencia que sacude al país por el asesinato de un adolescente que fue baleado por un policía, luego de que un auto en llamas fuera lanzado contra la casa de un intendente.

Los disturbios estallaron el martes pasado a raíz del homicidio de Nahel M, un francés de 17 años de ascendencia argelina y marroquí a quien un policía disparó a quemarropa durante un control de tránsito en Nanterre, cerca de París, en un hecho que fue captado en video.
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Accedé a las últimas noticias desde tu emailLa crisis ha vuelto a poner en aprietos al presidente Emmanuel Macron tras meses de protestas por una reforma jubilatoria, y desnudó otra vez la frustración en barrios desfavorecidos habitados por jóvenes franceses descendientes de inmigrantes que se sienten estigmatizados.
Otras 157 personas fueron detenidas el domingo a la noche en toda Francia en una sexta noche de disturbios desde la muerte de Nahel, muchas menos que en noches previas, luego de que el Gobierno dijera que notaba señales de disminución del nivel general de violencia.
Hasta ahora, los desmanes dejaron unos 3.350 detenidos, más de 700 agentes heridos, unos 5.000 vehículos incendiados, diez mil contenedores de basura quemados y casi mil edificios dañados, según el Ministerio del Interior.
La conmoción por la violencia creció el fin de semana luego de que un auto en llamas fuera arrojado contra la casa de un alcalde de una pequeña localidad cercana a París, lo que motivó ayer una manifestación de alcaldes frente a las sedes de los Gobiernos de sus municipios.
“Desde el martes, las noches son difíciles para los vecinos (...) Los sucesivos actos de violencia son inaceptables”, declaró Patrick Jarry, alcalde de Nanterre, en el oeste de París, tras realizar un nuevo un llamado a la calma.
Solidaridad
La intervención del alcalde de la ciudad donde creció y fue asesinado Nahel fue parte de concentraciones convocadas por la Asociación de Alcaldes de Francia (AMF) en solidaridad con el alcalde cuya casa fue atacada la noche del sábado en el suburbio parisino de L’Hay-les-Roses.
El alcalde, Vincent Jeanbrun, estaba en la Municipalidad en el momento del ataque, pero su esposa estaba en la casa y se fracturó una pierna en su huida.
La Justicia abrió una investigación por intento de asesinato.
“Querían quemar la casa” y cuando “se dieron cuenta de que había alguien dentro, lejos de detenerse, lanzaron una tanda de morteros pirotécnicos”, dijo Jeanbrun al canal de televisión TF1.
Macron tuvo que aplazar una visita de Estado a Alemania ante su segunda gran crisis en pocos meses tras las manifestaciones contra la reforma para elevar la edad jubilatoria que impuso por decreto, sin pasaje parlamentario, aunque con el aval de la Justicia constitucional.
El mandatario se reunió fuera de agenda con siete de sus ministros y con la primera ministra, Élisabeth Borne, quien ayer se entrevistó a su vez con los presidentes de las dos cámaras del Parlamento.
Macron recibirá hoy, a una semana de la muerte de Nahel, a 220 alcaldes de algunas de las localidades más golpeadas por la crisis, luego de que Borne prometiera a los jefes de Gobierno locales “la mayor firmeza” en la aplicación de sanciones a los violentos.
El domingo hubo más protestas, pero cifras oficiales a la baja de arrestos y detenciones parecían continuar una tendencia hacia una cierta remisión de la violencia que ya había sido destacada ayer por el Gobierno.
Sin embargo, se detectaron en paralelo patrullas de escuadrones neofascistas que salieron a las calles en Francia con bates de béisbol, saludos nazis y gritos de “Francia para los franceses”, en contra de los manifestantes, informaron autoridades y medios locales.
Ya en algunas ciudades del país, desde Lyon hasta Angers, se había informado de bandas de jóvenes neofascistas que tomaban las calles amenazando a los manifestantes, muchos de los cuales son musulmanes de origen árabe, como Nahel, que trabajaba de repartidor.
La violencia en Francia, que será sede este año del Mundial de Rugby y en 2024 de los Juegos Olímpicos, preocupa en el extranjero.
Varios países aconsejaron a sus ciudadanos no viajar a las zonas de los disturbios. (Télam)